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jueves, 5 de noviembre de 2015

Fiscal y miserable, por Lorenzo Figallo @hmcaminante



Por Lorenzo Figallo Calzadilla, 04/11/2015

Luego de condenar salió corriendo, alzó vuelo, se fue a otro país. Dijo que lo “presionaron” para tomar dicha decisión. En el momento crucial, cuando de verdad debía hablar, determinar, decidir con fuerza, gritar la injusticia que se cometía, defender con magnanimidad, el individuo fue débil y entregó por años a un inocente a las mazmorras del régimen. Dicha acción impactó directamente a un ser humano, sus niños, esposa, familia. También conmovió a gran parte de la sociedad.

El “jurisconsulto” demostró tener una personalidad endeble, manipulable. Fue marioneta consciente, arte y parte, de un sistema de justicia corrompido en todo su cuerpo óseo, en el núcleo de la estructura medular. Representó la maraña a cabalidad cumpliendo con los requisitos de la impudicia. Le exigieron culpar y cumplió con su tarea. Acusó y con su actuación el oprobio continuó ganando espacio. Ahora, cínicamente, el sujeto manifiesta haber sido obligado a presentar pruebas falsas. ¿Es qué esta persona no tiene carácter? ¿Y el libre albedrío personal? ¿Dónde se encontraba su conciencia cuándo justificó y sentenció a prisión? La felonía no tiene límites.

Denigró, hizo sufrir, generó angustia. Llevará en el alma esta actitud miserable. No vale arrepentimiento posible. ¿Quién sabe con cuál intención en estos momentos habla? ¿Busca la justicia o es un enfrentamiento entre facciones judiciales? ¿Lo hace ahora para obtener algún tipo de dividendo social, político, económico? Huyó encaramándose en el centroimperial. Su destino terminó siendo la casa del capitalismo que tanto critica el modelo tiránico.

¿Cómo le quita ahora el trauma psicológico al inocente? El verdugo con su inherente poquedad se escapa, esconde, busca indulgencia. ¿Podrá este señor vivir tranquilo? ¿Con cuál rostro se le va a presentar a sus hijos para explicarle los valores cómo fraternidad, solidaridad y justicia básicas para la vida? ¿Cómo podrá formarlos, educarlos? Su prisión estará dentro de él mismo. Si algún principio de los derechos humanos tiene ojalá le sirvan de reflexión sincera consigo.

Ha ocasionado un daño inconmensurable con su proceder. No se puede hacer mal a otros. Esta es una circunstancia trágica realmente. En definitiva, reconoció que ha sido un títere del modelo. Un autómata, el cual fue conducido a hacer lo que le dijeron. ¿Es acaso un robot teledirigido? ¿Ha sido confiscado en criterio, palabra y acción por el sistema? ¿Estamos ante una expropiación de la psique? Tarde se expresó. Lo pudo hacer antes. Hay múltiples vías para ello: nacionales e internacionales. No puede eludir su responsabilidad. Caminará las calles con sus propias cadenas, será un preso eterno de la inmoralidad llevada a cabo por su ser. Este hecho de perfidia le dará vueltas en su pensamiento, lo acompañará, no lo soltará.

El dolor llueve sobre nuestra tierra. La iniquidad está sentada en su trono. El inquisidor vivirá con su vileza a cuestas. Caerá el modelo con toda su ignominia, nada es eterno. El tiempo y la verdad son implacables en su andar. La atrocidad será derrotada. Hay un hogar sufriendo en demasía y una sociedad atormentada.

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