EMILI J.
BLASCO / washington Día 02/06/2012
ABC accede al informe de inteligencia que revela la
terapia seguida por el líder bolivariano contra su cáncer de huesos
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, está tomando
fentanilo, un medicamento que es cien veces más potente que la morfina, con el
fin de aliviar los fuertes dolores que le está provocando el persistente avance
del cáncer en los huesos. Los médicos también le están suministrando
bisfosfonato para combatir la progresión de la metástasis y corticosteroides
con el fin de aliviar los efectos secundarios de la radiación y la
quimioterapia. Así se especifica en un último informe de inteligencia, al que
ha tenido acceso ABC, elaborado a partir
de los dictámenes médicos del equipo de facultativos que atiende al dirigente
venezolano.
Esas fuentes
confirman que Chávez padece un rabdomiosarcoma, un tumor cancerígeno de los
músculos que van adheridos a los huesos, con metástasis en estos. Se trata del
tipo de cáncer referido esta semana por el periodista estadounidense Dan
Rather, aunque sobre el pronóstico de vida se pronuncian de modo menos
categórico que este. Rather citaba a un informante que le otorgaba a Chávez no
más de dos meses de vida. Al menos parte del equipo médico estima, de acuerdo
con el informe de inteligencia, que «si no sucede una inesperada caída, el
presidente Chávez podría llegar a las elecciones», que son el 7 de octubre. De
todos modos, en el proceso ha habido suficientes recaídas como para aventurar
que no pueda haber más, por lo que no hay ningún pronunciamiento taxativo.
Además, «el cáncer continúa extendiéndose en los huesos», se advierte.
Chávez lucha por llegar a las elecciones de octubre
El actual tratamiento en Cuba incluye radiación y quimioterapia, sin que en este momento se le estén aplicando procedimientos experimentales o radicales. Los efectos posteriores de la radiación —fuerte dolor y gran ansiedad— son «especialmente preocupantes y en algún momento su cuerpo no será capaz de aceptarlos». Los tratamientos son «para afrontar la extensión del cáncer, no para erradicarlo».
Parches disimulados
El potente opiáceo fentanilo se le suministra a Chávez a
través de parches dermatológicos, que introducen la sustancia en la sangre a
través de la piel. Esos parches ocupan poco espacio y van colocados bajo la
ropa, por lo que no son visibles cuando el presidente aparece en público.
También de muy poco grosor, y por tanto normalmente no apreciables por otras
personas, son los pañales que con frecuencia tiene que utilizar por no poder
controlar sus funciones fisiológicas.
También se le
administra bisfosfonato, un tipo de medicamento dirigido a ralentizar la
metástasis en huesos y combatir al mismo tiempo la pérdida de masa ósea. Los
corticosteroides se le dan para reducir el dolor y hacer frente los efectos
secundarios de la radiación y la quimioterapia.
Por último, el
informe indica que los médicos cubanos, que son quienes controlan la atención
del paciente, aunque en los tratamientos intervienen facultativos de otras
nacionalidades, no estarían comunicando a Chávez toda la gravedad de su
situación, prefiriendo una versión demasiado optimista sobre los resultados que
está teniendo el tratamiento. El propósito, más allá de posibles
interpretaciones políticas sobre el papel de La Habana en la gestión del
postchasvismo, sería contribuir a la confianza de Chávez en su lucha contra la
enfermedad pensando que ello puede alargarle algo la vida.
Por otra parte,
durante sus prolongadas estancias en la capital cubana para ser tratado, Chávez
realiza cortas y frecuentes llamadas telefónicas al vicepresidente venezolano,
Elías Jaua, así como a otros miembros del Gobierno, en un esfuerzo por no
destensar las riendas del poder. También utiliza personas como correos
especiales para trasladar mensajes importantes o sensibles entre La Habana y Caracas, según ha podido
saber este diario de círculos familiares con las circunstancias de su estancia
en la isla.
La Habana, pendiente
A pesar de que en ocasiones, debido al intenso
tratamiento y sus efectos secundarios, como el fuerte dolor, Chavéz debe
permanecer en reposo absoluto, no hay indicación de que nadie se haya hecho
cargo de su cuenta de twitter o envíe mensajes en su nombre, algo que puede
ocurrir en el futuro en caso de que resulte incapacitado y su entorno quiera
tapar esa realidad.
En un momento en que
el ministro de Exteriores, Nicolás Maduro, está ganando
visibilidad como posible sustituto de Chávez, es significativo el dato de que
mantiene una línea segura de comunicación con La Habana para mantener una
coordinación con las autoridades cubanas. Por ese mismo conducto es puesto al
día sobre la evolución de la enfermedad de Chávez. De todos modos, esto no quiere
decir que Raúl Castro esté apostando
definitivamente por él, máxime cuando al parecer el dirigente cubano mantiene
algún grado de desconfianza sobre la independencia respecto a Cuba que podría
buscar Maduro en el caso de capitanear el postchavismo. Maduro es uno de los
pocos miembros del Gobierno que probablemente no se verá acusado en unas
semanas por la DEA, la agencia estadounidense contra la droga, de participar en
actividades de narcotráfico.
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