Por Armando J. Urdaneta Montiel,
30/12/2012
En estos
días los venezolanos hemos sido testigos de reiteradas ruedas de prensa
realizadas por el Ingeniero electricista Jorge Giordani, ministro de
Planificación del régimen, y el Licenciado en matemáticas José Merentes,
presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), en las que hicieron gala del
crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 5,5% y calificaron el
escenario como de plena expansión de la economía venezolana; siendo esto, a mi
manera de ver, totalmente falso, porque ello sólo significa una modesta
recuperación de nuestro aparato productivo puesto que si tomamos al pie de la
letra las cifras del PIB real, a precios constantes, ofrecidas por el BCV,
estaríamos en unos niveles de crecimiento muy similares a los del 2008, que fue
el año que creció más la economía en este período de 14 años de Revolución, y
todo ello producto de los altos precios del petróleo, al igual que lo ha sido
este año 2012, donde el precio promedio del barril de crudo supera los 100
dólares, y no como consecuencia de la diversificación económica.
¿Porqué no se le dice al país la
realidad?… que no se ha podido reducir la brecha existente entre la demanda
agregada interna y el PIB real, como elementos de contrapartida económica, de
demanda y oferta, esenciales para generar una estabilidad de precios en el
mercado. Si tomamos en cuenta los tres primeros trimestres del año 2011 y los
comparamos con los tres primeros trimestres del 2012, la diferencia de la
demanda supera a la oferta de 21,4% a 25,5%, es decir, ahora producimos menos
con respecto a la demanda existente el año pasado lo cual explica porqué
tenemos una inflación de dos dígitos, la más alta de América latina y el
Caribe. Así es, la demanda supera a la oferta, situación ésta que si nos
retrotraemos a las cifras del BCV de los años 1997 y 1998, el PIB real era 6%
superior a la demanda agregada interna, mientras que hoy el PIB real es 25,5%
inferior a la demanda agregada interna, razón por la cual no existe un
verdadero equilibrio en los precios, como tampoco existe una expansión
significativa de la economía venezolana.
Ahora bien,
todo el escenario antes descrito hace que cada día seamos más y más
dependientes de las importaciones, las que medidas a precios constantes, según
cifras aportadas por el mismo BCV desde 1999 hasta el año 2011, han crecido un
265%… y la causa principal es la falta de producción interna que se refleja en
el PIB real, medido a precios constantes, que sólo ha crecido 47% en dicho
periodo mientras las exportaciones (medidas también a precios contantes) han
decrecido 38% con respecto a ese año marcador 1999.
Esto hace
que nuestra economía hoy presente un escenario de estanflación, es decir, bajos
niveles de crecimiento con altos niveles de inflación, donde la principal causa
es la falta de expansión del sector productivo privado como consecuencia de las
políticas de Estado llevadas a cabo por el ejecutivo nacional de apropiación de
los medios de producción mediante expropiaciones y confiscaciones, tasa de
cambio irreal de la moneda nacional respecto a las divisas, crecimiento
exacerbado de la liquidez monetaria sin el debido respaldo del crecimiento de
la actividad económica y de las reservas internacionales, para financiar el
exponencial gasto fiscal donde el gasto corriente supera el 75% del total,
mientras el gasto en inversión apenas alcanza el 20%, con un déficit fiscal
medido a precios constantes equivalente al 10% del PIB real… siendo el gasto
fiscal superior 53% a los ingresos fiscales.
Esta situación ha hecho que el
país, a pesar de los 773 mil millones de dólares que le han ingresado por
conceptos de exportaciones petroleras y no petroleras desde 1999 a la
fecha, según cifras del BCV, se halla visto obligado a endeudarse tanto interna
como externamente para financiar dicho déficit fiscal, llevando la deuda
externa, que al cierre del primer trimestre de 1999 a valor nominal, por
plazos, sectores e instrumentos alcanzaba los 40.097 millones de dólares, hasta
115.888 millones de dólares al cierre del tercer trimestre de 2012.
Quisimos
emular el comportamiento socio económico derivado de la aplicación de un Estado
socialista, omnipotente y omnipresente, al mejor estilo de los países
circunscritos en la cortina de hierro… pero nos quedamos a las puertas del
intento pues sólo hemos logrado equipararnos con la tragedia griega (http://wp.me/p29J0n-fu)
* Armando J.
Urdaneta M. es Ingeniero en computación, con Maestría en gerencia empresarial y
telemática; Diplomado en gerencia de proyectos de ingeniería y Doctorado en
ciencias gerenciales. Profesor invitado de la Facultad de Ciencias Económicas y
Sociales de La Universidad del Zulia.
Publicado por:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico