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viernes, 13 de noviembre de 2015

Héctor Manrique: "Hay un silencio muy fuerte impuesto en la sociedad" por @victoramaya


Por Víctor Amaya


Cuando te invitan a Globovisión, ¿ya sabías que te llamaban por la polémica con Norkys Batista? 

Sí, pero es un programa al que he ido mucho porque nos ha servido para promocionar nuestros espectáculos. Siempre que me han invitado procuro ir a hablar de mis obras. Yo entendía que la cosa iba por ahí, pero insistí en hablar de Monólogos de la Vagina, de Sangre en el Diván. Creo que el primer negro lo dedicamos todo a eso. 

¿Lo de no quedarse callado surgió ahí o lo tenías atragantado sobre ese canal? 

Surgió allí. No pensaba conversar de eso, pero cuando me hicieron la pregunta sobre si yo tenía que tener solidaridad con compañeros y no decir lo que pienso, a partir de allí les dije que yo había hecho Sangre en el Diván porque me parece muy grave cuando nos quedamos callados porque se crea una especie de complicidad y no nos protegemos como sociedad. Si hay algo que nos hace bien es llamarnos la atención mutuamente, y eso es parte de la cultura: llamarnos la atención sobre las cosas que no hacemos bien.  Es una cosa que disfruté mucho diciendo.

¿Qué te dijeron en el corte? 

Yo no sé si mandaban a corte por lo que yo decía o por publicidad, pero como estábamos hablando de un tema álgido yo quise dejarlo claro, porque conozco cómo funciona la televisión. Y me faltaban cosas por decir, era una forma de ganarme el otro negro. Ellas me decían que yo siempre era muy polémico como aquella vez que dije que yo he visto a muchos Chirinos sentados allí en ese canal. Ellas (las presentadoras de Sábado en la noche) estaban muy relajadas, muy divertidas. 

Yo creo que están de acuerdo con nosotros. Es posible que en el subconsciente de ellas hayan pensado que podían meterse en muchos problemas.

¿Y fuera del canal? 

En las redes me conmueve mucho leer los comentarios de gente que agradecía no quedarse callado, quienes agradecían que yo había dicho lo que ellos pensaban, aunque lo que yo dije fueron tonterías frente a problemas más contundentes, sobre nuestros problemas. Eso confirma que hay un silencio muy fuerte impuesto en la sociedad. Me preocupa mucho que se nos haya puesto esta mordaza tan grande. Los tres canales grandes, por ejemplo, publican muy poquito de Henrique Capriles, que casi ganó unas presidenciales, lo que quiere decir que mucha gente cree en lo que dice. Eso es, al menos, abominable. 

El actor y director de teatro denunció en el programa de "Sábado en la Noche" que vive "en un país donde este canal, donde yo hablo hoy, esta callado... lo mandaron a estar callado, y ustedes lo saben". 

Durante su campaña lo acompañabas en algunos viajes, estabas pendiente de su desenvolvimiento frente a audiencias, etc. 

Yo lo que hice fue conversar mucho con él, acompañarlo, reflexionar sobre el país. Con un político no es como dirigir a un actor. Yo creo que un político no debe cambiar, sino que uno logre conocerlo como es él. Que esa persona logre estar relajada para que donde hable sea él mismo, sin construir a otra persona. No estamos hablando de un Capriles que se acaba de meter en esto, porque ya se había ganado tres elecciones, incluyendo con Diosdado Cabello. Lo interesante era que él lo suficientemente relajado para que la gente lo conociera, y creo que pasó y lo conectó con la gente.

¿Notaste ese cambio en él? 

Sí. Cuando yo empiezo a reunirme con él es a partir de una preocupación de él. Y cuando uno se preocupa ya uno comienza a modificarse para ser mejor. Él quería hacerlo mejor en todos los sentidos, en su conexión afectiva, lograr entusiasmar a la gente. Era muy sencillo porque todo el trabajo lo hacia él. Yo lo que hacía era conversar con él.

¿El mejor Capriles entonces es el más censurado? 

