ANTONIO MARIA DELGADO 10 de noviembre de 2014
Venezuela es un importante puente del
narcotráfico, y la presencia de grupos terroristas como el Hezbolah y las FARC
ha sido documentada desde hace años, pero los organismos de inteligencia del
chavismo gastan la mayor parte del tiempo espiando a periodistas, a dirigentes
de la oposición y hasta las quejas por Twitter de ciudadanos comunes, viendo en
éstos la verdadera amenaza para la revolución.
Cientos de documentos filtrados del
Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) muestran el grado de
desconfianza que siente el gobierno venezolano de sus ciudadanos, cuyas
llamadas telefónicas, correos electrónicos y comentarios por las redes sociales
son monitoreados constantemente.
Y esto representa un significativo
cambio de filosofía.
“Las aspiraciones del actual servicio
de inteligencia venezolano es saberlo todo de todos. Eso se amolda, es el claro
acompañante, del modelo político que están tratando de aplicar en Venezuela,
que es totalitarista”, explicó el abogado y asesor en materia de seguridad
Helly Angel.
Antes del chavismo, las actividades
del Sebin -- en esa época conocida como Disip --estaban concentradas en la lucha
contra el narcotráfico y la subversión.
Pero ese ya no es el caso.
“Aquí se desnaturalizó todo, de la
mano con el cambio de naturaleza del régimen hacía un modelo donde no hay
espacio para la privacidad, y la disidencia de ideas. Ellos lo espían todo,
incluso a los integrantes de sus propios cuadros”, agregó Angel.
Varios ex funcionarios del Sebin
consultados para la elaboración de la actual serie sobre las operaciones de
inteligencia de Cuba y Venezuela resaltaron que hoy en día la prioridad de los
organismos de seguridad venezolanos es espiar a la población.
Para ello, el chavismo ha gastado
millones de dólares en la adquisición de sofisticados equipos que le permite
leer los correos electrónicos y escuchar las conversaciones de millones y
millones de venezolanos.
Los funcionarios, que colaboraron con
la actual serie otorgando varias horas de entrevistas, señalaron que las
agencias de seguridad pueden leer todo correo electrónico y toda búsqueda
online realizada a través de la estatal telefónica CANTV, sin que los
funcionarios necesiten las claves del usuario para ver su correo.
Y el material obtenido a través del
espionaje electrónico es utilizado para elaborar gigantescos mapas sobre la
interrelación entre miles de personas consideradas “de interés” por sus ideas
políticas y por el grado de influencia que ejercen.
“Así es que poco a poco se va
construyendo una gigantesca telaraña”, dijo una de las fuentes que habló bajo
condición de anonimato.
Entre las decenas de documentos
obtenidos por el Nuevo Herald se encuentran múltiples informes elaborados por
personal del Sebin sobre algunas personalidades claves del país petrolero.
El periodista Alberto Federico Ravell,
antiguo director del canal de noticias Globovision, estuvo en la mira de los
agentes durante gran parte del 2012, según recogen los documentos, con el Sebin
tomando nota de las llamadas telefónicas que recibía y de cuanto tiempo
conversaba con ellos.
Entre las líneas de teléfonos monitoreadas,
estaban algunos números celulares de Ravell, así como los teléfonos de línea
fija del portal de noticias La Patilla.com, donde el ex director de Globovision
es uno de los principales accionistas.
Pero las comunicaciones de Ravell son
solo una de las muchas registradas en los documentos, con los funcionarios del
Sebin registrando las llamadas y las comunicaciones a través de correos
electrónicos de políticos como Henrique Capriles, María Corina Machado y Julio
Borges, entre otros.
Los documentos, fechados entre el 2010
y el 2013, ilustran una especial preocupación por las actividades en Twitter
del ciberactivista @LucioQuincioC , quien en el 2012, operaba bajo el seudónimo
@fredliberty.
Entre los documentos aparecen varios
de los intercambios por Twitter que @fredliberty realizó en el 2012 sobre la
enfermedad de Hugo Chávez, y los mensajes que algunos de sus seguidores también
posteaban a través de las redes sociales.
Otras de las personas monitoreadas por
la organización de inteligencia, según los documentos, incluyen al asesor
político venezolano radicado en Miami, Esteban Gerbasi, al economista José
Guerra, el ex embajador ante la ONU, Diego Arría, y los activistas radicados en
Miami, José Antonio Colina y Patricia Andrade.
El Sebin también espió a los
periodistas internacionales que llegaron al país para cubrir las elecciones
presidenciales del 2012, con los documentos mostrando fichas emitidas desde el
Aeropuerto Internacional de Maiquetía anunciando la llegada de cada uno de
ellos que eran enviadas al departamento de “Contrainteligencia”.
En el caso de la periodista de CNN en
Español Patricia Janiot, el organismo de inteligencia fue consultado sobre su
solicitud para entrevistar al entonces vicepresidente Elias Jaua, con la
agencia concluyendo que dicha entrevista sería “recomendable con Reservas”.
Agentes del Sebin espiaron a Janiot
desde que entró hasta que salió del país, reportando en informes cada uno de
sus pasos.
“A esta hora se observa a la ciudadana
Ángela Patricia Janiot Martinera, en el Lobby del Hotel antes descrito, donde
procedió desayunar, permaneciendo en el lugar por un periodo aproximado de una
(01) hora, luego ingresando al ascensor para retornar nuevamente a su
respectiva habitación”, declara uno de las entradas del informe que fue
elaborado.
“Se visualiza a la ciudadana Ángela
Patricia Janiot Martinera, egresar del Hotel Eurobuilding abordando la unidad
vehicular marca Toyota, modelo Fortuner, color plata, matrícula AGO80X, tomando
la avenida Rio de Janeiro, donde el vehículo fue perdido de vista debido al
fuerte congestionamiento vehicular”, señala otra sección del informe.
Pero no son solo periodistas,
opositores o ciudadanos críticos al gobierno los que son sometidos al ojo
escrutor del Sebin.
Los documentos también muestran que
los propios funcionarios del chavismo son espiados con regularidad, con decenas
de informes elaborados sobre las actividades de numerosos integrantes del
oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela.
Algunos de los informes develan que
algunos integrantes del partido de gobierno se han visto vinculados con
operaciones delictivas muy serias, incluyendo operaciones de corrupción y
extorsión.
Pero muy poco de ellos terminan siendo
procesado judicialmente salvo que el chavismo por alguna razón determine actuar
contra ellos.
“Estos informes son engavetados y
utilizados como instrumentos de chantaje para garantizar la lealtad de las
personas investigadas”, comentó una de las fuentes.
“Solo si traicionan, o cuando amenazan
con hacerlo, es que estos informes salen del archivador”, agregó.
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