Juan Francisco Alonso 08 de marzo de 2021
La investigadora de Amnistía Internacional, Yara Boff
Tonella, considera que el éxodo que está sufriendo Curazao es un reto “muy
importante”, sobre todo en el contexto de la pandemia donde la mitad de la
población de la isla está subsistiendo con ayuda humanitaria
Lejos de amainar, la migración venezolana
recrudecerá en 2021 y para finales del año podría convertirse en la “peor del
mundo”. Así lo advirtió recientemente el gobierno de Canadá, un pronóstico
que alarma a los vecinos de Venezuela, incluidas las islas del Caribe
Neerlandés, que en la actualidad lucen desbordadas por la situación.
El problema ha tomado tal dimensión que Amnistía
Internacional, una de las organizaciones internacionales de Derechos Humanos
más prestigiosas del mundo, ha puesto su mirada en la respuesta que las
autoridades de Curazao vienen dando a la situación y para los próximos
meses esperan presentar un nuevo informe sobre el asunto.
Sin embargo, a la espera de los resultados de esta
nueva investigación, Yara Boff Tonella, investigadora de Amnistía
Internacional, aseguró que uno de los principales obstáculos para
lidiar con la crisis es la peculiaridad de la isla, la cual aunque está
geográficamente en las Américas es parte del Reino de los Países Bajos. “Se
hace difícil determinar quién tiene la responsabilidad de dar una respuesta al
problema”, apuntó durante una videoconferencia.
-Amnistía Internacional publicó en 2018 su informe
“Detenido y deportado”, en el cual calificaron de “inhumanas” las condiciones
de los centros de detención a donde son enviados los inmigrantes ilegales.
¿Tres años después la situación ha mejorado o empeorado?
-A falta de terminar nuestra investigación podemos
decir que no hemos visto una gran mejoría en los centros de detención, pero
además el principal problema sigue allí y es que los venezolanos
carecen de la posibilidad de solicitar asilo en la isla. Así que las personas
que dejan Venezuela para venir a Curazao ilegalmente serán detenidas
inmediatamente en una prisión y luego deportadas, con todos los riesgos que
esto conlleva.
-¿Por qué no se puede solicitar asilo o refugio?
-Curazao no ha firmado la Convención sobre el Estatuto
de Refugio de Naciones Unidas de 1951 y, por lo tanto, si eres
venezolano y dejas el país porque te están persiguiendo no puedes pedir refugio
en Curazao. El único tratado de Derechos Humanos que aplica en Curazao es
la Convención Europea de Derechos Humanos, porque es parte del Reino de los
Países Bajos y ese tratado prohíbe la tortura. A la luz de este tratado, las
personas no deberían ser enviadas a lugares donde enfrenten la posibilidad de
ser torturados o maltratados de alguna forma.
-¿La Convención Americana sobre Asilo Diplomático ni
ninguno de los otros tratados firmados en el marco de la Organización de
Estados Americanos (OEA) aplica en la isla?
-No, porque Curazao es parte de un país
europeo, en este caso del Reino de los Países Bajos, y no es miembro de la OEA.
Curazao solo ha firmado la Declaración de Cartagena (sobre Refugiados, la cual
recoge el principio de no devolución y llama a los países a
buscar soluciones duraderas como la repatriación voluntaria o la integración
local, y a realizar esfuerzos para erradicar las causas que originan
el problema de las personas refugiadas). Sin embargo, es un código moral y
no es vinculante.
-La figura del asilo diplomático no existe en Europa y
Curazao al estar regido por un país europeo tampoco la reconoce. ¿Cierto?
-Exacto, los venezolanos pueden venir a
Curazao para pedir asilo y luego ir a los Países Bajos, eso es imposible.
Ni siquiera pueden pedir asilo en Curazao una vez que están en la isla y mucho
menos pedirlo en la Embajada neerlandesa en Caracas.
-¿Entonces, los inmigrantes venezolanos están
desprotegidos?
-No, porque pueden solicitar protección al
amparo del artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos, el cual
prohíbe la tortura (…) Viendo el lado positivo de la
situación, las autoridades curazoleñas y neerlandesas han desarrollado un
procedimiento que parece ir en la dirección correcta, pero es muy novedoso y
por lo tanto no podemos decir si es eficiente o no.
-¿El principal problema para lidiar con la crisis es
el vacío legal?
-Sí, definitivamente, porque hace difícil
determinar quién tiene la responsabilidad de dar una respuesta: ¿Es el
gobierno de Curazao o es el gobierno del Reino de los Países Bajos? Además,
hay partes del Reino que tienen diferentes estándares de Derechos Humanos, los
de Aruba no son los mismos que los de Curazao. Es una situación
complicada.
-¿El principal problema en materia de DDHH es la
migración venezolana o hay otros problemas?
-Hay muchos problemas y no podría decir cuál es más
grave que otro, porque nunca comparamos el sufrimiento, pero ciertamente la
migración es un reto muy importante (…) Se estima que hay 17.000
venezolanos viviendo ilegalmente en Curazao, lo cual es mucho si se considera
que la población total de la isla es de 160.500 (…) No hay que
olvidar, además, que la economía de Curazao depende mucho del turismo y debido
al coronavirus no hay turismo, por lo que en la actualidad es muy difícil para
las autoridades de la isla lidiar con las necesidades de su población y con las
de los inmigrantes. Hoy casi la mitad de la población de la isla vive de la
ayuda humanitaria que recibe mediante paquetes de comida.
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