Por Jesús Alexis González, 02/11/2015
Sostiene el Gobierno Nacional, que “al pueblo lo que
le ha faltado son los productos que controla la burguesía (….) siendo necesario
abordar el proceso de distribución”, apuntalando dicho planteamiento con el
siguiente texto que debe ser colocado en
la vidriera del establecimiento supervisado: “En línea con lo estipulado
por el Comando Nacional de Precio Justo de la mano con el Ejecutivo Nacional,
procederemos ajustar los precios de nuestros productos en un -30% para
garantizar al pueblo el acceso de nuestros bienes y servicios”. Tal accionar,
representa un manifiesto solapamiento de la inflación como motor de la inestabilidad económica impulsada por
deficientes políticas en materia monetaria y fiscal (e ideológica), que ahora
intentan revertir (mediáticamente) apelando de nuevo al control artificial de precios y ganancias ¡para toda la economía! restando importancia al efecto negativo que
tiene sobre el funcionamiento del aparato productivo nacional al tiempo de
castigar a la sociedad con escasez y desabastecimiento; hasta asumir con descarado reduccionismo que la culpa del
actual desastre económico recae en el sector privado (¡!) en teórica
complicidad con “industriales y comerciantes especuladores”; cuyo enfoque es
difícil de “entender” ya que estos actores del proceso reciben (algunos) divisas mediante autorización y supervisión
gubernamental, que en tal caso convierte a la burocracia en “cómplice necesario” para poder delinquir
en contra del bienestar nacional, encubriendo su nefasto accionar con la simpleza
de instrumentar como “política publica” la fijación de un margen máximo de
ganancia del 90%, correspondiéndole al productor un 30% sin alternativa de
variación so pena de clausura o cárcel.
En respeto al ejercicio profesional de la economía, no
entramos a evaluar las utópicas bondades
del PMVPya que estaríamos contribuyendo al apuntalamiento de la externalidad en cuanto a que la culpa
del desastre económico no recae en el Gobierno ¡sino en otros! facilitándole no dar explicaciones al ciudadano
sobre las imperfecciones generadas por su mal
adelantada “política económica” y sobre las estrategias que debe
instrumentar en aras de contener la vertiginosa caída del bienestar de la
población a la luz de una hiperinflación que vuelve migajas la confianza en el bolívar,
la calidad de vida y la movilidad social propiciada por la persecución implacable de un socialismo
abiertamente rechazado por la realidad histórica; amparada dicha absurda
intención por un militarismo implícito
que cede sus conceptos transversales en
pro de compartir el poder, como es el caso tanto del denominado Estado Mayor del Plan de Recuperación
Económica de enero 2015 (Generales y Jefes de todos los ramos que componen
una división, y punto central donde deben determinarse y vigilarse todas las
operaciones) conducido personalmente por el Presidente de la Republica (¿en su
condición de Comandante en Jefe?); así como por el recién creado Comando Nacional de Precios Justos (pequeño
grupo de tropas de choque, destinado a hacer incursiones ofensivas en terreno
enemigo) que enfrenta, inferimos, a
un rival imaginario que según el
oficialismo recibe apoyo externo de los EEUU (¿?) e internamente de la
burguesía (¡!); que de ser cierto nos haría temer sobre un indeseable conflicto
bélico en el campo real habida cuenta de no haber podido “derrotar al enemigo”
en un simulacro de guerra luego de más
de 13 años de pleno control de la economía, donde vienen imponiendo un
precio máximo que genera pérdidas de rentabilidad estimulando el deseo de abandonar
la “lucha” hasta reducirla oferta
(producción) del respectivo sector (mas escasez).
En la presente crisis, surge la pertinencia de
resaltar algunos problemas de nuestra economía que por sabidos se callan y por callarse
se olvidan tales como que reflejamos la inflación más alta del mundo con obvio
efecto sobre el incremento de los precios; que experimentamos una persistente
escasez de bienes y largas colas para poder adquirir (los que tengan suerte) la
poca oferta resultante de la ínfima producción nacional ante la obviedad de no
contar el empresariado con divisas para importar materia prima (y mucho menos
para la innovación y actualización tecnológica), no compensada por la
ineficiencia del aparato productivo dependiente del sector público; que el crecimiento
excesivo de la liquidez monetaria a la luz de la continua emisión de dinero
inorgánico por parte del BCV ha propiciado que supere su capacidad de uso incidiendo por ende en su poder de compra; que luego de una larga
vigencia del control de cambio (05/02/2003) originalmente “fundamentado” en
evitar la fuga de divisas y controlar el precio de los alimentos, hoy se
observa un claro fracaso de ambas intenciones habiéndose “fugado” una cifra superior a los 300.000 millones de US$ al
tiempo de reflejar una torpeza de la “dictadura cambiaria” tanto en materia de
importaciones como en facilitar las “bondades” de un mercado paralelo que convierte un dólar preferencial
(liquidados con supervisión gubernamental) en el mejor negocio posible en Venezuela para aquellos con tentáculos con
el poder ( más del 40% de los honestos importadores deben ir al paralelo).
Resulta oportuno recordar, que el control de cambio
arrancó con una tasa de Bs 1.600/$(2003)
que varió hasta Bs 2.150/$ (marzo
2005) en devastadora paridad que ocultaron con el artificio contable de la eliminación de tres ceros de la moneda mediante
el proceso de reconversión monetaria ejecutado por el BCV, de donde emergió por
arte de magia financiera una tasa de ¡¡ Bs 2,15/$!! de nulo impacto favorable sobre el desenvolvimiento
económico pero hábilmente utilizado como estandarte mediático de una “justa
paridad cambiaria”, que aún hoy día está propiciando, con sobrada razón, que
suenen sirenas de alarma cuando nos acercamos a una paridad de Bs 800/$ ya que en retrospección
equivale a unos Bs 800.000/$. En
fin, el Gobierno recurre a la estrategia
populista más sencilla: acusar a los industriales y comerciantes de estar
boicoteando la economía; pero de crear las condiciones para inducir una mayor y
mejor oferta nada se dice ya que
solo les interesa mantenerse en el poder ¡¡como
sea!!
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