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lunes, 5 de octubre de 2015

Pataleos de perdedores, @Chuotorrealba



Por Jesús Chuo Torrealba, 04/10/2015

Con malestar pero sin sorpresa el país registró el pasado viernes la información de que la agonizante mayoría oficialista en la Asamblea Nacional se propone, mediante un “proceso express”, llenar las cinco vacantes existentes en distintas salas del Tribunal Supremo de Justicia.  La noticia agrega que esta cantidad de vacantes podría ampliarse “si otros magistrados deciden también solicitar su jubilación”, lo que sugiere la posibilidad de una suerte de estampida en lo que debería ser el máximo tribunal de la República.

Antes de analizar la inmoralidad implícita en que una legislatura a final de su período intente tomar decisiones que, por su importancia y gravedad, debe tomarlas precisamente la Asamblea Nacional que deberá surgir de la renovada decisión de El Soberano el próximo 6 de Diciembre, conviene detenerse en las razones eficientes de esta especie de desbandada: ¿Acaso los integrantes de la cúpula de este sistema judicial, la misma que JAMÁS en 17 años ha dictado sentencia contraviniendo los intereses del gobierno, la misma que ha encabezado solemnes ceremonias como la apertura del Año Judicial en medio de gritos gobierneros y lemas del PSUV, acaso estos “ilustres magistrados” se separarían de sus suculentos cargos si no viesen con claridad en el horizonte la inevitable mengua del poder que los colocó allí? No, evidentemente no.  Tanto la previsión de nuevas solicitudes de jubilaciones, como el apresuramiento gobiernero en llenar las vacantes, son consecuencia de la certeza infinita de que el 6 de Diciembre van a pasar tres cosas: ¡Van a perder, van a perder y van a perder!

Por cierto, no es el ámbito judicial el único donde es posible ver como, al igual que en los buques en riesgo de naufragio inminente, los más menudos tripulantes salen nadando antes del colapso final. El país ha presenciado un largo goteo,  desde ex escoltas hasta ex magistrados, desde ex gobernadores hasta ex ministros (casi todos militares, por cierto, como Salazar, Aponte Aponte, Isea o García Plaza, …) que súbitamente descubren una tardía vocación por el canto, solista o coral, y vuelan a perfeccionar su técnica vocal en academias norteamericanas…

También el país ha visto con indignación como funcionarios con larga, costosísima y muy fracasada gestión al frente de diversos ministerios terminan su periplo burocrático, ruinoso para el país pero por cierto no para ellos, fijando residencia en lejanos, hermosos… y costosos parajes, como Alemania o Austria. El sujeto que humanitariamente dijo aquello de que “Franklin Brito huele a formol” y el otro, el que prometió que en 100 días acabaría con los apagones, son al parecer muestra de esta práctica de “humildad revolucionaria”.

Es un hecho: la boliburguesía y la alta burocracia cleptócrata está haciendo maletas, y esta huida es con todo y familia: Quien en este inicio de año escolar se tome la molestia de revisar las nóminas del alumnado en los colegios más exclusivos del Este caraqueño, notará como han sido retirados, por “viaje de la familia al exterior”, hijos de altos funcionarios o de connotados enchufados que van a continuar sus estudios, entre otros lugares, en el “odiado imperio”. Que te puedo decir…

Este es el contexto entonces en que se produce este anuncio sobre las vacantes en el TSJ, revelador de que el oficialismo, prevalido de una circunstancial, pírrica y agónica mayoría, pretende perpetrar de nuevo un fraude constitucional. El contexto revela la verdad del texto:  No es este un gesto “a la ofensiva” de un “gobierno todopoderoso”. Es, en realidad, un movimiento defensivo de un régimen que sabe que tiene los días contados…

Pero es un gesto grave, como violación presente y como amenaza futura, y así debe ser entendido, asumido y rechazado por el pueblo venezolano. Como violación presente, porque poner a esta Asamblea Nacional del pasado a decidir sobre la integración del Tribunal Supremo del futuro además de violentar la ley  viola el más elemental sentido común.  Como amenaza futura, porque este empeño de la roja mayoría saliente de la Asamblea Nacional de tomar una decisión que en realidad corresponde al pueblo, es decir, a la nueva Asamblea que el pueblo elegirá dentro de apenas 63 días,  puede interpretarse como parte de los preparativos del Diosdado-Madurismo decadente de pretender enfrentar a la nueva Asamblea Nacional de mayoría democrática con una roja guarimba institucional, utilizando los escritorios del TSJ, del CNE, de la Fiscalía, la Contraloría y la Defensoría del Puesto como barreras de contención contra la decisión de cambio del pueblo venezolano.

Eso sería muy grave… no para la oposición, sino para el pueblo venezolano, en especial para los más pobres. Un escenario de esa naturaleza, de “guerra oficialista de poderes públicos” para desconocer la decisión de electoral del Soberano, profundizaría la inestabilidad política, lo que a su vez alejaría la posibilidad de resolver la crisis económica y social que hoy agrede al pueblo, con sus consecuencias mas visibles:  el desabastecimiento y la inseguridad. Eso al gobierno no le importa, pues a ellos lo único que les interesa es mantenerse aferrados al poder, al botín.  Pero a nosotros, que queremos derrotar al gobierno no para un “quítate tu para ponerme yo” sino para resolver la crisis, si nos interesa.  Por eso tenemos claro cual es la conducta a asumir.

Así como no nos sorprende este acto de irresponsabilidad (de hecho, algo similar hicieron en el 2010, cuando perdieron la unanimidad que tenían en la Asamblea, producto a su vez del error abstencionista), igualmente tenemos claro cual es la contramedida necesaria:  Si la victoria de la Unidad Democrática es suficientemente amplia, si logramos una mayoría de 3 quintas partes de la Asamblea o mejor aún, de dos tercios de la misma, no habrá “guarimba institucional” que valga. El Legislativo es un poder más, pero no uno cualquiera:  Es el poder que designa poderes, y que tiene la facultad de controlar al Poder Ejecutivo.  Si la Unidad Democrática tiene una mayoría suficientemente amplia, la Representación Nacional encarnada en el nuevo Poder Legislativo podrá devolver al país la estabilidad política que necesita para crear las condiciones de seguridad ciudadana y seguridad jurídica que permitan resolver la crisis económica y social, y asi acabar con las colas, el desabastecimiento y el poder del hampa impune en la calle.  Esa será la respuesta del pueblo venezolano a estos pataleos de perdedores: Construir a punta de votos un piso sólido al proceso de cambio que esta por empezar.  Ese es el camino ¡Palante!


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