Ismael Pérez Vigil 18 de diciembre de 2021
@Ismael_Perez
No es
fácil seleccionar los hechos políticos más importantes de 2021; por lo tanto me
limitaré a hacer un resumen de los mismos y referirme a aquel que me llamó más
la atención y me pareció más relevante.
En el
manojo y diversidad de acontecimientos políticos que ocurrieron en 2021,
destaco los siguientes:
- Juan Guaidó es ratificado como Presidente
de la Asamblea Nacional (AN), y por consiguiente como Presidente del
Gobierno Interino.
- El Gobierno de los EEUU −del recién
juramentado Joe Biden−así como el de Canadá, Gran Bretaña y otros Estados,
así como el Congreso de los EEUU, reconocen al Gobierno Interino de Juan
Guaidó; de igual manera la UE y el gobierno de los EEUU reconocen como legítima
a la AN de 2015 y ambos, durante el año, ratificaron y establecieron
nuevas sanciones contra funcionarios del régimen venezolano.
- El Parlamento Europeo, reconoce también la
continuidad de la AN 2015 e indican como única solución para Venezuela la
de efectuar: “elecciones presidenciales, parlamentarias, regionales y
locales que sean creíbles, inclusivas, libres, justas y transparentes…”.
- No obstante, también se producen algunas
desafecciones hacia el Gobierno de Juan Guaidó, como por ejemplo las de los
gobiernos de Rep. Dominicana, Panamá, Perú y se va notando la
desintegración del Grupo de Lima, que en años anteriores había brindado
gran respaldo al Gobierno Interino.
- Surge una nueva alianza en la oposición
democrática, más amplia y con características más incluyentes: la
Plataforma Unitaria, integrada por más de 40 partidos, grupos de la
Sociedad Civil y los diputados electos en 2015.
- La AN oficialista electa en 2020, instaló
un nuevo CNE, con dos rectores provenientes de las filas opositoras:
Enrique Márquez y Roberto Picón Hernández, pero conservando el régimen la
mayoría en el organismo.
- Se inician nuevas conversaciones o
acuerdos de diálogo en Ciudad de México entre la Plataforma Unitaria,
incluido el gobierno interino de Juan Guaidó, y el gobierno de Nicolás
Maduro; tras la firma de un «memorándum de entendimiento» se realizan tres
sesiones de diálogo, hasta que el régimen de Nicolás Maduro suspende su
participación en octubre, en protesta por la extradición a los EEUU de
Alex Saab.
- Como mencioné en el punto anterior, es
extraditado a los EEUU Alex Saab y permanecen detenidos en España Hugo
Carvajal, ex jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar de
Hugo Chávez y Claudia Diaz Guillén, ex enfermera y ex Tesorera de Hugo
Chávez, a la espera de ser también extraditados a los EEUU.
- Dos importantes informes sobre la
situación de derechos humanos en Venezuela fueron presentados al Consejo
de Derechos Humanos de la ONU; uno de ellos por la Alta Comisionada de
Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en el que destacó la situación de los
presos políticos, la continuación de la criminalización y judicialización
en contra de los defensores de los DDHH, la continuación de las
detenciones preventivas y el agravamiento de la crisis humanitaria, por efecto
de la pandemia COVID19; el otro, fue el informe de la Misión Internacional
Independiente de Determinación de los Hechos sobre la República
Bolivariana de Venezuela, que resaltó que el régimen de Nicolás Maduro:
“no ha adoptado medidas tangibles, concretas y progresivas para remediar
las violaciones a los derechos humanos”.
- Karim Khan, nuevo Fiscal de la Corte Penal
Internacional, tras su visita a Venezuela, informa su decisión de
investigar formalmente, por crímenes de lesa humanidad, a funcionarios del
Gobierno de Nicolás Maduro
- El 21 de noviembre (21N) se realizan
elecciones regionales y locales, en donde participa con la tarjeta de la
MUD la alianza opositora que representa a la Oposición Democrática.
De
todos estos acontecimientos políticos, sin duda las elecciones del 21N y sus
resultados marcan, para tirios y troyanos, un antes y un después. Por mi parte,
de raigambre optimista y que siempre veo el vaso medio lleno, los resultados de
esa elección, sin ser como para lanzar cohetes, no me parecieron del todo malos
para la oposición. Por ejemplo, los que dicen que el régimen tiene todo
controlado y solo hace “concesiones” a la oposición, no sé cómo explicarán que
“permitió” que se le escaparan de sus garras la friolera de 123 alcaldías y que
más de la mitad, 63, quedaran en manos de la MUD, de la oposición democrática,
que antes tenía menos de 25. Las cifras permiten todo tipo de acomodos y
explicaciones, cada quien las amolda y adapta a sus intereses políticos, a su
interpretación de los hechos, pero me parece que pasar de 25 a 63 alcaldías, y
que el gobierno deje de controlar un total de 123, tiene algún significado, aun
en un contexto de baja participación electoral.
