Por Brian Fincheltub,
04/10/2015
Una camarilla se ha apoderado del país y ha convertido a Venezuela en
su fiesta privada. Son unos pocos privilegiados y millones los que miran como
continúan su rumba en medio de la mayor crisis económica y social que hemos
vivido como nación. Sus carros blindados, sus contratos en dólares y sus
aviones privados chocan en la cara de quienes sufrimos producto de la
inseguridad, el desabastecimiento y los sueldos de hambre del socialismo.
Ellos pueden darse el lujo de hacer mercado en las islas del Caribe,
mientras los venezolanos debemos hacer interminables colas para acceder a los
productos básicos. Es el “privilegio” de ser parte del grupito que usufructúa
el poder. Un salón de fiesta donde no caben 29 millones, sino que solo logran
entrar los más adulantes, los que menos tienen escrúpulos, los de peor
currículo o prontuario, como ustedes quieran verlo.
Si Venezuela fue una finca cuando gobernaba Juan Vicente Gómez, ahora
pudiéramos decir que es una piñata. Pero una a la cual no le queda nada adentro
y cuyo cascarón vacío es disputado por quienes asisten a la fiesta privada. No
hay con qué llenarla de nuevo, pero la música sigue y pagan millones para que siga
sonando.
Antes, los banquetes eran tan grandes que al menos quedaba algo para
quienes no estaban invitados. Ahora cuando no hay sobras, los excesos se han
hecho más que evidentes. Es fácil saber quiénes son los enchufados cuando los
ves pasar en sus camionetas del año escoltados. La crisis solo hará más visible
a la élite, porque cada vez más será mayor la diferencia entre quienes están
invitados y quiénes no.
Hasta en la Francia del siglo XXVIII que apenas empezaba a conocer de
la igualdad y la libertad, los excesos de una monarquía que no escatimaba en
lujos causó la indignación de un pueblo no tenía ni pan. La historia recuerda
los banquetes de Antonieta, pronto se escribirá de los banquetes de la
boliburguesía. Sobre el final de esta fiesta nada está escrito aun, que sea
diferente solo dependerá de nosotros. Dependerá sobre todo si elegimos seguir
viendo o acabamos con la fiesta de unos pocos.
@Brianfincheltub
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico