Por Marino J. González R.
Con las decisiones
tomadas por muchos gobiernos en los últimos días (confinamientos, restricciones
de vuelos, reintroducción de la obligatoriedad de las mascarillas, entre
otras), quedan pocas dudas de que en las próximas semanas se registrarán
aumentos de casos en muchos países. Según el Centro de Control de Enfermedades
(CDC) de Estados Unidos, los casos de covid-19 ocasionados por la variante
Ómicron corresponden
al 73% de los casos totales, siendo 10% apenas en la semana anterior.
De acuerdo con Our
World in Data de la Universidad de Oxford, tres
países de América Latina (México, Chile, y Brasil) ya han reportado
resultados de secuencia genómica para la variante Ómicron en casos de covid-19.
En seis países más (Panamá, Perú, Argentina, Costa Rica, Colombia, y Ecuador),
existen reportes en medios de comunicación que indican la presencia de casos de
covid-19 por la variante Ómicron. Esto significa que en la mitad de los países
de la región ya está presente la nueva variante. Es bastante razonable
estimar que la variante Ómicron se encuentra en todos los países, aunque en
algunos no exista la confirmación.
Con estas evidencias,
también es razonable esperar que el aumento de casos, por la alta tasa de
infección de esta variante, se empiece a registrar en los próximos días en
muchos países. De hecho, ya en algunos países (Argentina,
Bolivia, Uruguay, y Panamá), la tendencia de casos diarios es ascendente desde
principios de diciembre. En Argentina la tasa de incidencia se ha duplicado en
la última semana. La tasa de mortalidad diaria por covid-19 de Bolivia
y Perú también ha aumentado significativamente desde principios de
diciembre.
A diferencia de los
países de la Unión Europea, once de los cuales ya han alcanzado al menos 70% de
población completamente vacunadas, en América Latina solo tres países (Chile,
Cuba, y Uruguay) han llegado a ese nivel. Siete países ni siquiera tienen
50% de población completamente vacunada. En consecuencia, es bastante probable
que el aumento de casos ocasione la congestión de los servicios de salud en las
próximas semanas. A pesar de que la variante Ómicron tenga efectos más bien
leves en las personas, el número alto de casos por el alto nivel de contagio,
aumentará las consultas y hospitalizaciones en servicios ya recargados por los
severos efectos de la pandemia.
Desde otro ángulo, las
medidas de control que están vigentes en la actualidad (el Índice de
Rigurosidad de Políticas de la Universidad de Oxford), tienen un índice menor
de 50 en 14 países de América Latina (de un total de 20). Esto significa que la
propagación de la infección puede ser mayor, y, en segundo lugar, que los
países tendrán que aumentar la intensidad de las medidas de control, con los
consiguientes efectos económicos y sociales ampliamente experimentados en los
dos últimos años.
La dinámica de la pandemia indica que entre cuatro y seis meses es el período que se extiende entre el inicio del aumento de casos y el regreso al punto de partida. Dadas las condiciones en las cuales se encuentra la cobertura de inmunidad, por los bajos niveles de vacunaciones, y el hecho de que pueden registrarse casos en personas vacunadas, es posible estimar que esta nueva fase de la pandemia abarcará los primeros seis meses del próximo año.
En estas circunstancias
es clave identificar las pautas de política que se deben profundizar. En primer
lugar, se deben acelerar los procesos para aumentar lo más rápidamente la
cobertura de población completamente vacunada. Esto significaría alcanzar el
70-80% de la población en los próximos meses en todos los países.
En segundo término, tal
como algunos países lo están haciendo, se debe administrar la dosis de
refuerzo. Nuevamente en este aspecto se aprecian notables desigualdades
en la región. Mientras Chile y Uruguay ya alcanzan más de 40% de la
población con el refuerzo, en la gran mayoría de los países no se llega a 15%,
y en seis países ni siquiera se tienen datos disponibles.
La experiencia en las
políticas de control en esta pandemia indica que la vacunación es fundamental,
pero que debe acompañarse con otras medidas. Los países que han logrado
combinar las medidas de control son los que han podido reducir los efectos de
la pandemia a un menor costo social y económico. En las actuales
circunstancias, parece bastante evidente que, en una gran parte del próximo
año, los gobiernos de la región deberán seguir dedicando esfuerzos y recursos
para enfrentar la pandemia. Continuará siendo el principal tema de la agenda de
políticas públicas por tercer año seguido.
Marino J. González es PhD en
Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la
Academia Nacional de Medicina.
22-12-21
https://talcualdigital.com/la-pandemia-en-los-primeros-meses-de-2022-por-marino-j-gonzalez-r/
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