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viernes, 24 de mayo de 2013

No es Macondo ¿O sí?


Por Golcar, 23/05/2013

“Para vivir en Macondo, ven a Venezuela”. Este podría ser el slogan de Izarra como nuevo titular de la cartera de Turismo para promocionar el país más allá de nuestras fronteras para atraer turismo y estimular las visitas desde el extranjero. Un país donde las iguanas tumban el sistema eléctrico, los gringos espían a través de las antenas de DirecTV, donde le piden cuentas a la “franquicia venezolana de twitter” y se realizan montajes de audio uniendo palabra por palabra lo dicho durante 9 años en tv y radio, que ni el mismísimo editor de audio de la película “Farinelli” podría lograr.

Es que Venezuela ha devenido en los últimos 14 años en un país que pareciera sacado de las páginas de un libro de Gabriel García Márquez. Un lugar donde, si no fuera tan triste, dramático y grave lo que vivimos, nos reiríamos a mandíbula batiente, sin poder parar.

El realismo mágico parece haberse instalado en estas tierras del norte del sur indefinidamente y con una insuperable capacidad de creación. A la realidad asombrosa y absurda de este pobre país rico que no tiene ni papel tualé, ni jabón, ni hojas de afeitar, se le suman las aún más absurdas explicaciones de los voceros oficiales para tratar de justificar el desbarajuste.

Con voz de estadista, actitud de gerente y sin que la risa los haga salirse del personaje, no es extraño ver a los funcionarios en televisión, o leer sus declaraciones en prensa, dando explicaciones como estas:

La oposición pitiyanqui a través de sus medios de comunicación apátridas y cargados de odio tienen una campaña mediática para desprestigiar, con fines perversos y golpistas, a la revolución diciendo que no hay alimentos. Esos vende patria no aceptan que ahora el pueblo está mucho mejor porque la revolución los ha tomado en cuenta y si escasea la comida es porque la gente ahora tiene más plata para comprar y comer más.

Gracias a la efectiva labor del gobierno revolucionario, el pueblo tiene mayor poder adquisitivo y como compran más comida, comen más y, por lo tanto, cagan más. Como diría mi madre, “como come el mulo caga el culo”.

Entonces, es lógico que como cagan más, compran más papel tualé y, por eso, es que no se consigue. No es que hay escasez de papel higiénico, es que hay más consumo porque la gente se tiene que limpiar el culo más veces al día.

Otra consecuencia de esta bonanza revolucionaria es que como el pueblo come y caga más, pues, obviamente, bajan más veces la llave del wáter y por eso es que también escasea el agua. Pero los burguesitos llenos de odio dicen que es porque no se ha invertido en el país.

La alta capacidad adquisitiva que la revolución le ha dado al pueblo ha hecho también que el sistema eléctrico sea insuficiente. Como la amorosa labor del gobierno ha logrado que la gente tenga más dinero, pues salen, compran más electrodomésticos y esto hace que el sistema eléctrico colapse. Claro, sin contar que también afecta que, cuando hay sequía, se va la luz porque no hay agua y, cuando llueve, se va porque cae mucha agua, y sin tomar en cuenta las incursiones de las iguanas.

Pero la oposición llena de odio dice que es que los revolucionarios se han robado la plata y no han invertido ni medio en la infraestructura eléctrica.

También se oye a los burgueses gritar, con los ojos puyúos de odio, que la violencia y la delincuencia han aumentado; pero no dicen que eso es así porque como la población tiene mayor poder adquisitivo pues compra relojes, zapatos carros y joyas con los que salen a la calle a provocar a los delincuentes.

Los apátridas no ven que el gobierno ya está trabajando para superar la inseguridad. Claro, como apagan el televisor cuando hay cadena, no ven que la delincuencia aparece en los actos del presunto presidente en sitial de honor y este les dice: “Me llegó una nota del hampa, que están allá arriba, me dicen que ellos quieren cambiar. Tan bonito, vale”.

Y así sigue la retahíla de explicaciones absurdas que parecen sacadas de un sketch de Saturday Night Live o de la extinta Rochela.

Por ejemplo, para los wannabe del hampa, el presunto presidente les ofrece una “Canaimita”. Sí, una computadora de esas que el gobierno les da a los niños en las escuelas, a cambio de que entreguen un arma.

Una Canaimita por la pistola, es la brillante solución que la revolución propone para la inseguridad que nos agobia. Por supuesto, uno se imagina el tamaño de la paloma que los hampones le deben haber pintado al presunto.

¡Una Canaimita a cambio de la pistola con la que en media hora, en una cola de la autopista, se coronan 3 Blacberrys, 2 Samsung III y 3 Ipad. Cada uno por el orden de los 12 mil bolívares!

Otro ejemplo. Se importarán 50 millones de rollos de papel higiénico por la escasez y a las absurdas explicaciones del régimen, le agregan que no hay papel porque la oposición mandó a comprar a la gente más papel del que necesitan y así propiciar un golpe de estado. Porque quieren re-editar el golpe del 2002.

Y vuelvo a citar a mi difunta madre: #VayaPalaMierda.

Con los 61 millones de euros que gastará el gobierno para importar productos de higiene personal, tal vez se podrían reactivar algunas de las empresas que expropiaron y que ahora no producen, por ejemplo, las que elaboraban el escaso papel tualé. Pero eso suena demasiado lógico para la República Macondiana de Venezuela. Lógico y poco rentable para los que ya deben tener los bolsillos abiertos, prestos para que caigan los millones que la negociación de la importación les producirá.

Pero hay más perlitas. A una vice ministra de salud se le oyó decir, sin que le temblara la voz, que no había por qué decretar emergencia por la epidemia de gripe AH1N1, que a ella no le preocupa ese tema porque las personas que han fallecido por la gripe es porque tenían otras enfermedades pre existentes. Es decir, ¿no importan los que se mueren porque ya estaban enfermos y de todas formas se iban a morir?

Esa misma vice ministra, dio a entender que no hay escasez de medicamentos en el país, muestra evidente de que ella no ha tenido que pasar días recorriendo farmacias a la pesca de un Euthirox, Glucofage, Tegretol, o Aspirina pediátrica por nombrar solo algunos de los muchos que no se consiguen.

Claro, si quieren descubrir más absurdos que en “La cantante calva”, busquen la explicación y las razones por las que en un país petrolero escasean hasta los medicamentos. Resulta que sus precios de venta al público se encuentran regulados, lo que hace que el cartón de la caja, el plástico y el aluminio del blister, valgan más que el precio de venta al público del producto, sin contar el valor del principio activo del medicamento y los costos de producción. Entonces, como con los alimentos y otros muchos productos regulados, “no hay pero son baratos”. Traten de entender.

Pero así estamos. No me crean a mí, que soy un deslenguado apátrida. Lean prensa, oigan radio, hagan un esfuerzo y escuchen las declaraciones de cualquier vocero del oficialismo y atiendan a una cadena de medios aunque sea por tres minutos para que vean que no estoy exagerando ni inventando.

Cuando uno pone atención a lo que dicen en el gobierno llega a la conclusión de que en Venezuela todo está “excesivamente normal” como decía el nefasto José Vicente Rangel cuando el paro petrolero, que fue un “fracaso” cuando se dio pero les ha dado para justificar el desastre hasta el sol de hoy. Lo que los voceros oficiales nos quieren dar a entender es que todas nuestras calamidades cotidianas son el resultado de la eficiente y efectiva labor del régimen. Es decir, que “estamos viviendo tan mal, porque nunca habíamos estado tan bien”.

http://golcarr.wordpress.com/2013/05/23/no-es-macondo-o-si/

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