Por Eddie Ramírez,
07/10/2014
¿A quiénes van dirigidos
los mensajes de odio y mentiras del presidente de facto y de sus acólitos?
¿Cuáles de esas prédicas son creíbles por los venezolanos afectos al
oficialismo?¿Qué pretenden los dirigentes rojos con las repeticiones de
embustes y siembra de animadversión? ¿Cómo neutralizar esos falsos
señalamientos?
En teoría las arengas
van dirigidas a toda la base oficialista. Sin embargo, en esta hay niveles de
credibilidad que van desde el fanatismo ciego hasta la duda cartesiana. Estas
diferencias no solo se deben al nivel de educación de quienes reciben el
mensaje, sino también a factores tales como el resentimiento, la envidia y el
grado de ingenuidad. Por ello algunas mentiras son aceptadas y otras no.
También las peroratas van dirigidas a quienes hacemos oposición para intentar
amedrentar.
Quizá la mayoría de la
base oficialista acepta como válidas, unas más otras menos, las aseveraciones
de que “el imperio quiere apoderarse de nuestro petróleo, la anterior gerencia
de Pdvsa no permitía que la renta petrolera llegara al pueblo, los comerciantes
son especuladores, la guerra económica es la causa del desabastecimiento y de
la inflación, el Estado debe expropiar empresas para favorecer al pueblo, etc.
Afortunadamente hay
otras mentiras que pocos compran. Entre ellas la de la violencia que quieren
achacar a la alternativa democrática. No pueden aceptarla porque viven a diario
la terrible situación de asesinatos, violaciones y robos en los barrios. ¿Quién
puede creer, por ejemplo, que Obama, Uribe y la oposición unieron fuerzas para
asesinar con gran perversidad, con un cuchillo o punzón, en su casa y sin
violentar puertas ni ventanas al joven diputado Serra, quien desde el punto de
vista político no era una amenaza, aunque sí estaba muy relacionado con ¨
colectivos¨ armados? ¿Acaso no está fresca la afirmación de Maduro de que a
Mónica Spear la asesinaron unos sicarios y que lo de Eliécer Otaiza fue un
asesinato político, ambos casos con autores ya identificados del hampa común?
Entonces, ¿qué pretenden
con insistir en móviles políticos? ¿Incitar a otros desquiciados a que asesinen
a un dirigente de la alternativa democrática o dispersen a tiros una
manifestación? Al respecto es inevitable recordar los asesinatos, entre otros,
de Keyla Guerra, Josefina Inciarte, Jaime Giraud, Maritza Ron, Evangelina
Carrizo, Juan C. Sánchez, Antonio López Castillo, Alberto Aumaitre, José Manuel
Vilas y los nueve opositores masacrados el 11 de abril 2002. También los
asesinados a raíz del 12 de febrero por paramilitares rojos, guardias
nacionales, Sebin y CICPC: Bassil Da Costa, Geraldine Moreno, José Alejandro
Márquez, Roberto Redman, Génesis Carmona., Geraldine Moreno, Wilmer Carballo,
Daniel Tinoco, Jesús E. Acosta, Guillermo Alfonzo Sánchez, Anthony Rojas,
Argenis Hernández, Wilfredo Rey, Jesús Orlando Labrador y José Gabriel Daza;
José Méndez y Mariana Ceballos, fueron asesinados por conductores fanáticos. Adriana
Urquiola, joven que no participaba en ningún evento, fue muerta por disparos
indiscriminados de un matón rojo.
Lamentablemente también
han sido asesinados compatriotas identificados con el oficialismo, nueve de
ellos en los sucesos de abril 2002 y diez en los de febrero de este año,
producto de enfrentamientos desencadenados por el régimen. No hay fotos, ni
videos de opositores disparando y ninguno ha sido identificado. Si fuésemos
perversos como los dirigentes rojos podríamos echar a rodar la especie de que
fue el mismo gobierno quien los asesinó, pero eso no sería honesto y por ello
solicitamos se investiguen todos los casos y sentimos la muerte de cualquier
ciudadano.
Neutralizar la perversa
prédica de la dirigencia roja no es fácil por la casi total hegemonía
comunicacional del régimen y que los oficialistas tienden a escuchar y a leer
solo medios gubernamentales, pero todos los venezolanos de buena fe estamos en
la obligación de denunciar las mentiras e insistir en que los casos no queden
impunes.
Como en botica:
Felicitaciones a Enzo Betancourt y demás ingenieros de la alternativa
democrática que ganaron las elecciones en todos los estados, salvo Yaracuy y
Delta Amacuro. Fue la reacción de los ingenieros venezolanos ante la
contratación de cubanos, bielorrusos, iraníes, turcos y brasileños por el
régimen. Preocupante que Jaua señale la necesidad de evitar una guerra civil
¿Quiénes tienen las armas? Inicialmente Diosdado dio declaraciones prudentes
sobre el caso Serra, pero después volvió a su discurso tradicional. ¡No más
prisioneros políticos, ni exiliados!
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