Por Daniel J. Santolo V.
Si la rochela estuviese
al aire todos los lunes como era costumbre, no se daría abasto para la cantidad
de sketch que tendrían que producir, una hora semanal no bastaría para parodiar
los tantos casos tragicómicos que a diario tenemos que ver, no salimos de un
show. No hay tiempo para reírse o comprender el último, pasamos como si nada al
siguiente y lo peor es que los olvidamos tan rápido como el mismo tiempo que
toma aparecer el próximo.
Una de las pocas redes
sociales que utilizo es el Twitter, por la que trato de enterarme por donde van
las tendencias informativas y de las preferencias de aquellos que hacen vida en
“tuiterzuela”, es donde más se ve este fenómeno, escándalos van y escándalos
vienen, eso sí, desaparecen a veces de la noche a la mañana, ya no me asombra
nada, hay reacciones frente a hechos que en momentos normales no serían más que
una noticia cotidiana, y se tratan de magnificar de tal forma que de ella se
esperan milagros.
Se sigue en la espera
de la salida rápida, de aquel salvador de la patria que llegará montado a
caballo para rescatarnos, pero a pocos se les ocurre que esa esperanza solo
quedará en eso, o peor aún, en desengaño. La verdad es que tendremos que bregar
por mucho tiempo para recobrar un país que prácticamente está en ruina. Vivimos
una economía de guerra sin haber pasado por una, y no porque algunos no la
buscaran, pedidos de invasiones “humanitarias”, golpes de Estado, incursiones
con peñeros y la generación de un gran número de acciones que buscaron el
enfrentamiento entre hermanos venezolanos, tratando de generar una situación de
desestabilización tal que hubiesen puesto al país en una ingobernabilidad en
donde cualquier cosa hubiese podido suceder, pero como siempre este noble
pueblo lo evitó, no cayó en la provocación.
Recuerdo claramente
como el 30 de abril de 2019 frente los hechos del distribuidor Altamira, la
respuesta de los que estaban en las calles manifestando fue retirarse y dejar
solos a los que propiciaron esa acción, tal fue la reacción frente a ese hecho
que al día siguiente la marcha que fue convocada para la celebración del
primero de mayo, no se llegó a realizar. La desconexión con la gente que quiere
un cambio quedó nuevamente demostrada, y el talante democrático del venezolano
fue reafirmado.
A pesar de más de veinte años de querer acabar con ese sentimiento democrático que se ha internalizado en el pueblo venezolano, una democracia llena de errores sí, pero los venezolanos preferimos vivir en ella, a pesar de quienes quieren acabar con la posibilidad de avanzar, con un discurso de exclusión y confrontación, son responsables de todos nuestros males.
Basta ver como algunos
se disfrazan de demócratas pero sus actos los delatan, se llenan la boca
hablando de democracia y acusando de dictadores a otros, pero andan por el
mundo reuniéndose que seres impresentables, muy alejados de los preceptos
democráticos que muchos aspiramos.
Debemos comenzar a
construir la Venezuela posible, inclusiva, solidaria, y dejar de utilizar las
redes para destruir cualquier iniciativa o acuerdo que se dirija a conseguir
mejoras para las grandes mayorías depauperizadas, en parte por culpa de la peor
política económica que hemos atravesado, y por el hecho cierto de la
confrontación, o preferimos seguir con el “cómo vaya viniendo vamos viendo” del
personaje novelesco Eudomar Santos.
Daniel J. Santolo V. es
Politólogo Especialista en Sistemas Electorales, profesor de pre y postgrado en
la UCV, Doctorado en Ciencias Políticas, Miembro del Comité Político Nacional
AP
21-10-21
https://talcualdigital.com/la-rochela-venezolana-por-daniel-j-santolo-v/
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