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martes, 20 de octubre de 2015

Rol Invertido por @mlopezmaya


Por Margarita López Maya


El 6 de diciembre de 1992 hubo elecciones regionales y municipales en Venezuela. El bipartidismo estaba en crisis. La sociedad también. La ciudadanía sentía gran desconfianza hacia el Consejo Supremo Electoral (CSE), que otrora imparcial, había sido cooptado por AD y Copei. El escrutinio de votos era manual, por lo que se prestaba a incontables irregularidades. 


“Acta mata voto” resumía cómo los miembros de partidos en mesas y sedes electorales municipales y estadales cambiaban los resultados que se enviaban como actas a la sede central del CSE para favorecerse en el conteo final.

Ese año, las elecciones fueron tensas y la ciudadanía se volcó a dar un voto castigo a la elite gobernante.

El 6 en la tarde comenzó a correrse la voz de que, contrariando pronósticos, Aristóbulo Istúriz de La Causa R estaba adelante en el conteo de votos del municipio Libertador. Como en otras situaciones donde emergía un partido alternativo al bipartidismo, los rumores de que estaba a punto de sucederse un fraude electoral movilizaron a cientos de personas, que comenzaron a reunirse frente a la sede central del CSE, en espera de boletines oficiales.

Al día siguiente, el ente seguía sin dar cifras definitivas, pero se decía que el margen de diferencia entre los candidatos de AD y La Causa R era muy estrecho. A las 3 pm, el presidente del CSE llamó a los dos candidatos para que firmaran un pacto respetando los resultados cualesquiera que estos fueran. Claudio Fermín de AD aceptó gustoso. Istúriz rechazó la propuesta argumentando que él no había violado las reglas y que “lo único que había que respetar eran los votos de la gente”.

Las parlamentarias este año son análogas a las del 92. Hay crisis global de la sociedad y extensa desconfianza de la ciudadanía hacia el Consejo Nacional Electoral por su abierta subordinación a los intereses del oficialismo. El voto castigo está en el ambiente. Y aunque ahora el escrutinio es automatizado, por lo cual se presta a menos chanchullos, el proceso transcurre lleno de irregularidades, abusos y delitos por parte del Psuv, ante las cuales el CNE no actúa. El oficialismo, como antaño AD y Copei, quiere un acuerdo con la oposición para que se respeten los resultados. ¡Qué ironía, Aristóbulo! Ahora tu partido actúa como el bipartidismo.

19-10-2015




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