Edgar Rivero 19 de noviembre de 2015
Después del último escándalo rojito,
por el sonado caso de los sobrinos de Cilia Flores, involucrados en el tráfico
de drogas, con presunta anuencia gubernamental; el país entero ha quedado
conmocionado y avergonzado una vez más ante el mundo. Por cierto, hasta los
momentos, ni Maduro ni Cilia, han podido desmentir, tapar, ni mucho menos
tergiversar lo ocurrido, aunque los “chupamedias” de siempre ya salieron a
señalar como falsas estas acusaciones, endilgándoselas a la oposición o a una
campaña sucia desde USA; lo cual no se lo creen ni ellos mismos.
Probablemente Maduro está esperando
por el asesoramiento de los brontosaurios Castro, para desmontar tan indecorosa
situación, seguro el retardo se debe a que éstos están muy ocupados en su “luna
de miel” con EUA. Por lo visto, no hay piedra que se levante en el PSUV de la
que no salga una alimaña corriendo.
Realmente da pena ajena el papelón
que hacen tanto los candidatos de la crisis como Castro Soteldo, cuando se
llenan la boca diciendo que el odio, la corrupción, la ineptitud, el abuso de
poder, la inseguridad, escasez y malos servicios, son culpa de la derecha
fascista. Nada más risible e increíble, que hasta un niño se da cuenta de lo
frágiles que son estos argumentos. Se les nota el sudor frío que recorre sus
sienes y casi se puede sentir el frío terror, que les recorre la espalda, de
solo pensar que ya no pueden seguir engañando al pueblo, porque tienen 16 años
demostrando que no son capaces de gobernar con eficiencia y honestidad. Por el
contrario, tapan sus fallas con las migajas y pañitos calientes, para comprar
los votos que saben perdidos.
Estas son las realidades que debe
conocer el pueblo, para que despierte de su encantamiento por lo regalado y vea
hacia el futuro. Hace poco conocí a Juana Soto, vecina del barrio santa Elena
de Acarigua. Una mujer inteligente, aguerrida y jovial quien asegura que
decidió sumarse a nuestra lucha, por dos razones: la primera la falta de
solidaridad del candidato de la crisis, quien es oriundo de la comunidad. Pero
que “se olvidó de nosotros, más nunca se vio por el barrio”. La otra está razón
es que ya está cansada de mentiras, mientras todo va peor. De allí su
identificación con Moisés Reyes, Mahycol Linárez, Wilfredo Galíndez y María
Beatriz Martínez.
Aproveché para preguntarle: Juana
¿qué piensas tu de lo que dijo Maduro de “ganamos como sea”?, ella sin titubear
respondió: “Estoy preparada para lo peor, pero espero lo mejor”. Por esta razón
es que trabajamos sin desmayo en la Unidad, porque ganaremos como debe ser, con
trabajo y sin miedo, para demostrarle al pueblo que aquí estamos para decir
¡basta! Tenemos un padrón electoral blindado, hábil, sagaz y claro sobre sus
funciones, apoyado por supuesto con los diferentes equipos de movilización y
convencidos que sí es posible ganar el 6D.
Prosigue Juana… “la decepción es
grande y las mujeres llevamos la peor parte. Dígale, por favor, a María Beatriz
Martínez y Mara Rodríguez que repitan en toda Portuguesa que en los mercales
los inventarios de alimentos están menguados y los productos que sacan a la
calle, no alcanzan ni para satisfacer la cola de un día y para colmo la guardia
viene y se lleva por bultos. Hay mucha arrechera en nuestras casas y ranchos,
contra la situación que vivimos, ya no creemos en listados ni mucho menos en
que si gana la oposición, sería un Apocalipsis. Nada de eso evitará que mis
vecinos y yo votemos por la Unidad. Dígale también a Moisés Reyes y al joven
Mahycol Linárez, que estoy convencida de que ganaremos donde mienten y
manipulan, en forma constante los candidatos de la crisis, aunque nos ofrezcan
villas y castillos”.
Por ello, ahora más que nunca en la
Unidad, no queremos guerra, ni golpe, ni junta de gobierno. Pero si queremos
pararle el trote al régimen forajido y lucharemos con mecanismos
constitucionales, contra la dictadura corrupta, denunciando sus delitos. Eso es
lo que impulsa este remezón político imparable, que traerá una avalancha de
votos este 6D, para sacarlos del poder y retomar la República honrada,
amistosa, segura, solidaria, pero dueña y defensora de su territorio y sus
riquezas.
Finalmente, esa amenazadora frase de
“ganar como sea” no nos asusta. Ganaremos como debe ser, limpiamente, con votos
y denunciaremos las trampas, saboteos y asaltos a los centros electorales.
Cuando el régimen dice que “ganarán como sea” está confesando sus turbias
intenciones, porque ése es el objetivo de los forajidos, tomar por asalto, lo
que nos les pertenece. Por eso, la Unidad ganará cómo debe ser, por una nueva
Venezuela de todos los venezolanos.
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