Por Inés Aray*
En
el contexto de emergencia humanitaria compleja que vive el país, el hallazgo de
espacios de solidaridad, trabajo comunitario y compromiso por el bien común es
algo que merece contarse y sistematizarse como una muestra de que la
subjetualidad popular está en pleno despliegue de sus capacidades y resulta
necesario acompañarla y brindarle herramientas para que se potencie. Tal es el
caso de la comunidad de La Locación, ubicada en la parroquia La Pica, municipio
Maturín, estado Monagas, una comunidad que desde el año 2018 viene siendo
acompañada por la Fundación Centro Gumilla (FCG) y por otros actores entre los
que se encuentran organizaciones socio-pastorales, expertos y técnicos y
miembros de la comunidad humanitaria desde un espíritu y trabajo consorciado,
integral y complementario que ha coadyuvado en la reconstrucción del tejido
social y comunitario con la creación de condiciones para la recuperación
temprana de la comunidad desde un enfoque humanitario con el apoyo de expertos.
Los
inicios del acompañamiento: el valor de los egresados
Desde
el año 2018, la FCG ha venido acompañando a la comunidad de La Locación, como
parte de una estrategia de fortalecimiento, seguimiento y empoderamiento de
egresados de los programas formativos de la FCG en Monagas. En efecto, un grupo
de egresados del programa de Liderazgo para la Transformación, Formación
Comunitaria (FOCO) y Reconstrucción del Tejido Social (RTS), solicitaron al
responsable en Monagas de la FCG la realización de una actividad formativa en
el lugar. En tal sentido, tras un grupo focal para evaluación de necesidades
formativas y visita a la comunidad exploratoria, se llevó a cabo un diplomado
FOCO que contó con varias particularidades:
1.
Se incorporaron líderes comunitarios pertenecientes al Consejo
Comunal del lugar, como fruto de una negociación y micro diálogo que permitió
una composición variada en términos de posiciones políticas, roles y
composición etaria;
2.
Se contó con el apoyo de expertos (planificadores del estado
Monagas) y profesionales de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador
(UPEL), en calidad de asesores pedagógicos y didácticos que llevaron a cabo
transversalmente un laboratorio de innovación social;
3.
Se contó con el apoyo de iniciativas de la empresa privada y
apoyos logísticos bajo la figura de responsabilidad social, lo cual permitió la
incorporación de otros egresados que no eran parte de la comunidad y que
participaron activamente en el proceso. Como resultado del mismo, culminado a
mediados de 2019, se formularon cuatro prototipos de propuestas de soluciones
comunitarias (con pretensión de llegar a ser proyectos) enmarcados en los
Objetivos de Desarrollo Sostenible, los protocolos humanitarios (Proyecto
Esfera) y las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús en las áreas de Educación, Transporte,
Seguridad Alimentaria y Salud. Cabe destacar que, como sistematización de dicho
proceso, la responsable en Monagas de la FCG en ese momento elaboró una publicación
titulada: “Sistematización FOCO La Locación”, de la cual se recogen los
principales hallazgos.1
Durante
la pandemia: nuevos actores, nuevos contextos
Como
consecuencia de la pandemia por COVID-19, muchos de estos procesos formativos y
de acompañamiento fueron detenidos, pero se mantuvo el contacto permanente
durante todo el año con los líderes de la comunidad. En tal sentido, se
realizaron visitas exploratorias y se apoyaron iniciativas puntuales. Asimismo,
se siguió invitando a algunos representantes de la comunidad a participar en
iniciativas de la FCG a nivel regional y nacional, tales como los Encuentros de
Constructores de Paz, foros formativos y otros espacios propuestos por la FCG
en el contexto de pandemia.
A
inicios del año 2021 los líderes de La Locación, en su mayoría egresados del
diplomado de FOCO, enviaron una carta dirigida a la Gerencia y a la Dirección
de la FCG, solicitando que se continuara con el acompañamiento y se apoyaran
las iniciativas suscitadas como respuesta a la crisis, la emergencia
humanitaria compleja y la pandemia de la COVID-19 en la comunidad. En tal
sentido, se proyectó la realización de un acompañamiento más enfocado en
aspectos técnicos (profundización y contextualización de los prototipos
generados durante el diplomado). Sumado a ello, en 2019 se activó la presencia
de la comunidad humanitaria en Monagas con la llegada de organizaciones del
Sistema de Naciones Unidas, en cuyo foro de coordinación la FCG en Monagas
participó como socio en terreno en acciones humanitarias de carácter educativo,
junto a otros actores de la Red de Acción Social de la Iglesia Capítulo Monagas
(Cáritas Maturín, Fe y Alegría, Huellas, IRFA, AVEC, CEDISUC). En efecto, fruto
de este relacionamiento se concretaron algunas visitas por parte de algunos de
estos actores a La Locación, que tuvieron como resultado que la comunidad fuera
mapeada como una referencia en el concierto de socios en terreno del estado
Monagas bajo la denominación “Proyecto socio-productivo La Locación” (nombre escogido
por la misma comunidad). Posteriormente, se concretaron un ciclo reuniones y
capacitaciones por parte de organismos humanitarios que permitieron el
acompañamiento de expertos (asesoría a planificadores del estado Monagas), y el
apoyo a la comunidad en actividades de levantamiento de información, reporte de
actividades y evaluación de necesidades, así como servir de puente para algunos
actores humanitarios implementadores de agencias del Sistema de Naciones Unidas
tales como ALINCA (socio implementador de UNICEF) y la organización juvenil
CREA (Cultura, Recreación, educación y Arte), y Arepazo Maturín en la
realización de acciones humanitarias.
Voluntarios
en clave humanitaria
Como
resultado de esta articulación, La Locación no sólo fue beneficiada con estas
actividades, sino que se incorporó en calidad de un grupo de voluntarios
humanitarios para promover acciones en conjunto con organizaciones humanitarias
en otras comunidades de la parroquia La Pica, tales como La Esperanza, La
Hormiga, Carital y el Barril. Dicha iniciativa permitió visibilizar la
dimensión y potencial comunitario, bajo el concepto de “comunidad vitrina” en
la que era posible la realización de un trabajo de organización comunitaria,
acompañamiento técnico y trabajo humanitario, al mismo tiempo. Es precisamente
en este contexto que la FCG, desde el apoyo específico de la Gerencia General y
el seguimiento de la dirección de la FCG tendría el papel de seguir
garantizando un apoyo técnico-social-comunitario en La Locación, como expresión
y continuidad de lo que se hizo desde el año 2018, el cual vale la pena seguir
realizando.
Algunas
claves del éxito y garantías de la continuidad del trabajo
Desde
los inicios se procuró respetar y valorar el aporte de todos aquellos que han
participado, pudiéndose distinguir tres dimensiones complementarias del trabajo
y la presencia de cuatro actores que merecen y deben ser reconocidos. Hablemos
con mayor detalle.
En
primer lugar, una dimensión de acompañamiento comunitario, social y
pastoral, que desde el inicio ha procurado contribuir a fortalecer en la
comunidad las competencias personales-relacionales, comunitarias y
organizacionales de la comunidad a partir del enfoque de reconstrucción del
tejido social, participación ciudadana, enseñanza social de la Iglesia,
innovación social, construcción de paz, ciudadanía y micro diálogos para la
reconciliación. Cabe destacar que dicho acompañamiento ha venido siendo
realizado por personas, organizaciones e iniciativas fundamentalmente desde la
Red de Acción Social de la Iglesia y coordinadas por la FCG desde la Gerencia
General y el Capitulo Regional Monagas de la RASI.
En
segundo lugar, una dimensión de apoyo técnico y asesoría de expertos,
desde la que se ha procurado ofrecer soluciones técnicas, operativas,
instrumentales basados en el rigor científico y metodológico de prácticas de
ingeniería, arquitectura, asesoría legal, acompañamiento educativo, médico, de
salud, etc., a partir del trabajo interdisciplinar y transdisciplinar que ha
permitido convertir en propuestas las problemáticas planteadas por la
comunidad, siguiendo las orientaciones sociales y comunitarias, así como los
estándares humanitarios para el desarrollo de soluciones comunitarias. Cabe
destacar que dicha dimensión ha venido siendo asumida por la organización de
los planificadores del estado Monagas quienes, bajo la figura inicial de un
apoyo voluntario y ad-honorem, han puesto al servicio de la
comunidad sus prácticas, acciones y propuestas.
En
tercer lugar, una dimensión de asesoría y coordinación de acciones
humanitarias, que ha permitido brindar orientaciones sobre actuación basada en
los principios humanitarios de humanidad, neutralidad, independencia,
autonomía, así como el modo de asumir los procesos desde los protocolos
humanitarios, las normas mínimas y los elementos que conforman la arquitectura
humanitaria. Por otra parte, logrado colocar las acciones realizadas desde la
perspectiva de la elaboración de un panorama de necesidades para proponer
planes de respuesta, desde la aplicación de instrumentos y el seguimiento de
pautas reconocidas por la comunidad humanitaria. Cabe destacar que también ha
servido como apoyo para que la comunidad participe en foros de acción
humanitaria reconocidos por el Sistema de Naciones Unidas, a través del reporte
de acciones, recibimiento de capacitaciones y el trabajo con socios, agencias y
sectores de la acción humanitaria en Monagas y Venezuela.
Todo
ello con el objetivo de potenciar, acompañar y darle consistencia a las
iniciativas de la comunidad organizada de “La Locación”, conformada por líderes
comunitarios y miembros activos de la comunidad que han formado parte de los
procesos formativos previos o quieren participar o se proyectan como generación
de relevo. Cabe destacar que desde el inicio se ha procurado que la comunidad
sea protagonista de su propio proceso y posean autonomía operativa, pero al
mismo tiempo ayudando a que se relacionen con los otros actores a partir de la figura
de voluntarios humanitarios de La Locación, resultando deseable que cada vez
más vayan afinando su identidad, visibilidad e incidencia pública desde una
figura jurídica más a fin de una organización comunitaria, fundación u
organización (distinta a la figura del Consejo Comunal) con roles, funciones y
alcance establecidos.
Parte del acompañamiento consiste en ayudar a la comunicación de La Locación en este aspecto. Adicionalmente, parte del trabajo es acompañarlos en sus iniciativas que vienen realizando en las áreas de Educación, Nutrición-Seguridad Alimentaria y Construcción, recogidas en los programas de atención a la comunidad denominados: 1) Ayudando a aprender (educación); 2) Ayudando a vivir (alimentación); 3) Ayudando a construir (construcción).
Análisis
e interpretación de la experiencia
En
el contexto que vivimos, donde abundan las noticias negativas, los intentos son
fallidos y los recursos limitados, es importante visibilizar experiencias
positivas que permitan “mostrar” que es posible la planificación estratégica y
la construcción de ciudadanía a partir de una lógica que asume la complejidad;
conciliar los intereses, tratando de reunir lo separado desde un sentido de
justicia; así como un talante de colaboración y fraternidad. En efecto, La
Locación desde el año 2018 precisamente ha demostrado ser eso: un espacio donde
es posible la innovación social y humanitaria desde la colaboración de todos
los involucrados. Hablemos brevemente de lo propuesto haciendo el doble
ejercicio de análisis e interpretación de la experiencia:
1.
Planificación estratégica, ya que el trabajo realizado en La Locación
ha demostrado que no es suficiente con una actuación a corto plazo de la
comunidad o de los otros actores, de manera individual y unilateral; ni tampoco
es posible abordar las situaciones comunitarias sólo con respuestas puntuales;
ya que se requiere de una optimización cooperativa donde la experticia
ciertamente es requerida en la medida que ofrece mejores herramientas para la
identificación de problemas, y complementa con criterios que son muy válidos y
oportunos para la toma de decisiones. En esta dirección, en La Locación, ha
estado presente el aprendizaje y la optimización a partir de la incorporación
de buenas prácticas. Cabe destacar que el aporte de los expertos de
planificadores del Estado Monagas y de los actores humanitarios del SNU ha sido
importante.
2.