El mejor Capriles es el de ahora, que lo veo todo el tiempo haciendo cosas. El Periscope me avisa a cada momento de cómo está en tal sitio y en otro y en otro. Todas sus experiencias lo enriquecen. Ahora tiene una mayor comprensión del país. Haber podido ir de pueblo en pueblo escuchando a la gente, viendo sus problemas, lo ha hecho una persona mucho más completa.

¿Qué otro político has notado que se haya afinado en su desempeño público? 
Siento que Carlos Ocariz tiene una energía incansable y ganó elecciones dificilísimas en Petare. Y ahorita, porque he visto sus intervenciones, Miguel Pizarro, un muchacho joven que le gustan los retos. Me parece alguien contundente, que dice las cosas como realmente las siente, y eso a mí me gusta en los políticos. Por eso soy admirador deTeodoro Petkoff, que es de los que tienen una orgánica formación, que no especulan cuando hablan sino que lo dicen claro y relajado.

También hay mucha vehemencia de cartón, de caletre. 

Eso se nota. Se lo noto mucho a los políticos del oficialismo. A Maduro se lo noto constantemente. Él es un pésimo actor. Cada vez que lo veo, siento que cuando interviene se ha atragantado con un montón de cosas que le han dicho que tiene que decir y cómo tiene que decirlo. Yo no le encuentro su personalidad. Es patético verlo.

Pero ha mejorado desde aquella decisión plena como la luna llena. 

De tanto repetir uno aprende. Yo creo que lo lamentable es que él no haya entrado desde un principio intentando ser él. Yo no lo conozco, pero me dicen algunos que lo conocieron que hace años era un tipo conciliador. Eso se acabó. Él se ha impuesto algo y creo que eso hace que a diario pierda afectos por la falta de verdad en lo que hace.

¿Crees que está entrampado por una maraña de poder? 

Eso suele ocurrirle cuando no tienes personalidad. Si te dan una responsabilidad y en vez de agarrarla te asustas, aparece la tensión y allí viene el caletre aprendido. En la campaña se veía. Eso era terrible. Es posible que lo hayan puesto allí condicionadamente.

¿En algún momento has identificado a un Maduro más verdadero, aunque sea por un instante? 

Sí. Yo creo que el Maduro que dijo en días pasados que tenía el cerebro cansado o algo así, si siempre fuera así sería mejor. Porque reconocer errores es poder corregirlos.

¿Cuál otro buen comunicador hay en el chavismo? 

Me la pones difícil. El político dentro del chavismo, Chávez los pasmó con su enorme personalidad, era un gran orador: incluso después del golpe se mostraba relajado y saca un crucifijo, aunque yo tengo claro que él pensaba "los voy a joder a todos", pero hacía todo su acting bien. Ese monstruo de la comunicación los pasmó, incluso a gente con trayectoria como Tarek William Saab que de pronto se convirtieron en otra cosa. Tú me haces esa pregunta y me dejas en el aire, porque de pronto yo veo a Diosdado y él habla como Chávez, con sus gestos. Pero claro que todos los imitadores, si el tipo al que imitas tuvo el poder que tuvo, siempre termina siendo un poco patético.

¿Y en la oposición también hay acartonados? 

(Larga pausa) Es que no quiero joder a nadie (risas). Yo le diría a Henri Falcón, un tipo al que respeto, que se defina. Si él se define su discurso va a ser más claro. Inclusive en las giras (de campaña en 2013) varias veces estuvimos por allá y me gustaba su fuerza, su claridad, cómo organizaba la vaina en la campaña, y de pronto empiezo a sentir un tipo raro. Yo le diría a todos que se quiten un vocabulario impuesto de la boca. Usan tanto la marca "progreso" que parece una marca de carros. 

Pero Capriles también la usa. 

¡Todos! Les diría que creen fotografías de lo que van a hablar, que hablen siempre como si estuvieran mirando en los ojos a alguien. Esa es la clave de un gran orador.

¿Esos modos de Chávez impactaron también a la oposición? 

