JOAQUÍN PEREIRA
«Somos
del lugar al que deseamos enviar una carta» reflexiona el autor de este texto,
que aborda la nostalgia del inmigrante venezolano y resultó ganador del primer
Concurso Literario «Hablamos del país posible», organizado por la revista The
Wynwood Times, el Centro Cultural UCAB y Arts Connection Foundation
Estoy sentado en la silla de la barbería La Moderna, una de las más antiguas de Madrid. El barbero cree reconocer mi acento y me pregunta ¿Cómo está tu familia?, le digo que está bien. Inmediatamente me pregunta ¿De dónde eres?, y guardo silencio. El segundero del reloj de la pared se detiene, todo a mi alrededor se paraliza. Me levanto y salgo a la calle.
Los
carros no avanzan, los pájaros se congelan en el aire, no hay viento, nada se
mueve. Avanzo por la calle Alcalá hasta el edificio verde claro en el que vivió
Federico García Lorca desde 1933 a 1936. Siempre lo visito cuando me siento
perdido.
Me
acerco y elevo la mirada a la ventana desde donde el poeta se asomaba para ver
el sol al amanecer. Lo veo allí con sus ojos grandes y luminosos. Le pido a él
que me aconseje para darle la respuesta correcta al barbero: ¿De dónde
soy, Lorca?
Llevo
tres años de exilio en Madrid, el mismo tiempo en que vivió él aquí. Me
pregunto si Lorca es de Fuente Vaqueros, por haber nacido allí el 5 de junio
de 1898, o más bien es del camino de Víznar a Alfacar, en Granada, en donde fue
fusilado el 18 de agosto de 1936. ¿Somos de donde nacemos o de donde
morimos?
Mis
padres nacieron en el pueblo de Ponta do Pargo, Madeira, Portugal. Emigraron
muy jóvenes a Venezuela. ¿Soy entonces portugués? Mi padre se
nacionalizó venezolano y al morir su cuerpo fue enterrado en la patria que
decidió amar y en la que nacieron sus hijos. ¿Mi padre fue portugués o
venezolano? En mi infancia y en mi primera juventud siempre fui
tratado como el hijo de los inmigrantes. No me sentí tan venezolano como cuando
tuve que emigrar y me preguntan continuamente ¿De dónde eres?
Cuando
vivía en Caracas me gustaba comer sushi. Ahora en Madrid cada vez que me
consigo a un venezolano me pregunta si extraño las arepas o las empanadas.
Somos híbridos, como nos enseñó el filósofo Néstor García Canclini.
Cuando
visito el piso de algún caraqueño en Madrid siempre me consigo el mismo cuadro
en la sala, una pintura panorámica del cerro El Ávila. La nostalgia es lo que
nos une a los venezolanos en el exilio. ¿Somos lo que comemos? ¿Somos
la tierra que pisamos?
Durante
varios años dicté talleres de escritura en la casa donde vivió en Caracas
Arturo Uslar Pietri. Allí estaban sus objetos personales: sus lentes, trofeos,
la colonia a medio terminar que usó en vida, sus libros. ¿Sus objetos
lo definen o más bien las palabras que usó en sus textos? Nuestra
patria es nuestra lengua, como nos señaló el poeta portugués Fernando Pessoa.
Pareciera
que Venezuela es como esas esferas de cristal típicas de Navidad que al caer al
suelo se convierten en cientos de fragmentos. Nuestro país se ha roto y al
estallar se ha esparcido por todo el mundo. Cada venezolano que ha tenido que
emigrar ha llevado un pedazo de su patria en la maleta.
Lorca
me silba desde su balcón sacándome de mis recuerdos. Me lanza una pluma y una
hoja en blanco. Las tomo y con la mirada le pregunto qué quiere que haga con
ello. Me dice: Escribe.
Guardo
el papel y la pluma en mi bolsillo y me despido. Regreso a la barbería y me
siento nuevamente en la silla. El segundero del reloj de la pared vuelve a
moverse. Veo pasar a los carros por la calle y a los pájaros volar.
Veo
que el barbero espera su respuesta. Le sonrío y le muestro el papel y la
pluma: Somos del lugar al que deseamos enviar una carta, le digo.
Así es, me dice y comienza a cortarme el cabello. Suspiro y vuelvo a sentir
en el pecho la sensación de haber retornado a casa.
*La
primera edición del Concurso Literario “Hablamos del País Posible” fue
convocada el 5 de febrero de 2021 por la revista digital The Wynwood Times,
junto a Arts Connection Foundation y el Centro Cultural UCAB, con el fin de
estimular la producción de escritos cortos que resalten la parte positiva de la
venezolanidad.
El texto
ganador fue seleccionado por un jurado calificador integrado por Laureano
Márquez (politólogo y humorista), Andreína Fuentes Angarita (directora de Arts
Connection Foundation), Rafael Baralt Lovera (editor principal de The Wynwood
Times) y María Fernanda Di Muro (profesora e investigadora de la UCAB).
El
veredicto se dio a conocer el pasado 31 de mayo, a través la página web https://www.thewynwoodtimes.com/acta-concurso-hablamos-del-pais-posible/
El
jurado también otorgó menciones honoríficas a otros tres materiales:
- Vuelo del pajarillo.
De Jan Queretz
- De regreso.
De Carlos E. Pérez Robayna
- Ángeles en Montalbán 1.
De Édgar Ferreira Arévalo
De
acuerdo con las bases del concurso, los cuatro escritos galardonados serán
publicados en El Ucabista y en The Wynwood Times.
JOAQUÍN
PEREIRA
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