Omar Estacio 05 de marzo de 2021
@omarestacio
Un
sedicente, empresario, pastor evangélico, político, diputado opositor, de
Nicolás Maduro, retenido o apresado -cuando echan a alguien, en volandas, la
semántica poco cuenta- durante 14 largas horas en el Aeropuerto Internacional
de Miami fue, finalmente, deportado y devuelto, sin anestesia, a Venezuela.
“Alacranes”. Así llaman en el barriobajero mundo de la
política venezolana a los parlamentarios que, posan de opositores, pero que no
son más, que comparsas del repugnante oficialismo. De cuando en cuando, uno o
varios de la gavilla, vociferan soflamas incendiarias contra el narco régimen y
hasta se fingen dispuestos, en el mismísimo Capitolio Federal, a liarse a
trompada limpia con sus fementidos, adversarios políticos. Los únicos que creen
que nadie se entera de la farsa, son los propios “Alacranes”. A su manera, son
felices. Asumen su rol, apoyados por remiendavirgos como, Zapatero o a alguno
que otro comisionado de DD HH de la ONU del señor Guterres, coludidos todos.
Después, pasan, juntos o separados, por taquilla a cobrar sus coimas.
El protagonista del episodio de nuestro relato de hoy,
es, quizás, el nadir de los “alacranes”. Si no es el ubicado en la cota más
baja del servilismo, pugna en multitudinaria y cerrada competición por ese
campeonato.
Antes de seguir adelante creemos oportuna la siguiente
acotación: El cronista es “andreseloysiano”. Quiere decir, seguidor ferviente
de nuestro, Andrés Eloy Blanco, de quien transcribimos algunas estrofas, del
Coloquio bajo el Olivo, uno de sus, muchos, hermosos y aleccionadores poemas: “
Por mí, ni un odio, hijo mío/ ni un solo rencor por mí/ no derramar ni la
sangre/ que cabe en un colibrí/ ni andar cobrándole al hijo/ la cuenta del
padre ruin/ y no olvidar que las hijas/ del que me hiciera sufrir/ para ti han
de ser sagradas/ como las hijas del Cid/”.
¿Y qué se le perdió, en EE. UU., a parlamentario tan
cuestionable, país cuyas autoridades incluyen en la, OFAC, y demás listas
negras, a cuanto cooperador, encubridor, proxeneta o compinche de la citada
narcosatrapía?
Según
relata, el propio deportado, viajó a Miami, a gestionar hipotéticas donaciones
a favor los depauperados venezolanos, víctimas de la ineptitud, la sevicia, de
la corrupción con furor de Mesalina del narcosátrapa, de quien es
colaboracionista.
Me parece, verlo y oírlo todo, frente a la ventanilla
del ceñudo agente del Servicio de Inmigración del aeropuerto internacional
referido:
Caramba, míster, aparte de su prontuario de diputado,
esquirol, quintacolumnista, cipayo, malinche, infiltrado, ¡ A otro perro con
ese hueso! que vino a buscar donaciones para sus compatriotas pues, usted, no
aparece registrado, ni en Florida, ni en ningún otro estado de la Unión como
solicitante de donaciones, en los términos que exige la Ley de Solicitud de
Contribuciones, sección, 496.401 a la 496.424 (Solicitation of Contributions
Act, http://www.leg.state.fl.us/statutes/index.cfm?App_mode=Display_Statute&URL=0400-0499/0496/0496.html).
Así, míster, que si se pone a pasar “raqueta”, por aquí, sin el correspondiente
registro ¡Preso, carrizo! Además, después de chequeado y rechequeado, en
Google, lo único notable que consigo relacionado con su persona, son dos
parientes suyas, en primerísimo grado de consanguinidad, muy monas éllas, que
van y vienen a EE. UU. a derrochar “físico” y dinero, tangas, bikinis mucho
dólares y credit cards, por medio, poseedoras para mayores señas de
establecimiento comercial en la calle Ocho de esta localidad. Si esto último no
es legitimación de capitales, que venga alguien y me lo cuente (Y no digo más
de las citadas chicas, suficiente estigma y carga moral, pesan,
consanguinidades como la suya). Por lo antes expuesto, míster ¡métase en este
“cuartico” y espere, a que lo deportemos, pa’ que vaya a j… pa’ otro lado!
Y aquí llegamos adónde no quisiéramos haber llegado:
Que aunque las deportaciones, no derrocan gobiernos, ya que las van usar como
escarmiento deben hacerlo como Dios manda: Esos hijos e hijas, a los cuales se
refería Andrés Eloy, son aquellos que no han participado en las fechorías de
sus progenitores. Algo muy diferente, a los zagaletones y/o zagaletonas,
mayores edad que, conscientes del origen ilícito del dinero que reboza sus
cuentas bancarias, hacen jactancia de lo mal habido, por las redes sociales y
fuera de ellas. En Miami, Nueva York, Chicago, México, Madrid, Londres, Milán,
París, Australia, porque como la mala yerba, están por todas partes. En
Caracas, quedan pocos rezagados, al volante de sus Ferraris. Cada uno, se ha
ganado por derecho propio, su pase al “cuartico” y penas accesorias, iguales a
las del diputado “Alacrán”. El U.S. Immigration and Customs Enforcement debería
tomar nota.
Si así depravan a sus propios hijos ¿Qué podemos
esperar los demás?
Omar Estacio
@omarestacio
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico