MANUEL FELIPE SIERRA Escrito
el Jun 7th, 2012
“Es de sentido común”
diría un venezolano de antes. ¿Cómo es posible que a una persona con quebrantos
de salud y un diagnóstico de extremo cuidado se le permita aspirar a un cargo
que constitucionalmente dura seis años, como si se tratara de un ciudadano en
plenitud de condiciones? Hugo Chávez, hace un año anunció desde Cuba que había
sido operado de un cáncer con células malignas. Si bien nadie conoce todavía el
informe de los oncólogos, los hechos posteriores confirmaron que el mandatario
presenta un severo cuadro clínico.
Sesiones de quimioterapia;
prolongadas consultas en La Habana; filtraciones de informes médicos como el
dado a conocer por el periodista Dan Rather; anuncio por el propio
paciente de la reproducción del tumor; nuevas intervenciones; aplicación de
radioterapia y el hecho cierto de que el enérgico líder de otrora, envía ahora
sus mensajes en los 140 caracteres del Twitter y no en la tribunas fervorosas
de la calle.
Ese simple hecho hubiera
obligado a cualquier mortal a desistir de su postulación por un nuevo período,
y además para gobernar un país agobiado por la crisis y un clima de
incertidumbre y desconfianza. Sin embargo, para Chávez la elemental reflexión
del paciente cede ante la ambición mesiánica, el culto a la gloria y la
mitomanía revolucionaria.
Si bien la personalidad de
Chávez no admite un comportamiento asociado a la cordura y la reflexión, es
incomprensible e inaceptable que el CNE admita la postulación de un
candidato con claras condiciones de impedimento físico. Como escribe Teodoro
Petkoff: “El CNE en un
insólito acto de dejación de sus responsabilidades (no legales, porque no
existe ley sobre esta situación sino morales) se hace el loco ante la
enfermedad de Chávez”.
Casualmente, previendo
situaciones similares el Congreso de Colombia discute un proyecto de ley para
inhabilitar a los altos funcionarios, incluso al Presidente de la República, en
caso de que le sea diagnosticada una enfermedad grave o terminal que le impida
ejercer el cargo. ¿Simple capricho de los parlamentarios colombianos o sentido
a la responsabilidad con la ciudadanía y su país?
Es posible que los
venezolanos presenciemos el lunes 11 la comparecencia de Chávez ante el órgano
electoral en una situación clara de disminución de sus facultades. Ello
añadiría un nuevo elemento de comparación con el vigor, la energía y la salud
del candidato de la Alternativa Democrática, Henrique Capriles Radonski, cuando
se presente el domingo 10 ante las puertas del CNE. De ser así, quedaría
demostrado una vez más, en cuanto Chávez, lo que también afirmaban nuestros
mayores, que “el sentido
común es el menos común de los sentidos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico