Por Gregorio Salazar
Tal vez no haya habido
en la historia de Venezuela una fuerza electoral tan multitudinaria, tan
potencialmente victoriosa y, al mismo tiempo tan inerte, desmovilizada y
esterilizada para hacer valer su voluntad de cambio, pese a estar desde hace muchos
años aglutinada en torno a la imperiosa necesidad de desalojar del poder a un
régimen autoritario y fracasado en todos los órdenes.
Claro está que en haber
llegado a esta situación asaz contradictoria y favorecedora de la permanencia
en el poder de quienes han destruido a Venezuela pudieran señalarse muchos
decisores, de lado y lado, dentro y fuera del país; si bien la primera
responsabilidad recae en quienes desde las alturas del poder —y de forma
impúdicamente deliberada— han trabajado tenazmente para destruir la fe en el
voto y otras herramientas de la democracia como el diálogo y la negociación.
Aquí y ahora el pueblo
opositor venezolano, el que está convencido y decidido a sacar del poder a
Maduro y su oprobioso entorno, resultará invencible en cualquier medición
electoral en unos comicios con medianas garantías para los partidos y la
ciudadanía.
Más del 80 % de los
venezolanos quieren poner fin a esta tragedia. Ese es el punto donde estamos. Y
el reto verdadero está en organizarse para abandonar lo que definitivamente ha
sido un barranco.
En esa lucha todo
avance potencia el próximo, la ruta que se abre duramente hoy funcionará como
un atajo para mañana, cada risco superado acerca a la próxima cumbre. Si
algunos saben de eso son los alpinistas, que aún con espíritu de pioneros
siempre agradecen a quienes le antecedieron el haber descubierto un sendero que
hará menos trabajosa y finalmente exitosa su expedición.
Ya pasó el momento de
exigir genéricamente «elecciones libres» como un mantra más, sin haberse
mantenido un discurso sobre cuáles son los cambios que harán eso posible, sin
hacer pedagogía del valor del voto, sin empeñarse de verdad-verdad en que la
ruta para salir de este desastre debe ser pacífica, electoral y constitucional.
Hay, evidentemente, una parte del ventajismo electoral oficialista que no va a ser desmontado de la noche a la mañana.
Por ejemplo, la
hegemonía comunicacional que se ejerce principalmente en el campo de los medios
audiovisuales, patentizado en el usufructo de lo estatal y control sobre lo
privado, no va a ser revertida del todo en lo inmediato. Es parte de ese
copamiento que de alguna manera ha consolidado el régimen de los espacios que
le pertenecen a una sociedad diversa, plural y por tanto democrática. Pero
contrapesos habrá.
Uno de los argumentos
que se utiliza contra la ruta electoral que hoy plantea la oposición es que con
elecciones regionales «no vamos a salir de esto». Claro, eso no va a desplazar
a Maduro del poder de una buena vez, pero en la medida que se le reste el
control que hoy ejerce sobre la casi totalidad de instancia de poder local y
regional —que el régimen utiliza como meras plataformas para el control
social—, en esa misma medida se socavará buena parte de la base sobre la que se
impone la cúpula roja.
Hubiera preferido mil
veces a Juan Pablo Guanipa al frente de la Gobernación del Zulia que al
fascistoide Omar Prieto.
La oposición va a
luchar a fondo en el tablero electoral. Exigirá la depuración del padrón
electoral, la habilitación de los partidos y sus dirigentes; caminará al lado
de las grandes mayoría necesitadas, renovará sus liderazgos y saldrá a la
búsqueda de nuevos cuadros dirigenciales entre los jóvenes, organizará sus representantes
de mesas, buscará los candidatos que reúnan el mayor consenso y, con gente
capaz en el CNE, velará para que se respeten las garantías que han sido
burladas en el pasado. Abajo el ventajismo.
Cuánto se concretará de
todo ello no es fácil pronosticarlo. Pero lo obvio es que todos estamos
involucrados y que se necesita del convencimiento, la unión y nuestro empuje
para que esas metas se cumplan en la mayor medida y se puedan eslabonar nuevas
victorias electorales hasta la que reinstaure la democracia en el país. Cuando
Venezuela se encuentra en una situación de vida o muerte, salvadores somos
todos.
Gregorio Salazar es
Periodista. Exsecretario general del SNTP.
16-05-21
https://talcualdigital.com/elecciones-salvadores-somos-todos-por-gregorio-salazar/
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