Daniel Lozano 01 de octubre de 2014
El dólar negro supera la
barrera histórica de los 100 bolívares por dólar americano
A la escasez se suma una
inflación del 60% y la caída del precio del barril de petróleo
"Anótenlo donde quieran anotarlo,
si quieren en una piedra, lo anotan: el dólar paralelo lo vamos a derrotar,
lo vamos a vencer. Y vamos a sanear la economía aún más, para que funcione perfectamente.
Para que la patria siga avanzando". Ha transcurrido año y medio desde
que Nicolás
Maduro, días antes de su toma de posesión, decretase la sentencia de muerte
del dólar paralelo o negro, producto del control cambiario impuesto por Hugo Chávez hace
más de una década.
La realidad es, como suele suceder en
la Venezuela del
surrealismo mágico revolucionario, muy distinta: el dólar paralelo ha
destrozado la barrera histórica de los 100 bolívares por billete americano,
duplicándose en lo que va de año. En la mañana de ayer marcaba 100,93, cuando
el cambio oficial está establecido en 6,30 bolívares por dólar americano. El
Gobierno también utiliza dos sistemas complementarios de subasta de divisas,
que en los últimos días ha cotizado a 12 bolívares (Sicad 1) y 49,98 bolívares por
dólar (Sicad 2) y que los analistas interpretan como devaluaciones
encubiertas.
De hecho, la semana pasada la
todopoderosa Pdvsa (Petróleos de Venezuela) fue autorizada a cambiar sus
bolívares a la tasa Sicad, lo que representaría una nueva devaluación.
El mercado no oficial ha reaccionado
negativamente a las últimas noticias del país y a la salida de Rafael Ramírez
como el zar económico del país, que
conllevó el congelamiento de la nueva política cambiaria que el vicepresidente
había diseñado. Ramírez, líder de los pragmáticos, se mantiene como canciller,
pero su gran rival, el ortodoxo Jorge
Giordani, el gurú económico de Chávez, fue destituido hace meses y criticado
abiertamente.
"En la medida que el Ejecutivo no
resuelva todos los desequilibrios, yo creo que el precio de 100 bolívares se va
a quedar corto. La escalada en el tipo de cambio no se va a detener, ya que es el único precio que se
mueve entre oferta y demanda y es el que recoge los desequilibrios. Es una
expresión de la inacción del gobierno en la toma de decisiones
económicas", criticó Asdrúbal Oliveros, director de EcoAnalítica, en 'El
Nacional'.
"El deterioro económico es más
que evidente. El
incremento del riesgo país es catastrófico. La imagen de Venezuela está en sus
peores momentos históricos", resume Luis Vicente León, analista económico
y presidente de Datanalisis.
Cifras desalentadoras
No se vislumbra un final a la cuesta
abajo económica del chavismo. Los analistas adelantan cifras que resumirán el
batacazo del 2014: alrededor del 60% de inflación (la mayor del planeta) y
una caída del PIB en torno al 2,3%. Cifras que golpean con saña el día
a día del venezolano y que se suman a las ya conocidas colas provocadas por la
escasez de alimentos y productos básicos, a la crisis del sistema de salud y la
falta de medicinas en medio de una epidemia de dengue y de la irrupción de la
fiebre del chikungunya, a los apagones eléctricos, a la paralización de las industrias
y a la ola de violencia, endémica en el país sudamericano desde hace años.
Siempre quedará el petróleo, piensan
los más optimistas. Pero hasta eso está fallando. El precio del barril
de oro negro venezolano cayó la semana pasada a 85,65 dólares, según fuentes
oficiales.La tendencia negativa del promedio anual proporcionaría otro
golpe a las arcas gubernamentales: al menos 2.300 millones de dólares menos en
sus ingresos por exportaciones.
La gran duda es cómo podrá hacer
frente Maduro a los 14.000 millones de deuda acumulada con fábricas de alimentos,
industrias, aerolíneas e importadores de medicinas y equipos médicos.
Publicidad en diarios estadounidenses
En medio de tamaño huracán económico,
Maduro regresó a la sede de las Naciones Unidas, en otro tiempo gran templo de
Hugo Chávez. Allí, subido al estrado de la Asamblea
General, alcanzó su máxima cota de popularidad con el "olor a
azufre" de 'Mr. Danger Bush'. Hoy las cosas son muy distintas, tanto que
Maduro compró dos páginas de publicidad en 'The New York Times' y 'The
Washington Post' para divulgar unas ideas que obtuvieron escaso eco en la
ONU.
La oposición se levantó en tromba
contra el dispendio (alrededor
de 200.000 dólares de gasto en el primer diario, según fuentes de la MUD), que
según Carlos Berrizbeitia, diputado y habitual inquisidor de los gastos
públicos, se elevó por encima de 2,5 millones de dólares. "Con los gastos
de Maduro en Nueva York se hubiesen podido fumigar toda la Gran Caracas, los
Valles del Tuy e Higuerote", denunció Antonio Ledezma, alcalde mayor de
Caracas.
"Nicolás tiene más de 600 días en
el Palacio de Miraflores y el país lo que ha ido es para abajo", resaltó
ayer Henrique
Capriles durante una de sus giras en el interior de Miranda, el estado
que gobierna. "¿Qué revolución es ésta? El pueblo con dolor y chikungunya,
ellos niegan las cifras y las pastillas no se consiguen. Hay que unirse para
que este modelo cambie o este país no va a quedar nada", subrayó el líder
opositor.
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