Por Lorena Meléndez G.
La construcción privilegia a
los vehículos particulares y no a los sistemas de movilidad que ayudan a
“preservar la vida del planeta”, como se establece en el Plan de la Patria
2013-2019
Los miembros del Grupo
Ecológico San Pedro han sido testigos de todo. Desde el vivero que tienen
en un pequeño espacio de la avenida Francisco Pimentel de Santa Mónica, han
visto cómo se enumeraron y talaron árboles, cómo el cauce del río Valle se hizo
más chico, cómo los taludes se llenaron y vaciaron de sacos de arena que se
llevaron la corriente y los aguaceros, cómo frente a sus ojos, a través de la
tela metálica que los separa del curso fluvial, se ha cambiado el bosque urbano
por ese coloso de columnas y concreto que es el viaducto de la autopista
Valle-Coche que actualmente se construye.
“Aquí ahora hay que hablar
gritado”, comentó la vocera del grupo, Irama Capote, mientras estaba en el
vivero. La ausencia del follaje que rodeaba el río ha hecho que hasta allí se
cuele todo el ruido de los vehículos que transitan por la vía rápida y también
el de la maquinaria que trabaja en la edificación. Ella sabe que cuando la obra
acabe, la situación empeorará: los carros pasarán más cerca y los vecinos de
los edificios más cercanos a la pista sufrirán las consecuencias del tránsito a
toda hora.
Para la construcción del
viaducto se marcaron más de 400 árboles, caobos en su mayoría,
distribuidos a lo largo de la cuenca hidrográfica urbana, aunque según cifras
oficiales menos de 200 fueron sacados de su sitio. Según el Ministerio de
Transporte y Obras Públicas, estos fueron trasplantados y llevados a otras
zonas de Caracas. Los ambientalistas, sin embargo, aseguraron que la tala fue
indiscriminada. A través de la cerca ven todavía los restos de los troncos que
allí quedaron. Los dejaron así por temor a que al extraer las raíces se
terminara por socavar el talud.
Haiman El Troudi, quien
hasta septiembre llevó las riendas de la cartera encargada de la obra, fue
interrogado al respecto porContrapunto, pero eludió el asunto que meses atrás,
en abril, le costó al menos tres protestas de vecinos que reclamaban que los
árboles afectados eran un bien patrimonial. Así lo estableció una medida
precautelativa de índole ambiental, emanada por el Ministerio Público en 2010,
que ordenaba que cualquier tala o poda debía ser notificada a la junta
parroquial con un mínimo de 48 horas previas a la acción. Esto no ocurrió.
Fuentes del consejo comunal de la zona afirmaron que se habían enterado de los
trabajos a través de los medios de comunicación.
“Yo creo que reeditar un
tema que intentó manipularse en principio y que después nosotros aclaramos, es
reiterar una diatriba que yo doy por superada. Esas críticas, que siempre las
respetamos, fueron atendidas. Nosotros tenemos un principio básico en el
Plan de la Patria que es la preservación de la especie y el ecosocialismo y mal
pudiéramos nosotros atentar contra un principio, contra un postulado
programático que da la esencia del revolucionario. De tal manera que se actuó
conforme lo establece la Ley Penal del Ambiente: se trasplantaron las especies
protegidas. Tú puedes ir a la Valle-Coche y ver cómo está reverdecida, los
árboles se sembraron en La Pirámide, La Carlota, Montalbán y el Waraira
Repano”, señaló el exministro en agosto pasado, semanas antes de separarse de
su cargo para aspirar a un curul en la Asamblea Nacional.
No eran de adorno
Contó Eduardo Cudisevich,
ingeniero agrónomo y miembro del Grupo Ecológico San Pedro, que cuando se
arrasó con la vegetación del río Valle, la fauna huyó despavorida hacia
los bordes. Así como salieron rabipelaos e iguanas, también aparecieron ratas.
La construcción obstruyó -y lo sigue haciendo- los desagües provenientes del
suroeste de Caracas, en donde la edificación de urbanismos de la Misión
Vivienda, como Ciudad Tiuna, hicieron que se incrementara la cantidad de aguas
servidas que allí son vertidas.
Pero no sólo los animales
rastreros se vieron afectados. “Ese bosque era el corredor ecológico de
las garzas que venían del Círculo Militar y que se desplazaban hacia el Parque
del Este e iban siguiendo el río y descansando en los árboles”, explicó el
geógrafo Jesús Delgado, miembro del Centro de Estudios Integrales del Ambiente
(Cenamb) de la Universidad Central de Venezuela. El ciclo biológico de estas
aves quedó alterado y, según el experto, ahora vuelan dispersas o de noche.
Los árboles talados,
continuó Delgado, conformaban un paisajismo que quedó completamente
perdido y que había tardado, al menos, 30 años en formarse. También eran
reguladores de las temperaturas urbanas, porque funcionaban como controladores
de la humedad. Al acabar con una franja vegetal de varios kilómetros, se
acabó con un microclima que contribuía a refrescar la ciudad.
