Rafael Veloz García 22 de octubre de 2021
@Rafaelvelozg
En los
últimos días hemos sido testigos, junto a todos los venezolanos, de importantes
hechos públicos, notorios y comunicacionales, como han sido una serie de
pronunciamientos realizados por trabajadores, profesionales y técnicos del
país, en los cuales han ratificado su más irrestricto apoyo al Presidente
encargado de la República Bolivariana de Venezuela, Juan Guaidó, y a los
parlamentarios de oposición de la Asamblea Nacional (AN) electos en 2015, que
se han mantenido firmes contra el régimen dictatorial de Nicolás Maduro.
El leitmotiv ha sido unirse a la lucha en forma más unitaria en torno al Acuerdo de Salvación Nacional y todo lo que derive de esta propuesta de Juan Guaidó que está en marcha, como por ejemplo la mesa de negociación de Ciudad de México, que tiene como principales objetivos concretar la realización de elecciones presidenciales y parlamentarias, libres, transparentes y verificables, así como el urgente ingreso de la ayuda humanitaria al país y la liberación de todos los presos políticos.
Esas
manifestaciones trascendieron los espacios en que se realizaron, porque miles
de venezolanos hicieron uso de los recursos comunicacionales del que disponen,
como son los canales que brindan las redes sociales, para sumarse de manera
abierta, mayoritaria y absoluta a los planteamientos de los sectores que se
dirigieron al país para exponer su posición ante el momento político actual.
Fue, en otras palabras, un sonoro eco de democracia y libertad. Y no es simple
retórica lo que afirmamos aquí, porque lo que decimos es por entero
comprobable.
¿Qué
implica todo lo anterior para el Presidente (E) de Venezuela y para los
parlamentarios de oposición electos en 2015? La respuesta se simplifica en dos
palabras: más compromiso.
No se
puede ignorar lo que los ciudadanos reclaman a aquellos que fueron electos por
su voluntad para que los representen. Por lo tanto, demandan no desmayar, sino
seguir en la lucha con todo.
La
tarea no ha sido nada fácil ni lo será, pero renunciar a ella no es una opción,
porque sería abandonar a los ciudadanos y eso, tengan la seguridad, no lo van a
hacer.
Es muy
grande la complejidad de esta lucha frente a una dictadura no convencional y criminal
como lo es la de Nicolás Maduro, la cual ha originado la profunda crisis que
agobia a los venezolanos, cuya raíz es política y su solución tiene que ser
política, como bien expresó Leopoldo López en una carta que dirigió a los
venezolanos desde la cárcel de Ramo Verde en 2014.
Se han
cometido errores, es cierto, pero de mucho han servido en el plano de la
experiencia, lo cual ha permitido construir un paradigma para hallar respuestas
y lograr los objetivos. Y en ese sentido se avanza con más energía y
determinación que siempre.
De por
sí la política es muy compleja hasta en los más conspicuos escenarios
democráticos del mundo. Esto queda reflejado en las palabras del Primer
Ministro del Reino Unido durante la II Guerra Mundial, Sir Winston Churchill, quien
dijo: “El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes
próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo
que él predijo”.
Churchill
se refería a lo difícil del ejercicio del político y a lo impredecible que
puede ser la política, porque en ella recae todo el peso de lo imponderable. La
política es además muy dinámica y cambiante, por lo que la toma de decisiones
en circunstancias tan terribles y con múltiples factores en contra como es el
caso venezolano, obligan a realizar esfuerzos realmente titánicos, sobre todos
aquellos que permitan lograr una mayor fortaleza para encarar a la dictadura.
Es
precisamente en ese sentido donde con más ahínco ha puesto el foco el
presidente Juan Guaidó, quien a su vez es el presidente de la legítima Asamblea
Nacional. Se ha centrado en fortalecer el factor unitario y, conjuntamente con
los diputados que lo acompañan en la AN, en explicar a los ciudadanos del país
lo que significa y los alcances del Acuerdo de Salvación Nacional en estas
instancias de lucha.
Esta
propuesta emerge de la Consulta Popular promovida desde la Asamblea Nacional
por el Presidente (E) Juan Guaidó y que se realizó del 5 al 12 de diciembre del
2020, y en concreto para dar efectiva respuesta a la tercera pregunta, en la
que los venezolanos dentro y fuera del país, aprobaron “ordenar las gestiones
necesarias ante la comunidad internacional para activar la cooperación,
acompañamiento y asistencia que permitan rescatar nuestra democracia, atender la
crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad”.
Bajo
el amparo del artículo 233 constitucional. tanto el presidente Guaidó como los
diputados de la Asamblea Nacional, se mantienen en la primera línea de batalla
contra el régimen y blindados con El Estatuto que rige la Transición a la
democracia para restablecer la vigencia de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, el cual es un acto en ejecución directa e inmediata
del artículo 333 de la Carta Magna. “Su propósito es volver a la Constitución
desde la propia Constitución para ofrecer un cauce ordenado y racional al
inédito e inminente proceso de cambio político que ha comenzado en el país. Se
trata de una iniciativa normativa de la Asamblea Nacional que aspira a
preservar la Constitución de 1999 como pacto de convivencia para la vida cívica
de los venezolanos y como fundamento de la transición democrática”, como se
estableció cuando fue aprobado.
Por lo
tanto, hoy resultan muy significativas las recientes manifestaciones de
irrestricto apoyo que han recibido el presidente Guaidó y los diputados
democráticos de la Asamblea Nacional electa en 2015, pues los mantienen
vigentes como fieles depositarios de la lealtad de los venezolanos, por la cual
no se apartarán de la lucha, sino todo lo contrario, se mantendrán en ella con
más convicción de que el cambio será una realidad muy pronto, pero para que sea
así hay que hacer valer la mayoría y estar unidos.
Podemos
decir incluso que existe un pacto de leltad no escrito y de un valor
incalculable, porque se trata de una lealtad que es compartida, pues Guaidó y
los parlamentarios de la AN a su vez han depositado la suya en el pueblo
venezolano, lo que da mayor sentido a continuar adelante con más brío en el
irrenunciable compromiso de recuperar la democracia y la libertad.
Rafael
Veloz
@Rafaelvelozg
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