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martes, 28 de mayo de 2013

De Watergate al Hojillagate

Pablo Pérez 25/05/2013 
@PabloPerezOf

La grabación, presuntamente, con la voz de Mario Silva, no tumba a ningún Gobierno, ni tampoco, a lo interno los hará reflexionar; sin embargo, quedó en el ambiente el sabor amargo de lo que era un secreto a voces, y que además se venía escuchando en los restaurantes de Caracas, pasillos de instituciones públicas y lobby de hoteles: “Fulano de tal es testaferro de tal; fulano de tal te ayuda a conseguir los dólares. Con fulano de tal nos cuadramos y nos resuelve eso”. Y así muchos comentarios más.

Él lo confirmó todo. Sus palabras desnudan las penurias y bajezas del Chavismo. Parece que todo se aceleró desde aquel 8 de diciembre de 2012 cuando el presidente Chávez se despidió del país. El “Nido de Alacranes” que tanto expuso el ya fallecido, general Alberto Müller Rojas, se alborotó. Ahora los alacranes se pelean por el botín.

El caso que hizo renunciar al Presidente norteamericano Richard Nixon, y el cual es conocido con el nombre de “Watergate” (1972), fue por grabar una gran cantidad de conversaciones dentro de la Casa Blanca y fuera de ella. Estas cintas mostraron que había obstruido a la justicia, entre otras cosas.

Ahora en Venezuela el “Hojillagates” muestra la podredumbre que conduce al Chavismo. Se mofan de ese pueblo que siguió con lealtad y esperanza a Hugo Chávez. Y lo peor es que su discurso está lleno de menciones de ese pueblo, pero detrás de sus palabras lo que hay es engaño.

Durante nueve años, Mario Silva se dedicó cada noche a ofender, denigrar a tirios y troyanos, llegó a ser candidato a Gobernador de Carabobo; hombre de confianza del presidente Chávez o por lo menos lo hacía reír y disfrutar de los comentarios escatológicos y ofensivos. Se convirtió en el inquisidor mediático de la noche.

El país necesita saber la verdad. La Asamblea Nacional no puede evitar iniciar una averiguación. La Fiscalía General de la República está no sólo obligada a anunciar la investigación, sino también a concretarla. Los venezolanos necesitamos saber con certeza qué es real y qué es mentira en lo dicho por este señor. El propio delator aceptó ser investigado. Él mismo lo dijo: “Verdugo no pide clemencia” ¿Qué se los impide entonces? ¿Por qué no le dan la cara al país?.

Las presuntas palabras de Mario Silva muestran una gran cantidad de delitos cometidos. Y lo peor es que todos eran conocidos por el Alto Gobierno y los poderes públicos. Pero también muestran cómo se han burlado del país al extremo, cuando hablan de socialismo y son voraces en sus ambiciones de poder y dinero.

Mientras se pelean por el poder y los beneficios colaterales, hay un pueblo a merced de la criminalidad, con un menguado poder adquisitivo, enfrentando una severa escasez de alimentos, con servicios públicos deteriorados, viviendo en zonas de riesgo, hacinados en un albergue como damnificados y con un sistema de salud en el suelo, entre otros tantos males.

¿Cómo llegó a las manos del parlamentario Ismael García esa grabación con la presunta voz de Mario Silva?, la respuesta sería el postre en el banquete. Lo principal es investigar si todo lo que dijo este señor es cierto. Hay una severa escasez de la verdad en Venezuela

Hoy más que nunca varios dichos rezan lo ocurrido: el pez muere por la boca; el que a hierro mata no puede morir a sombrerazos; el que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga. Ahora es que falta ver correr más agua por debajo de ese puente. Sin Chávez, el Chavismo desaparecerá en manos de los irresponsables.


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