Totalmente. Tanto así que a veces por no imitarlo, terminan no hablando de los problemas.  Chávez llega a la Presidencia de la República y fundamentalmente su ataque fue a la corrupción, exagerado porque ahora cuando ves lo que pasa un país petrolero con el barril a 103 dólares en comparación con el gobierno de Caldera que lo tuvo a 9... Ahora estamos mal y lo tienen a 40, donde uno sospecha una corrupción enorme y el político de oposición habla muy poco de eso. Es decir, es incapaz de traducir y decirle a un señor "mira, tú no tienes nada en el bolsillo porque alguien tiene los bolsillos muy llenos, y no honestamente". Yo siento que hay miedo a hablar de un problema terrible y gravísimo del país. Yo siento que muchas veces a nuestros políticos les falta contundencia. De pronto oigo una propaganda en radio y me pregunto qué vaina es esta. Por ejemplo, y espero que entiendan que lo digo como espectador que quiere lo mejor para todos, tú oyes la música y aparece la voz de un locutor "¡y ahora hay que decirlo con Julio Borges!"... y aparece la voz de Julio Borges (la imita flojito)... y después termina "¡lo dijo Julio Borges!". Si pones esa voz al principio, ¿tú te imaginas lo que tiene que venir después? ¡Hay que decirlo!, pero no dice nada. Yo lo que siento es que alguien va a aparecer diciendo "¡no sigan robando en este país, la gente se está muriendo, hay hambre!"... un tipo que diga "¡estoy hasta los huevos de que esto pase!", y después entra la voz "¡lo dijo!". Y coño, está bien, sí lo dijo.

Así de contundente. 

En eso, en el discurso, no hay un deber ser. Tú tienes que ser, y punto. Por eso yo admiro a Teodoro Petfkoff.

Fuiste noticia el fin de semana, y el lunes lo fue Javier Vidal por el robo violento que sufrieron en su casa. ¿Cómo te sientes con una agenda marcada por dos actores en esas circunstancias? 

Yo lamento el por qué estamos siendo protagonistas. Ojalá fuera por un espectáculo, por unos premios, por un proyecto maravilloso, inclusive en el que pudiéramos estar juntos Javier y yo. Pero cuando leí en las redes lo que le pasó a Javier y a su familia en su casa yo me siento desnudo, porque somos unas familias parecidas, con dos hijos; porque al vecino de mi edificio lo robaron hace un mes, se le metieron en su casa un sábado por la tarde y mi hija pequeña estaba en ese momento sola en el apartamento. Y de pronto leo lo de Javier y me descubro agradeciendo a Dios que no les pasó nada, que me parece una especie de consuelo de tontos pero es lo que pienso. Me indigno. Me molesto, porque este país no merece este desangramiento diario que tenemos. A mí me han robado varias veces. En días pasados me pusieron una pistola en la cabeza en San Román por un Blackberry viejo que yo uso, y cuando el tipo lo vio me lo tiró en el pecho y me dijo "un artista con esa mierda", y se fue (risas). Es duro. Yo agradecí que me lo devolviera, de paso me dijo pela bola. Me siento de una vulnerabilidad tal porque quién quita que llegue otro traumado y me sople un tiro. 

Las conversaciones cotidianas todo el tiempo giran sobre problemas 

Constantemente estamos masticando esta realidad. Siempre aparece algún conocido agredido, o alguien que se va del país, o las colas, y el coco nos lo tiene comido esto. Salirnos de allí es tan complejo. Uno procura hacerlo, me pongo a leer, entro a un ensayo, pero salgo de aquí y entro en esa realidad y no quiero evadirla. No quiero decir que el país está del carajo, no. El país está muy mal y hay unos responsables de eso a los cuales hay que procurar sacarlos de donde están.  

“Me siento muy mal. Este es el país que yo no quiero, donde yo digo cuatro cosas y terminan siendo noticias por la imposibilidad que tenemos de decir cosas, por la censura, por la autocensura que es aún peor porque la primera denigra al censor y la segunda te denigra a ti.”

09-11-15




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