Por María Denisse Fanianos de Capriles, 30/09/2015
A continuación copio en mi columna de hoy la pregunta que le hicieron
los periodistas al Papa Francisco en el vuelo de regreso de Estados Unidos a
Roma sobre el “divorcio católico”, sin duda un tema que interesa a muchas
personas.
“Santo Padre, usted no puede obviamente
anticipar el debate de los padres sinodales, lo sabemos perfectamente, pero
queríamos saber si antes del Sínodo en su corazón de pastor quiere realmente
una solución para los divorciados vueltos a casar. Queremos también saber si su
Motu Proprio sobre la regulación de la nulidad, ha cerrado para Ud. este
debate. Y para terminar, qué responde a aquellos que temen que con esta reforma
la creación de facto del llamado divorcio católico. Gracias.”
Papa Francisco: “Empiezo por la última. En la reforma de los procesos,
del modo, he cerrado la puerta a la vía administrativa, que era la vía por la
cual podía entrar el divorcio. Y se puede decir que aquellos que piensan en el
divorcio católico, se equivocan, porque este último documento ha cerrado la
puerta al divorcio que podía entrar, y era más fácil, por la vía
administrativa, siempre estará la vía judicial.
Luego, continuando con la tercera, el documento: éste ha estado pedido
por la mayoría de los padres sinodales en el Sínodo del año pasado, acelerar
los procesos, porque hay procesos que duraban diez, quince años, en una
sentencia, y luego otra sentencia, y una apelación y otra apelación y no se
terminaba nunca.
La doble sentencia, cuando era válida y que no había apelo fue
introducida por el Papa Lambertini, Benedicto XIV, porque en Centroeuropa, no
digo el país, había algunos abusos, y para pararlos él introdujo esto (la doble
sentencia), pero no es una cosa esencial al proceso. Los procesos cambian y la
jurisprudencia cambia y se mejora siempre, en ese momento era urgente hacerlo.
Luego Pio X ha querido acelerar y ha hecho alguna cosa pero no tuvo el tiempo o
la posibilidad de hacerlo. Los padres sinodales han pedido esto en el
aceleramiento del proceso de nulidad matrimonial y termino en eso, este
documento, este Motu Proprio, facilita los procesos en el tiempo, pero no
es un divorcio, porque el matrimonio es indisoluble cuando es sacramento, y
esto la Iglesia no lo puede cambiar, es doctrina, es un sacramento indisoluble.
El procedimiento legal es para probar que eso que parecía un sacramento
no era sacramento por falta de libertad, por ejemplo, o por falta de madurez, o
por enfermedad mental, pero tantos son los motivos que llevan luego de un
estudio, una investigación a decir ‘no, ahí no hubo un sacramento’, por
ejemplo, porque esa persona no era libre, un ejemplo ahora no es común pero en
algunos sectores en la sociedad es común, al menos en Buenos Aires era, el
matrimonio cuando la novia estaba embarazada, deben casarse, yo en Buenos Aires
al sacerdote les aconsejaba con fuerza casi prohibía hacer el matrimonio en
esta condición, nosotros lo llamamos matrimonio en apuro, para cubrir todas las
apariencias, y el niño nace, algunos van bien pero no hay la libertad y luego
va mal se separan y si ‘yo he estado forzado a hacer el matrimonio porque debía
cubrir esta situación’, y esta es una causa de nulidad, tantas, la causa de
nulidad, ustedes pueden buscarlo en el internet, están todas ahí, son tantas.
Luego el problema de los divorciados que están en una segunda unión,
ustedes lean, lo tiene, el Instrumentum Laboris, aquello que se discute, a
mí me parece un poco simplista decir que el Sínodo, que la solución para estar
personas es que puedan comulgar, esa no es la solución, la única, aquello que
el Instrumentum Laboris propone es tanto y también el problema de la
nueva unión, de los divorciados, no es el único problema, en el Instrumentum
Laboris hay tantos, por ejemplo los jóvenes no se casan, no quieren
casarse, es un problema pastoral para la Iglesia, otro problema la madurez
afectiva para el matrimonio, otro problema la fe, “yo creo, que esto es por
siempre, sí, sí, sí creo”, pero ¿creo? La preparación para el matrimonio, yo
pienso tantas veces que para ser sacerdote hay una preparación de ocho años, y
luego como no es definitivo la Iglesia puede quitarte el estado clerical. Para
casarse para toda la vida se hacen cuatro cursos cuatro veces, hay algo que no
va, el Sínodo debe pensar bien cómo hacer la preparación al matrimonio, es una
de las cosas difíciles, pero todo está listado en el Instrumentum Laboris,
pero me gusta que me haga esta pregunta sobre el divorcio católico, eso no
existe, o no hubo matrimonio, esto es nulidad, no ha existido, y si ha existido
es indisoluble, esto es claro.”
Gracias Santo Padre por su aclaratoria.
Recemos ahora por el Sínodo de la Familia, que comienza este próximo 4
de octubre, para que el Espíritu Santo ilumine a los padres sinodales y las
conclusiones que de allí salgan ayuden a las familias católicas del mundo
entero a vivir felices bajo el camino que nos enseñó nuestro Señor Jesucristo.
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