Construcción de espacios de ciudadanía y rescate de lo público, ya que, con las herramientas para el
diálogo, el reencuentro y la reconstrucción del tejido social, la comunidad ha
sido y sigue siendo protagonista del proceso. En esta dirección, los líderes
comunitarios y voluntarios han ido descubriendo que la convivialidad trasciende
los espacios familiares para convertirse en un asunto comunitario que invita a
un trabajo en políticas públicas comunitarias, apropiándose de espacios como
los consejos comunales, la vocería calificada ante organismos humanitarios y la
creación de alianzas y cooperación con diversos actores.
3.
Lógica que asume la complejidad, ya que si bien es cierto que las necesidades
de la comunidad en un pasado reciente correspondían a un ámbito de resolución
simple (instalar una bomba de agua, por ejemplo) y en algunos otros casos,
bastaba con la visita de un experto (que un ingeniero agrónomo supervisara una
cosecha o un veterinario examinara el rebaño, por ejemplo), lo más importante
de la experiencia de La Locación no ha consistido en un asunto de buenas o
mejores prácticas en términos de conocimiento técnico, sino que se ha tratado
de asumir la complejidad e incluso el contexto caótico desde la gradual
experticia en procesos en los que va emergiendo una práctica basada en un
aprendizaje colaborativo y un liderazgo comunitario que trata de dar sus
propias respuestas ante la crisis estructural, la Emergencia Humanitaria
Compleja y la pandemia de la COVID-19. Muestra elocuente de ello es el
desarrollo de tres planes de respuesta elaborados por la misma comunidad sin
haber esperado por financiamiento.
4.
Conciliación de intereses, ya que la diversidad de opiniones,
profesiones, perfiles (de los miembros de la comunidad y de los actores
externos que colaboran en la experiencia) si bien es cierto que desde el
principio han sostenido su compromiso y sentido de unidad a partir de su apuesta
por la comunidad, desde un sano realismo es fundamental reconocer que hay
dinamismos e intereses de poder como algo natural de las personas y los grupos
de buscar sus propios intereses y autorrealización. En tal sentido, la
comunidad desde el inicio dio el ejemplo y realizó micro diálogos políticos y
comunitarios que permitieron a actores comunitarios de distintas tendencias
trabajar juntos, como expresión de un signo distinto de que la experiencia no
se trata de no se trata de la imposición abusiva del poder, ni la afirmación
sentimental de la unidad, sino de la alternancia y reconocimiento de los
dinamismos vitales de los actores procurando vivirlo con justicia.
5.
Colaboración y fraternidad, en las que una de las Preferencias
Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús ha estado muy presente:
“Caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su
dignidad en una misión de reconciliación y justicia”. Precisamente, en La
Locación, la colaboración no se ha tratado sólo de una colaboración
convencional de buscar a los iguales, sino salir al encuentro de los diferentes
desde un sentido de justicia, que reconoce la dignidad del otro y lo acompaña,
caminando juntos desde una colaboración estrecha donde cada uno se han
implicado desde lo que puede, sabe y tiene.
Así
pues, ante los escenarios posibles por construir en La Locación, queda hasta el
momento un buen aroma de lo que sería la innovación social y humanitaria en el
actual contexto: un espacio seguro donde las relaciones, las intenciones, las
ideas y las acciones pueden emerger como signo de lo superador, lo distinto y
lo replicable, y de lo que tanto la Fundación Centro Gumilla como otras
organizaciones y actores han ido aprendiendo de la subjetualidad popular de la
comunidad La Locación.
*Doctora
en Educación. Gerente General de la Fundación Centro Gumilla. Miembro invitado
del Consejo de redacción de la Revista SIC.
Nota:
1. Uno de los principales hallazgos fue la
necesidad de fortalecer la creación de condiciones de autocuidado del líder
comunitario como precondición para la realización de procesos de organización
social y trabajo comunitario, así como la importancia de ofrecer herramientas
innovadoras para integrar a las personas en la búsqueda de un horizonte
compartido. Finalmente, el potencial organizativo y articulador de los
egresados en iniciativas de formación en contextos comunitarios (Cfr. Aray, I.
(2019). Sistematización
FOCO La Locación [manuscrito].
08-12-21
https://revistasic.org/la-innovacion-social-y-comunitaria-es-posible/
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