LEOPOLDO LÓPEZ 25 de mayo de 2021
@leopoldolopez
El triunfo
de Guillermo Lasso no solo es una buena noticia para Ecuador, también lo es
para América Latina. Lasso aparece como el portador de atributos políticos, que
mucha falta hacen en los tiempos que vivimos: un sólido discurso democrático;
una visión de la economía que combina el estímulo a la producción con el
objetivo de apoyar a las familias pobres; y, lo que es un signo destacado de su
trayectoria, una idea de la política donde el diálogo y la negociación son
relevantes.
El
seguimiento del recorrido político de Lasso contiene avisos que no podemos
obviar. El primero, su ejemplo de tenacidad. A pesar de haber sido derrotado en
dos procesos electorales, ello no le condujo al abandono de la lucha. A lo
largo de los años persistió en su promoción de los valores democráticos.
Lasso
es un político a contracorriente en América Latina. Ajeno a la demagogia, no ha
temido desmontar los argumentos del populismo chavista, cuyas secuelas de
empobrecimiento masivo y corrupción ya conocemos.
Pero
hay, además, otro aspecto de la irradiación pública de Guillermo Lasso, que
debo mencionar: el lugar que los Derechos Humanos ocupan en su agenda. Puedo
dar testimonio: a lo largo de los siete años en que permanecí en prisión,
fueron numerosas las veces en que actuó a favor de mi liberación y la de los
presos políticos venezolanos.
Durante
la reciente campaña electoral, a Lasso se le interrogó sobre la presencia en
Ecuador de emigrados venezolanos. Y en cada ocasión dio respuestas que han
cargado de esperanzas, a los 400 mil compatriotas que viven en la nación
ecuatoriana. Ha defendido que Ecuador debe dar a los emigrantes, el mismo trato
que quiere para los ecuatorianos que han emigrado a otras partes.
Con el
presidente Lasso, con el presidente Iván Duque, de Colombia; y con las autoridades
de Costa Rica y Estados Unidos, los venezolanos tenemos un deber de gratitud.
En cada uno de esos países han sido aprobados estatutos de protección temporal.
Quien habita en un país distinto al suyo, y no dispone de los permisos
necesarios que garanticen su estabilidad legal, vive en un permanente estado de
zozobra, y de dificultades concretas para insertarse en la sociedad respectiva
y encontrar una fuente de ingresos estable y legal.
Me
cuento entre los perseguidos por el régimen de Maduro, que aguardamos el
momento de volver, para continuar la lucha, junto a nuestra gente. Mientras
llega ese momento, la denuncia del régimen ante instancias internacionales; las
diligencias para que más países dicten medidas de protección temporal; la
participación activa en las diligencias para alcanzar elecciones libres, justas
y transparentes, continuarán en el eje de mi actividad. Pero con un estímulo
adicional: saber que Guillermo Lasso apoya nuestra lucha por la Libertad y los
Derechos Humanos.
LEOPOLDO
LÓPEZ
@leopoldolopez
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