DANIEL LOZANO 11 de
febrero de 2015
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El
Gobierno de Maduro vuelve a devaluar la moneda para acabar con el dólar paralelo
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Venezuela
sufre la mayor inflación del planeta, más del 70% en 2014
Otra
vuelta de tuerca a la moneda venezolana. El Gobierno bolivariano, con 40 días
de retraso sobre la fecha prometida, ha presentado el nuevo sistema cambiario,
uno de los grandes causantes de la crisis económica que golpea al país. Más de
lo mismo y una sorprendente liberalización, que no puede esconder una nueva
devaluación: el Sistema Marginal de Divisas (Simadi), donde se venderán los
dólares "a una tasa totalmente libre", aseguró Rodolfo Marco Torres,
ministro de Economía y Finanzas.
"El
sistema cambiario no está construido para enriquecer a los ricos, sino para
garantizar el crecimiento y los derechos del pueblo", resumió Nicolás
Maduro, olvidando que entre 2012 y 2013 desaparecieron más de 20.000 millones
de dólares entre las manos de la denominada 'mafia cambiaria', que revolotea
alrededor del chavismo. El objetivo del Simadi será acabar con el dólar
paralelo, que de momento parece indestructible (esta semana cotiza a casi 190
bolívares), pese a las interminables arengas del oficialismo.
Protección de la industria nacional
El
Gobierno mantiene el cambio oficial para alimentos, medicamentos y materias
primas a 6,30 bolívares por dólar. "Con esto se va a proteger la industria
nacional. El 70% de las necesidades están garantizadas a 6,30", se ufanó
el titular económico. Una cifra que no comparte, ni mucho menos, la mayoría de
los especialistas. Venezuela sufre la mayor inflación del planeta, más del 70%
en 2014, y una crisis aguda de desabastecimiento, provocada por la falta de
divisas en el mercado y por la caída de la producción nacional.
El
Gabinete económico también ha decidido unificar el Sicad 1 y el Sicad 2,
vigentes hasta hoy pese a su evidente fracaso, en una sola tasa, que partirá
desde los 12 bolívares por dólar. Se trata de un sistema de subasta que tampoco
estaba satisfaciendo la demanda de dólares en un país donde Chávez impuso el
control cambiario hace más de una década.
El
Simadi responderá en principio a la oferta y la demanda. "Iremos a un
sistema libre donde va a existir oferentes y demandantes de divisas y donde el
mismo mercado va a decidir la tasa de cambio", detalló Marco Torre, quien
añadió que habrá 3.792 puntos de atención en todo el país, distribuidos entre
la banca pública, la banca privada, las casas de cambio y los operadores de
valores autorizados. El límite diario se fija en 300 dólares.
Pese
al optimismo gubernamental, la misma pregunta seguía flotando ayer: ¿Seguirá
creciendo el dólar negro y, sobre todo, disparando los precios en la calle? El
economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, no tiene ninguna duda:
"Mientras exista control de cambio, el paralelo no morirá". Henrique
Capriles, gobernador opositor, lo resumió sin cortapisas: "El Gobierno le
metió por el pecho otra devaluación al pueblo. Ellos dicen que el dólar se
mantendrá para la comida y medicinas, ¿cuáles? ¡Si no hay!".
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