San Josemaría 30 de octubre de 2021
@sJosemaria
La
alegría cristiana no es fisiológica: su fundamento es sobrenatural, y está por
encima de la enfermedad y de la contradicción. -Alegría no es alborozo de
cascabeles o de baile popular. La verdadera alegría es algo más íntimo: algo
que nos hace estar serenos, rebosantes de gozo, aunque a veces el rostro
permanezca severo. (Forja, 520)
Hay quien vive con amargura todo el día. Todo le causa desasosiego. Duerme con una obsesión física: que esa única evasión posible le va a durar poco. Despierta con la impresión hostil y descorazonadora de que ya tiene ahí otra jornada por delante.
Se han
olvidado muchos de que el Señor nos ha colocado, en este mundo, de paso hacia
la felicidad eterna; y no piensan que sólo podrán alcanzarla los que caminen,
por la tierra, con la alegría de los hijos de Dios. (Surco, 305)
Amor
verdadero es salir de sí mismo, entregarse. El amor trae consigo la alegría,
pero es una alegría que tiene sus raíces en forma de cruz. Mientras estemos en
la tierra y no hayamos llegado a la plenitud de la vida futura, no puede haber
amor verdadero sin experiencia del sacrificio, del dolor. Un dolor que se paladea,
que es amable, que es fuente de íntimo gozo, pero dolor real, porque supone
vencer el propio egoísmo, y tomar el Amor como regla de todas y de cada una de
nuestras acciones. (Es Cristo que pasa, 43)
Tomado
de: https://www.blogger.com/blog/posts/978643634496377787
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