Opus Dei 29 de mayo de 2021
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Comentario
de la Solemnidad de la Santísima Trinidad. “Y sabed que yo estoy con vosotros
todos los días hasta el fin del mundo”. La verdad de la compañía constante de
Dios con nosotros nos llenará de alegría y esperanza en la labor apostólica; y
nos llevará a buscar, por encima de los recursos humanos, los medios
sobrenaturales.
Los
once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y
en cuanto le vieron le adoraron; pero otros dudaron. Y Jesús se acercó y les
dijo:
—Se me
ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos
a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado. Y sabed que
yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Comentario
Hoy,
solemnidad de la Santísima Trinidad, la Iglesia proclama en la liturgia el
final del evangelio de Mateo. En este breve pasaje se narra precisamente el
mandato divino de hacer discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (vv.19-20).
Como
expresaba san Josemaría, “la Trinidad se ha enamorado del hombre (…), lo ha
redimido del pecado (…) y desea vivamente morar en el alma nuestra” [1]. Por eso Jesucristo envía a los discípulos a
evangelizar y a bautizar, en nombre de las Tres Personas Divinas, porque
quieren hacer su morada (cfr. Jn 14,23) en cada corazón que
libremente le abra sus puertas (cfr. Ap 3,20).
Para que no desfallezcamos en el cumplimiento
de este mandato, Jesús nos recuerda que Él ha recibido ya toda potestad en el
cielo y la tierra (v. 18). Con la expresión cielo y tierra, el
lenguaje bíblico quiere expresar toda la realidad creada: Jesús es todopoderoso
en todas partes, las visibles y las invisibles. Su fuerza y potestad puede
llegar a todos los rincones y a todos los ambientes y a todos los corazones.
Esta verdad sobre el triunfo de Cristo puede
calar cada vez más hondo en nuestra alma, hasta llenarnos de esa gran confianza
y seguridad de que gozaban los santos: aunque a veces parezca que el mal se extiende
fácilmente y sin remedio, Dios sigue actuando eficazmente en todas las personas
y espera nuestra libre cooperación para redimirlos y cambiarlos.
Con este anuncio misterioso que hacía Jesús,
“se me ha dado toda potestad”, se revelaba el cumplimiento de los vaticinios
del Antiguo Testamento, en especial del libro de Daniel, según los cuales el
Hijo del Hombre recibiría el dominio, el honor y el reino, y en los que se
anunciaba que todos los pueblos, naciones y lenguas le iban a servir (Dn
7,14ss).
Pero el poder de Dios no pretende abrumar la
pequeñez del hombre y someterlo a una sumisión servil, hasta anularlo, como
piensan muchos, rechazando a Dios por eso. Al contrario, es tal la victoria del
Señor sobre el pecado y la muerte, que exalta a los hombres, para hacerles
capaces de un trato amoroso y confiado con Él, como hijos suyos y templos de su
divina presencia.
Y la victoria de Jesús es tan grande, que se
atreve a confiar, por decirlo así, en sus discípulos, para la inmensa tarea
de iluminar el mundo entero con la verdad del evangelio y la gracia del
bautismo; y para enseñar a todos los pueblos lo que el Hijo de Dios les había
enseñado a ellos.
Jesús también hace una promesa que nos llena de
seguridad: “Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del
mundo” (v. 20). Porque, como explica el Papa Francisco, “solos, sin Jesús, ¡no
podemos hacer nada! En la obra apostólica no bastan nuestras fuerzas, nuestros
recursos, nuestras estructuras, si bien son necesarias. Sin la presencia del
Señor y la fuerza de su Espíritu nuestro trabajo, aun si bien organizado,
resulta ineficaz. Y junto a Jesús, nos acompaña María, nuestra Madre. Ella ya
está en la casa del Padre, es Reina del cielo y así la invocamos en este
tiempo; pero como Jesús está con nosotros, camina con nosotros, es la Madre de
nuestra esperanza” [2].
[1] San
Josemaría, Es Cristo que pasa, n. 84
[2] Papa
Francisco, Homilía, 1 de junio de 2014.
Tomado
de: https://opusdei.org/es-ve/gospel/evangelio-solemnidad-santisima-trinidad/
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