Por Oscar Bastidas-Delgado
Con el título “Socialismo”, una caricatura presenta un
médico y un profesor universitario con sus bolsillos sin dinero mientras un
militar maneja una hermosa Hammer; le faltó precisar que se refiere a lo que
algunos llaman “Socialismo del Siglo XXI”. ¿De dónde surgió la propuesta socialista
cuando Chávez en su propuesta electoral no mencionaba ese término?. Por
sugerencia de Miquilena ante la opción presidencial, el fallecido primer
mandatario sustituyó su incoherente discurso militarista anti-electoral por uno
dizque socialista.
En paralelo podó las líneas de mando, diseño la formación
de oficiales, y dio contenido a la
propuesta ceresolista militarizando en alto grado el aparato público, el
servicio exterior y hasta su partido solitario de la revolución, negando en los
hechos la cacareada participación protagónica. ¿Militares impulsando
participación?, ¡jamás!, la manipulan a conveniencia.
Militarismo es dominio del jefe único y de su rosca, jerarquía
e imposición, basta ver al mandón Cabello en la Asamblea Nacional. Aún falta, los
valores del militarismo se transmitieron a los
colectivos, los milicianos, y los camisas rojas que obligados rellenan marchas;
los civiles que no se ponen firmes pasan a segundo plano y son objeto de coacción,
Lista Tascón, y presidios. Los
militares no creen en el precepto marxista de que el primer paso hacia el
socialismo es el primero hacia la extinción del Estado: ¿cómo justificar el
armamentismo y los beneficios que proporciona?, ¿dónde queda el dominio del paìs
y las fronteras?.
La gran contradicción. Los jerarcas
de ese socialismo utilizan herramientas capitalistas en el
manejo del aparato público y las empresas estatizadas; con apoyo en el
monopolio de las armas sus jerarcas son los peores patrones al no conceder
cargos fijos para asì despedir a conveniencia, En lo
internacional confunden socialismo con el comunismo cubano; deportan
humildes colombianos como distracción de lo electoral, sin explicar porqué en tres
lustros no vieron el imperialismo Inglés en Guyana ni las apetencias de los
militaristas brasileros que desde la dictadura militar tienen al Orinoco como
norte de su zona estratégica; y carecen de la
visión de los vietnamitas y los pragmáticos cubanos - los
mismos que se reunieron con directivos de AD estando Chávez vivo - que miran
hacia el modelo sueco mientras Maduro escarba en el fracasado comunismo cubano.
Socialismo no es cambiar el nombre de instituciones y
destruirlas sin crear sustitutas, tampoco modificar el escudo, la bandera, y la
historia. Socialismo es creación de valor y el valor solo se crea con trabajo.
Socialista que se respete impulsa la producción, no expropia empresas para
quebrarlas y causar escasez, olvidando que el ojo del amo engorda la vaca y sin
vaca no hay impuestos a ordeñar. El dizque socialismo adoptó la fácil vía del
rentismo petrolero, destruyó la red productiva nacional, actuó como nuevo rico
que gana la lotería, generó un ejército de lumpen-pedigüeños y otro de
desempleados disfrazados de empleados públicos; jugó con el futuro de los
ciudadanos y cada cuatro años propone las mismas ofertas.
En la base de esta discusión se encuentra el
enfrentamiento entre dos modelos organizacionales altamente opuestos: el
burocrático, centralista que no cree en la división de los poderes ni en la
democracia, menos en la participación, cuyo mejor espécimen es el ejercito; y
el autogestionario, impulsor de la democracia por voluntad propia, con igualdad
y autonomía de condiciones al decidir y actuar, modelo respetuoso de los
derechos individuales y colectivos, cuya mejor expresión son las Organizaciones
de Economìa Social (OESs), particularmente las cooperativas, con casos
interesantes en nuestro paìs como nuestras las Ferias de Consumo de Lara. Se
agrega la opacidad del secreto burocrático para facilitar la corrupción.
Definitivamente, los oportunistas del socialismo rayaron
ese término y otros importantes para quienes deseamos un socialismo
democrático: democracia participativa, participación protagónica,
ciudadanos y ciudadanía, partidos políticos, sufragio, Guardia Nacional,
gobierno municipal, cogestión, sindicalismo, comunidades, unidad familiar, y
cooperativismo entre otros. Costará tiempo y esfuerzos
devolverles la prestancia; por ahora saquemos a los Cabello de la Asamblea
Nacional.
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