José Luis Farías 23 de mayo
de 2013
@fariasjoseluis
Corto
y Picante:
En medio de su desgracia el Bocasucia
decidió darle un toque épico a su final: "si tengo que inmolarme por la
revolución, lo haré”. Además de tirar la puerta repitiendo "no tengo que
pedirle disculpas a nadie", con tal arrechera que sólo le faltó agregar:
"todo lo que he dicho está bien y lo sostengo aquí y donde sea".
Todavía no sabe que a todo sicario le llega su sábado.
ToriPollo y el Teniente, en conjunto,
decidieron acabarlo, por ahora. Ningún vocero oficial negó la veracidad del
audio, solo descalificaron su contenido que es lo mismo que encubrir a todos
los salpicados por el ventilador. Carreño ladró: son "opiniones
personales". Varela bramó: son "chismes". Diosdado gimoteó que
no respondería. Earle, quién lo creería, se lanzó al piso a defender al Magnate
de El Furrial. Los diputados del PSUV votaron por no abrir la investigación.
Los comunistas lo vieron como una treta para "dividir". Luisa Ortega
dijo no haber recibido solicitud de investigación. ToriPollo, puso la guinda
llamando "traidor" y "basura" a Ismael García, pues todo es
una "guerra psicológica". Y MujiquitaVillegas ha guardado un extraño
silencio.
Así las cosas, es menester advertir
que el Heredero, en esta segunda muerte del Gigante, no sólo se reune con
Lorenzo Mendoza y los dueños de los medios, sino que acabó con su vocero
privilegiado. Y dado que el Gigante se hizo Difunto, no hay forma de que lo
llame en las noches para darle "tubazos" noticiosos, reirle sus
asquerosidades, darle más poder en VTV, permitirle lanzar la línea política,
apoyar sus exigencias de encarcelamiento a ciudadanos inocentes y fusilar
moralmente a quien fuera.
Se ha dicho, y no está demás repetir:
el Bocasucia es un engendro del mal. Valga decir: es el verdadero hijo del
Gigante, su legado. Su Frankenstein con tornillo y cabeza chata.
@fariasjoseluis
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