Ese
resultado del 21N fue para mí el hecho más resaltante de la política en este
año, por todo lo que implica: Primero, la decisión opositora de participar en
el proceso electoral y ojalá signifique que se deja atrás la suicida y
perniciosa política de abstención, que solo beneficia al régimen, porque está
en mejor capacidad de movilizar a sus seguidores a votar, con halagos o bajo
amenaza; segundo, a pesar de la distorsión que produce la abstención, yo veo
una recuperación en penetración popular de la oposición democrática, con estas
alcaldías y concejos municipales que se le arrebataron al régimen; y tercero
−lo más importante−, que para nadie es un secreto que la dirigencia opositora,
centralista, se vio presionada a participar en el proceso electoral, por el
empuje y la exigencia de las dirigencias locales y regionales de los partidos, que
en conjunción con la sociedad civil, se embarcaron en una dura y desigual
campaña y lograron recuperar esas alcaldías para el pueblo democrático.
Nadie
espera que los alcaldes resuelvan el tema de la hiperinflación, el desempleo,
la falta de producción nacional, el hambre y otros agudos problemas que
acogotan a la población. No será a nivel local que se resuelva la crisis del
país; pero, los alcaldes sí pueden contribuir a resolver muchos problemas
cotidianos, dadas sus competencias, tal como las establece el artículo 178 de
la Constitución, que invito a leer, pues no las voy a enumerar aquí. Para
destacar la importancia de este resultado electoral, me basta con recordar que
el alcalde y el concejal son los primeros funcionarios públicos, electos, que
están en contacto con la gente y sus problemas cotidianos; además, que los
gobiernos locales tienen ingresos propios, que no dependen del gobierno
central.
Pero
la tarea de la sociedad civil y los partidos políticos locales no concluye con
estos resultados; de modo que no los pasemos rápidamente a la trastienda, pues
bien sabemos que, dada la dificultad del gobierno central para controlar los
ingresos y recursos de los municipios, emprendió en el pasado la persecución,
destitución y encarcelamiento de los alcaldes. Toca ahora organizarse para
evitar que eso pase nuevamente y también, no lo olvidemos, para contrarrestar
la amenaza de una “ley de comunas” que ronda por allí, con la que se pretende,
según su articulado, restar funciones y recursos a alcaldías y concejos
municipales. Estas son dos de las tareas, políticas, que tiene la oposición
para 2022.
Parte
de los temas mencionados arrastrarán su influencia hasta el 2022 y varios muy
importantes arrancarán en los primeros días del año; pero, entre todos ellos y los
temas posibles que poblarán el próximo año, hay uno que quiero comentar, pues
se debe estar decidiendo a finales de este año y principios de 2022 y mi
próximo artículo saldrá el 8 de enero.
Y es
que, tan pronto como comience el año, el 5 de enero, vence el llamado Estatuto
de Transición, aprobado el 26 de diciembre de 2020 por la AN de 2015, y que dio
origen al Gobierno Interino, presidido por Juan Guaidó. La discusión sobre este
punto ya se está dando en este momento y seguramente se profundizará en los
próximos días.
Paralelo
a este tema está la discusión acerca de los aciertos y pifias del Gobierno
Interino y la Presidencia de Juan Guaidó; discusión que se viene desarrollando
informalmente y de manera muy dañina por prensa y redes sociales y que está lejos
de resolverse. Es una discusión que entre sus aristas toca la de la estrategia
opositora para enfrentar a este oprobioso gobierno; toca también el tema de la
indispensable renovación de los partidos políticos y su anquilosada dirigencia,
rechazada inocultablemente por muchos venezolanos; toca también la necesidad de
rendir cuentas, dadas las alegaciones y discusión acerca del manejo de fondos y
activos; en fin, es un tema pendiente y como sabemos, para cada una de estas
cosas hay posiciones y propuestas, enfrentadas algunas y no en los mejores
términos. No es el caso de reproducir ahora los argumentos de cada una.
Pero
la disolución del Gobierno Interino y la presidencia de Juan Guaidó, en mi
opinión, no son temas que se despachan fácilmente, dadas sus repercusiones
internacionales y la posición de nuestros aliados −como los EEUU, la Unión
Europea, Canadá, Brasil, Colombia y otros−, para quienes la AN legítima es la
de 2015 y otros solo reconocen a Juan Guaidó, unos como Presidente Interino,
otros como Presidente de la AN 2015 −única que consideran legítima−, y todos
como líder de la oposición democrática. No creo que sea estratégicamente
inteligente desplazar la estructura del Gobierno Interino de Juan Guaidó, sin
tener claramente definida y con consenso, una estructura y una figura que los
reemplace.
Ismael
Pérez Vigil
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