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martes, 10 de noviembre de 2015

Aquí falta dte todo por @DiarioTalCual


Por Miguel López Trocelt


La situación de escasez que se viene presentando en Venezuela, desde hace casi dos años, trae daños colaterales que el gobierno no entiende, que se producen por la ineficacia y la tozudez de mantener un modelo “arruina-países”, que sencillamente fracasó en el orbe terráqueo y que sólo funciona en las mentes revolucionarias.


Alguien que no entienda de esta circunstancia, ni se imagina el tiempo precioso que se gastan millones de personas en Venezuela, tras una cola, buscando el sustento y mantenerse acorde en la sociedad, es decir aseado.
Aparte de ello, la inflación prevista y la especulación, con la misma gente del sector oficial, es otro de los males de la economía que se observan a diario, y sin ningún límite. Cualquiera diría, que con la nueva fijación de precios de alimentos, productos y servicios, ahora se combatirá no sólo la guerra económica imaginaria, sino la subida de los costos.

Hay que buscarse a un economista, de los que pululan y declaran permanentemente, para que aclare, cómo es eso, que los precios suben, si existe un control de los mismos desde hace por lo menos 10 años…

Asimismo hay que darle mucha reflexión a lo del control de cambios, ya que si bien es cierto que existen cuatro tipos, sólo funciona uno para el ciudadano de a pie, dado que los demás están sujetos a la discrecionalidad del gobierno y existe sólo para ese sector.

Según cifras oficiales, al país le entraron por renta petrolera 59 mil millones de dólares en el primer semestre del 2015. Dónde estará ese dinero, dado que no hay quien diga, para que se usó, cómo y cuándo, ya que las tres cuartas partes del sector privado, tienen exigencias por más de $45 mil millones como mínimo y este año no le han cubierto ni el 10 por ciento de ese monto.

Asimismo, los incentivos a la producción quedaron en veremos, porque no hay ninguna área que diga que anda marchando bien. Y ello lo demuestra la desaparición de leche, harina de maíz, azúcar, quesos, pollo, carne, aceite de maíz, margarina y hasta granos como caraotas, frijoles y arvejas.

Al lado de ellos están: instrumentos médicos y medicinas, papel higiénico, pasajes aéreos, tintes para cabello, jabones, shampoos desodorantes, quita esmalte, maquillaje, lápices, acetona, y maquillaje, afeitadoras, piezas para equipos mecánicos, plásticos, repuestos para vehículos, y de artefactos electrodomésticos. A ello se le suma ahora incluso los ataúdes.

Faltan asimismo artículos inverosímiles, como tapas plásticas que impiden la venta de botellas de agua, o detergente líquido, o un simple botón para llamar a un elevador, que obliga a los usuarios a cambiar de piso en los altos edificios de cualquier parte de Venezuela.

Y la lista sigue, como son insumos para la construcción de viviendas: cemento, cabillas, arenilla y perfiles de aluminio, que los fabrican empresas del gobierno, pero que al parecer estas mismas, también están en guerra. Aparte de pintura, tornillos, tuercas o lijas.


07-11-15
 



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