Por Rafael A. Sanabria M.
La Asamblea Nacional
designó a rectores y demás miembros del Poder Electoral. Ya entre el común ha
surgido un sinfín de comentarios escépticos: que es más de lo mismo, que la
rectoría está en equilibrio pero que no hay credibilidad en los designados, que
son comprados por el gobierno y más. Así se le facilita la tarea a los
oficialistas. Es la actitud inmadura que asumen algunos adversarios al gobierno
con la consecuencia que el pueblo llano haya perdido la confianza en el
ejercicio del sufragio.
Los más interesados en
que el pueblo no vote es el oficialismo, ellos con un voto ganan. No les
hagamos la campaña. Seguimos cometiendo errores que le dan fuerza a la llamada
revolución. Hace falta sentido común, criterio propio y convicción para
propiciar el cambio.
Los pueblos siguen
recibiendo órdenes de arriba, que nos han conducido por caminos
incorrectos, con las consecuencias que vivimos en lo político, económico y
social. La tarea es ir como misioneros a despertar el dormido voto en las
comunidades, la única arma que tenemos para expresar nuestros malestares. Hay
que sembrar en la juventud las raíces históricas de cómo alcanzamos el derecho
al voto. No podemos seguir dejando los espacios para que otros hagan lo que
quieran en nombre de un proceso dizque dirigido al pueblo.
Es hora de que la
sociedad civil, de pie, tome la batuta por sí misma. Darle un golpe de timón a
las dificultades que padecemos por la mala gerencia. El pueblo no puede seguir
en silencio, en anonimato, es vital que tome la palabra para que arroje luz
sobre el camino.
Venimos de experimento
en experimento cual laboratorio, es preciso dejar a un lado el papel de
científicos y centrarnos con responsabilidad y valentía. Meterle el hombro al
país cuya fisonomía está marcada de profundas heridas. Vencer al miedo, que es
un derecho que tenemos pero no debe ser el manto que nos cubra. Qué más podemos
perder, si hemos perdido la tranquilidad, el buen vivir y la unidad como
paisanos. Por un supuesto modelo ideológico que ha dividido familias y amigos.
Ya no puede tener cabida la semilla de la discordia, queda a todos buscar los
puntos de encuentro para armar el rompecabezas de Venezuela.
La situación no afecta
solo a un grupo, la sombra de la indiferencia nos cubre a todos. El llamado es
a salir a motivar a nuestros vecinos por el voto. Es urgente retomar la ruta
del sufragio, vía expedita para el cambio, hacia la reingeniería de nuestro
país, para resolver nuestros problemas. Cada vez que votamos en masa logramos
la meta, vale la pena un poco de esfuerzo. Hagamos la clínica del rumor para
conquistar el voto por el cambio, esa es la tarea de todos los sectores de la
sociedad.
No tenemos recursos que ofrecer, la única herramienta a nuestro alcance es invitar a expresarnos en las urnas, a mantenernos activos en la defensa del voto. En contribuir con el proceso electoral como custodios de la opinión expresada.
Arranquemos la imagen
de la trampa que han impuesto los cogollos que no trabajan para incentivar el
voto sino que se valen de una tarjeta para negociar posiciones y solo aparecen
cuando hay elecciones. ¡Basta! Hay que dar una lección a los responsables por
acción u omisión de la situación actual y eso lo podemos lograr como pueblo
organizado. Deponer a los gobiernos malos y la oposición inepta. Es nuestro
momento. Utilicemos responsable e inteligentemente nuestra oportunidad de
opinar. Son necesarios unos minutos de esfuerzos mancomunados, mejor que miles
de días en oscuridad. La tarea es ¡a votar!
Quedarse en la acera
del frente es hacernos cómplices del fracaso. Es entregar nuestro terruño aun
sabiendo que podría tener otro destino. De qué valen las organizaciones
sociales sin operatividad correcta, de qué valen las comunas para que tengan
poder unos pocos.
Hagamos una
retrospectiva de los consejos comunales, los CLAP, las misiones, entre otros y
nos daremos cuenta de que lo que esta escrito en el papel es excelente, pero en
la práctica solo ha servido para darle poder a unos pocos contra un pueblo
oprimido.
Si todos salimos a
votar con conciencia, responsables por el cambio, no habrá quien detenga a ese
río humano frente a las urnas electorales de nuestro país. Que no quede ningún
alma en los pueblos de Venezuela sin votar.
El llamado es al pueblo
venezolano de a pie: obreros, profesionales campesinos, deportistas, artistas,
que nos organicemos en cada rincón de Venezuela, que llevemos hasta los más
recónditos lugares el mensaje. ¡A votar! De manera consciente, por gente
trabajadora y capaz, abierta al progreso, imbuida de amor y probidad.
Pueblo, tú decides si
encendemos la luz o continuamos en la profunda oscuridad.
Yo, soy pueblo.
rafaelsanabria17091979@gmail.com
Rafael Antonio Sanabria
Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua)
13-05-21
https://talcualdigital.com/la-tarea-es-votar-por-rafael-a-sanabria-m/
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