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domingo, 8 de noviembre de 2015

Autismo sin condiciones, @espazpages



Por Simón Paz Pagés, 08/11/2015

Sin quererlo, con la mirada como pensando en un más allá que uno no ve, un alma que busca entender su propio mundo de diferentes colores, ruidos intensos y fuertes aromas.

Cada día que pasa hago el esfuerzo en tratar de penetrar ese mundo, su mundo, donde su bella sonrisa y espíritu alegre me cautivan... un mundo sin condiciones.

Con mi hija he entendido que no importa que no hable para hacerse entender, que no importa que no oiga bien para hacerse escuchar, que no importan todas las dificultades que hemos pasado porque en el fondo y a lo largo de todo este tiempo, me ha enseñado que su mundo sin condiciones guía mi camino y cada día me da mas fuerza para seguir amándola. Así es el amor de nuestros hijos, un amor puro, que no espera nada a cambio, un amor que se trasmite con una sonrisa o con un ligero llanto, que te conmueve e invita a entender que lo más importante en este mundo es que busquemos nuestra propia felicidad.

Muchas han sido las enseñanzas que me han hecho crecer, muchas han sido las enseñanzas que cada día abren mis ojos y me hacen comprender que en el mundo real nosotros pasamos por alto los pequeños detalles, aquellos que realmente importan y no los valoramos en su correcta dimensión.

Cuando mi hija dio sus primeros pasos a los 5 años, me enseño a valorar el esfuerzo. Verla caminar cuando su hermano lo hizo de forma automática, me abrió los ojos para entender que cada persona con dificultades o no, tiene su propio tiempo para alcanzar sus metas.

Mis otros dos hijos dicen que ella les ha enseñado a nunca rendirse, a probar cosas nuevas, a que no hay imposibles, a que no importa lo que digan los demás, lo que importa es ser feliz.

María Laura es un ángel que Dios nos envió para hacernos felices. Gracias Dios.

Papá de María Laura


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