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jueves, 23 de diciembre de 2021

«La flor del trabajo» por @froilanbarriosf

Por Froilán Barrios

El reciente anuncio del tirano usurpador, “Olvídense de mí por 15 días”, reclamando unas “merecidas vacaciones”, me trasladó en el tiempo a aquella sabrosa guaracha de Billo Frómeta cantada magistralmente por Cheo García, “La flor del trabajo”, que relataba la vida de un personaje cuyo ingenio le permitía todo género de piruetas con tal de no trabajar.

Se debe recordar que la guaracha no es intimista. Es crónica, es colectiva es social, sirve para reír y para pasar de boca en boca la cotidianidad del pueblo o el entorno involucrado, conteniendo un escenario predilecto en las épocas navideñas y de fin de año.

De esta manera, el pintoresco truhán transcurría todo un año de enero a diciembre de jolgorio en jolgorio, entre ferias, Carnavales, Semana Santa y visitas a compadres, quienes lo recibían a cuerpo entero, entre bailes y bebidas espirituosas para así no asumir su responsabilidad laboral, convirtiéndose en un aprovechado descarado del presupuesto familiar. En definitiva, una especie de pícaro o petardista de la Venezuela del siglo XIX.

¿Qué podemos decir de aquel personaje de «La flor del trabajo»?, en sus aventuras solo afectaba el entorno familiar. En el caso de Venezuela los desmanes del dictador usurpador impactan a todos llevándonos a la ruina, a pesar de la bestial campaña publicitaria que indica a un país de regreso a la normalidad, cuando en realidad es todo lo contrario.

Pues veamos en qué transcurre la gestión anual de este dictadorzuelo tropical. ¿Se aboca a solucionar el derrumbe de los servicios públicos?, ¿a detener la hemorragia de la diáspora por los caminos del mundo?, ¿a abordar la pobreza de 96,3% de la población? Su performance transcurre en abusivas cadenas, en trifulcas con los mandatarios de países desarrollados, en el insulto al opositor en un español precario, en fin, son monumentales las sandeces del principal vocero de la dictadura que delatan su analfabeta formación política y gerencial.

Originada en una capacitación semestral escolar cubana cuyo texto fundamental se identifica, en los manuales de Georges Politzer, y los raídos catecismos de la editorial Progreso de la felizmente desaparecida Unión Soviética, por tanto, de esa mente y de esa formación no puede salir ninguna política pública coherente en beneficio de nadie, solo de sus bolsillos y los de su corte rastrera.

De allí la lapidaria sentencia de la guaracha de Cheo García “este tipo si era la flor del trabajo, se le fue todo el año y no hizo nada”, lo que conduce a reafirmar, cualquier parecido con la realidad que sufren los venezolanos no es pura casualidad. Porque hay muchos que sí trabajan en el mundo entero de sol a sol para mantener sus familias en Venezuela.

De esta manera el ejercicio del poder por el poder mismo se ha traducido en el caso de la crisis eléctrica, en el argumento rayado de golpes de estado y de eternas conspiraciones, o los de su antecesor quien señalaba al género animal rastrero y volador, como culpables de los incesantes cortes de electricidad que azotan la geografía nacional, por no hablar del resto de calamidades que a diario diezman a la población, en medio de la burla permanente desde las salas situacionales del Palacio de Miraflores.

Merecidas vacaciones tienen mandatarios como Ángela Merkel en Alemania, quien luego de 16 años de gestión se retira con honor y gloria a vivir en su modesto apartamento con su familia, sin llevarse al bolsillo un euro que no sea el de su remuneración, pero con una gran satisfacción deja a su país como una de las potencias más destacadas a nivel planetario.

22-12-21

https://www.elnacional.com/opinion/la-flor-del-trabajo/

 

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