Por Eddie Ramírez, 16/10/2015
En todos los países los ciudadanos que ocupan cargos importantes, sea
en el sector público o privado, renuncian por varias razones. Algunas loables,
como la estar en desacuerdo con determinadas políticas de su empleador o por
comprobar que este viola principios y valores e incluso por percatarse de que
por ineptitud propia han cometido errores graves. Otros renuncian por razones
justificadas como es recibir una mejor oferta de condiciones de trabajo, cambio
de actividad o por enfermedad. Algunos son obligados a renunciar porque el
empleador es un autócrata que solo quiere contar con incondicionales o porque
detecta hechos punibles que pueden ir desde apropiación indebida hasta acoso
sexual, pasando por decisiones equivocadas que afectan el patrimonio público o
privado.
En Venezuela se produjo un hecho inédito con la decisión de trece
Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia de renunciar un año antes de que
se les venza el período para el cual fueron designados, por cierto mediante una
elección que violó los procedimientos legales. Los trece Magistrados renuncian
para acogerse a una jugosa jubilación, pero no por querer disfrutar del derecho
al descanso, sino para hacerle un último favor a un régimen que les permitió
alcanzar cargos inmerecidos.
Los rojos están conscientes de que perderán la mayoría de la Asamblea
Nacional el próximo 6 de diciembre, por lo que pretenden designar en el período
actual a otros 13 incondicionales. El régimen totalitario no puede correr el
riesgo de que en el TSJ existan Magistrados independientes que no acaten las
arbitrarias órdenes de Miraflores.
Quienes escriban la historia de este período obscuro que estamos
viviendo tendrán que ser implacables en el juicio sobre la responsabilidad que
le corresponde a determinados grupos por el apoyo irrestricto a un régimen que
viola todos los derechos de los venezolanos. Si bien el difunto, el presidente
de facto, sus ministros, diputados, concejales y gobernadores tienen una gran
responsabilidad en los hechos acaecidos, son los jueces permisivos los
principales responsables de las arbitrariedades cometidas.
En su momento los jueces de diferentes instancias y los Magistrados del
TSJ tendrán que responder por la impunidad de los asesinatos políticos, por las
torturas, presos políticos y exiliados, casos de corrupción no sancionados y
violaciones a la propiedad privada. Al aceptar jubilarse prematuramente para
hacerle un último favor al régimen en retribución a favores recibidos, los
Magistrados incurren en un hecho inédito y bochornoso. ¡No más prisioneros
políticos, ni exiliados! ¡ A votar el 6D para derrotar al totalitarismo!
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