Si bien El Troudi afirmó
haber cumplido los preceptos relacionados con la siembra de áreas verdes a
cambio de la deforestación impuesta, no queda claro si el estudio de
impacto ambiental de la ampliación de la autopista Valle-Coche contempló todas
estas aristas y si aún teniéndolas en cuenta fue revisado y aprobado por
el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas.Contrapunto solicitó el
documento a este despacho a principios de septiembre, pero no obtuvo respuesta.
La Ley Penal del Ambiente
establece en su articulado una serie de sanciones para los funcionarios que
autoricen “la construcción de obras y desarrollo de actividades no permitidas,
de acuerdo a los planes de ordenación del territorio o las normas técnicas, en
los lechos, vegas y planicies inundables de los ríos u otros cuerpos de agua”
(36), así como penas para “la persona natural o jurídica que construya” este
tipo de edificaciones en los lugares ya expuestos (37).
Lo citado va de la mano con
un comentario de Ecudisevich, quien advirtió que el carácter sedimentario y
aluvional del talud del río en donde hoy se levantan las columnas que
sostendrán el viaducto, no es el idóneo para llevar a cabo unos trabajos de
esta magnitud. Por ello, los obreros han debido rellenar el suelo con toneladas
de arena de diversos espesores que permitan sostener los pilares en cuestión y
varias de estas se han perdido porque las ha arrastrado la corriente y las
lluvias de las últimas semanas. Con todo esto, podría haber riesgo de
socavación de otros terrenos cercanos. “¿Dónde están los estudios de
suelo?, ¿dónde está la contraloría?”, cuestionó.
Foto: Grupo Ecológico San
Pedro
Más adelante, el artículo 56
de la Ley Penal del Ambiente se refiere a las intervenciones que se hacen
directamente en el cauce de los ríos, como la que ocurre en el tramo de Los
Chaguaramos, justo al lado del barrio del mismo nombre.
“La persona natural o
jurídica que modifique el sistema de control o las escorrentías de las aguas,
obstruya el flujo o el lecho natural de los ríos, o provoque su sedimentación
en contravención a las normas técnicas vigentes y sin la autorización
correspondiente, será sancionada con prisión de uno a cinco años o multa
de un mil unidades tributarias (1.000 U.T.) a cinco mil unidades tributarias
(5.000 U.T.)”.
Esquivar el Plan de la
Patria
El quinto objetivo del plan
de Desarrollo Económico y Social del gobierno de Nicolás Maduro, conocido
también como Plan de la Patria, está enfocado en la “necesidad de construir un
modelo económico productivo ecosocialista, basado en una relación armónica
entre el hombre y la naturaleza, que garantice el uso y aprovechamiento
racional y óptimo de los recursos naturales, respetando los procesos y ciclos
de la naturaleza” . A través del documento se insta a sumar esfuerzos para que
se combata el cambio climático, que es “consecuencia del modelo capitalista
depredador”.
Pero la solución vial
de El Troudi no beneficia los sistemas de movilidad ecológicos y sustentables,
sino todo lo contrario. Con el viaducto de la Valle-Coche se privilegia a
quienes se trasladan en vehículos particulares, es decir, a 23% de la población
que se desplaza en la capital venezolana, de acuerdo con cifras de la Alcaldía
Metropolitana que datan de 2011.
La urbanista Zulma
Bolívar, presidenta del Instituto Metropolitano de Urbanismo Taller
Caracas, cuestionó la concepción de movilidad que se tiene desde el Ejecutivo y
de las desconexión que existe entre estas nuevas soluciones viales y “la ciudad
que ya funciona”.
“Ha habido en todo el
programa una visión muy cerrada en cuanto a la movilidad porque sólo han
pensado en la movilidad motorizada, en el carro particular. ¿No han pensado en
que esa obra gigantesca hace, de alguna manera, una barrera entre la UCV y la
Universidad Bolivariana? ¿Y una barrera entre la Bolivariana y la estación del
Metro? Y luego de hacer esas columnotas y todo aquello, ¿qué va a pasar abajo? Arriba
van a pasar los carros, pero, ¿qué va a pasar en el nivel del peatón?¿Cuál es
la mejora que le está dando al vecino de Los Chaguaramos, al estudiante? No hay
una visión integral”, apuntó
Miembros de la Asamblea de
Ciclismo Urbano reclamaron que las obras no den importancia a quien va a pie.
“Nosotros estamos trabajando todo el tiempo en que Caracas no tiene que ser una
ciudad para los carros, sino para la gente (....) El caraqueño no se identifica
con su ciudad porque no la vive, no la camina, no la pedalea como nosotros.
Todos estos desarrollos en pro del carro está dejando a la ciudad sin peatones
y sin ciudadanos”, afirmó Dimas Pineda.
Para Manuel Valera, otro de
los voceros del grupo, este tipo de proyectos sólo contribuye a que el vehículo
particular se convierta en un indispensable, pues poco a poco se hace más
difícil moverse sino se le tiene.
“Hacerle más vías al carro
es crear más demanda para el uso del carro. Hay que desincentivar su uso. Más
vías no es la vía, esa es la tendencia mundial y eso es lo que tiene que
entender el ministro Haiman El Troudi”, criticó.
Fotos: Rafael Briceño.
06-10-15
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico