Por Juan Andres Mejía, 21/05/2013
El pasado 27 de Abril Antonio Rivero fue
detenido de una forma cobarde por su “participación” en una protesta que se
llevo a cabo en Caracas el 15 de Abril. A pesar de que fue imputado por
instigación al odio y asociación para delinquir, su detención era una factura
pendiente por sus constantes acusaciones de la presencia del gobierno cubano en
las filas de las Fuerzas Armadas.
Para nadie es un secreto que desde hace ya un
buen tiempo, los Castro se han convertido en los principales asesores de
nuestro gobierno. Esta realidad resulta paradójica ya que Chávez, y ahora
Maduro, se han empeñado en criticar el imperialismo y la injerencia extranjera
durante la cuarta república.
En el año 2010, y luego de casi 30 años de
carrera ejemplar dentro del Ejercito Nacional, el General de Brigada decide
dejar las FFAA para poder denunciar la presencia de más de 100 mil cubanos en
nuestro país, muchos de los cuales han estado inmiscuidos en asuntos
estratégicos y poniendo en riesgo nuestra seguridad nacional.
He podido conocer y compartir con Antonio
desde el año 2011, luego de que decidiera participar en las elecciones internas
de Voluntad Popular y de esa forma convertirse en un miembro más de la
Dirección Nacional de nuestra organización. En el tiempo que hemos podido
trabajar juntos, he sido testigo de primera mano de la impotencia y el
sentimiento patriótico que lo obliga a hacer sus denuncias sobre la injerencia cubana.
Como es de esperarse, Antonio se mantiene en contacto con funcionarios del
gobierno que al igual que él consideran que la presencia del gobierno de los
Castro en nuestro país es traición a la patria. Es de esta forma que para
quienes aún siguen estando dentro de la institución, Antonio se ha convertido
en un canal permanente de denuncia de estos temas.
Por todo lo anterior Antonio ha sido acusado
y perseguido por el gobierno desde mucho antes de Abril de este año. Las
denuncias que le hicieron son sólo una mera excusa que intentaba callar a quien
habla con la verdad. Por eso es que desde el mismo momento de su detención
decidió asumir una huelga de hambre en la que además de haber perdido 10 Kg, le
acarrea hoy una infección respiratoria y lesiones en el estomago. La presión de
la huelga, las miles de expresiones de solidaridad, las protestas por su
injusta e ilegitima detención, y el pronunciamiento de organizaciones
internacionales como Amnistía Internacional lograron que luego de 22 días
Antonio saliera en libertad
Rivero sigue siendo un perseguido político,
toda vez que su inocencia por tan absurda acusación aún no ha sido decretada.
No se trata de un perseguido político mas, es un perseguido por orden del
gobierno cubano que cada día tiene más presencia en nuestro país. Su lucha no
es en vano, y aunque intenten callarlo, son miles los venezolanos que
seguiremos denunciando la mentira y luchando por una Venezuela libre y
soberana.
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