Karen Sánchez 17 de diciembre de 2021
@karenjsan
Rafael
David Sulbarán es periodista venezolano y fue galardonado con el Premio Simón
Bolívar por un reportaje sobre la realidad de los niños de su país migrantes en
Colombia.
Hablar
de sí mismo. En eso se ha convertido el trabajo de Rafael David Sulbarán, un
periodista venezolano de 40 años, quien precisamente, el hecho de escribir
sobre sus compatriotas y de la crisis que él mismo ha experimentado, lo hizo
acreedor del Premio Simón Bolívar, el más importante en materia periodística en
Colombia.
Confiesa que ejercer el periodismo en Colombia ha “significado un salto grande”.
“No
sólo por el hecho de trabajar en otro país, que ya es un logro importante para
un migrante. Colombia, sí, sin parpadear, me ha permitido eso, desarrollarme
profesionalmente”, agrega orgulloso este venezolano, que salió de su país en
2017 por la crisis económica.
"Prácticamente
huyendo”, dice para referirse a las condiciones en su entrada en Bogotá.
“Ya
llega un momento en donde uno no podía comer bien, no podía completar las
comidas, teniendo trabajo… ya no podía sencillamente mantener mi hogar”, explica
Sulbarán.
Aunque
tuvo que sortear el desempleo, en medio la pandemia, en Colombia ha desempañado
diferentes cargos como reportero, editor y profesor, y ha trabajado para medios
tan reconocidos como Blu Radio, la revista Semana,
precisamente el medio que publicó las historias que obtuvieron el galardón, e
investigaciones para medios independiente como La Liga contra el Silencio.
Actualmente, es productor de audio de Acorde Media, una productora
de podcast en Bogotá.
Premio
Simón Bolívar: inesperado
Sulbarán
confiesa que sabía del premio mientras vivió en Venezuela, pero no tenía
detalles de la dimensión del mismo.
“Fue
una sorpresa, una sorpresa grande porque no lo esperaba. Digamos que uno hace
el trabajo para informar como un servicio público, pero tal vez los premios (…)
forman parte de todo el ejercicio (…) Para mí es algo muy importante porque,
imagínate, muchos periodistas colombianos sueñan tal vez con este premio y que
un migrante lo logre es algo valioso”, reconoce.
Sulbarán
fue galardonado por el reportaje “Inocencia desplazada” del
especial “Hijos de Migrantes”, el cual muestra la difícil realidad
de niños venezolanos que cruzan la frontera de su país y recorren tierras
colombianas y de Sudamérica para lograr una mejor calidad de vida.
Según
cuenta el periodista, este trabajo nació desde Venezuela, a través de una
iniciativa de un medio caraqueño llamado Historias que laten y
se unió con El Pitazo, en Venezuela, donde trabajó. Así se empezó a
desarrollar una investigación enfocada en la situación de los niños migrantes
venezolanos en Colombia.
“Hubo
una primera temporada, ahí yo tuve la oportunidad de hacer reportería en Arauca. Difícil allá la
cobertura por bueno, por la presencia de los grupos armados. Nadie quiere
hablar, difícil, pues es complicado, pero se logró una crónica interesante que
fue parte de esa primera temporada. La segunda temporada se produce junto a la
revista Semana y el proyecto Migración Venezuela en alianza”,
cuenta.
Las
historias -explica- se enfocaron en el impacto ocasionado por la pandemia en
los niños venezolanos, sobre todo aquellos que llegan incluso sin
acompañamiento a Colombia.
“Ahí
desarrollamos una serie de podcast y específicamente el Premio
Simón Bolívar se le otorga a una serie de crónicas y de textos que
desarrollamos. Por mi parte, en Bogotá, con el tema de la apatridia, porque
hace algunos años el gobierno colombiano decretó que los niños venezolanos que
nacieran en una fecha en específico podrían ser nacionales colombianos. Pero,
digamos, que ese decreto no se estaba cumpliendo”, explicó Sulbarán.
Un
migrante cubriendo migración
“Para
un migrante cubrir migración es prácticamente hablar de sí mismo”, dice el
periodista, quien muchas veces tuvo que hacer una pausa en el trabajo para
poder desahogarse y continuar con su labor.
“Obviamente,
uno siendo migrante siente y vive, extraña igual a la persona que tú estás
entrevistando (…) He hablado con muchos caminantes (…) hay situaciones
diferentes, pero uno se identifica con ellos y uno sabe exactamente qué es lo
que está pasando. Estás en sus zapatos y, por eso mismo, a veces es muy duro”,
cuenta Rafael, a quien su trabajo se le ha convertido también en un compromiso
con su gente.
Por
ahora, se siente muy tranquilo en Colombia. Confiesa que extraña su país, pero
sabe que la situación “aún es muy complicada” y sobre todo, para el periodismo.
“Los
grandes medios prácticamente no existen ya y hemos tenido que
evolucionar", afirma. "De cierta forma, es positivo porque han salido
muchos medios digitales. Con cooperación internacional, con ayudas, donaciones,
han salido a flote (...) Pero en el ejercicio como tal, cada día [es] más
difícil. La dictadura o el régimen de Maduro toma los espacios en la calle y es
prácticamente imposible hacer una reportería sana”.
Para
este venezolano del estado de Zulia, aunque el panorama es complicado, la
esperanza sigue viva.
"Yo
digo que algún día tenemos que salir de esto y que sea por bien",
concluye, sin descartar que pueda algún día ganar un premio en su tierra.
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