Carlos Romero Mendoza 29 de junio de 2012.
Navegando
por Internet me encuentro con un artículo titulado: Cómo desmontar los
Concejos Municipales? y crear el nuevo Municipio, publicado en aporrea.org,
firmado por Evaristo Marcano. En ese artículo se plantea que a través de
la planificación participativa se puede ir diseñando una nueva dinámica a
través de la cual se vaya sustituyendo al Concejo Municipal por otra instancia
en la cual se pueda pensar y diseñar en el nuevo municipio revolucionario.
Para el autor ese nuevo municipio es una necesidad pues hoy el “deficit
institucional” que sufre el Poder Público Municipal así lo exige. Este
artículo me permite compartir 3 reflexiones:
1.- Puedo compartir el tema del
“déficit institucional” que afecta al Poder Público Municipal, pero el autor
obvia mencionar que tal situación es provocada por el propio gobierno nacional
que a través de una estrategia anunciada desde el 2004, ha venido abusando del
derecho para debilitar la institucionalidad política local.
La reforma a las Juntas Parroquiales, ha hecho que prácticamente éstas
hayan desaparecido en la práctica. La reforma del Consejo Local de
Planificación Pública ha anulado la oportunidad de instalar esa instancia de
encuentro y debate entre gobernantes locales y ciudadanos. La reforma de
la Justicia de Paz ha abierto un debate que sin duda concluye con su
debilitamiento institucional. A lo anterior le debo agregar que las
reformas a la Ley Orgánica del Poder Público Municipal y la Ley de Adecuación
de los períodos de las autoridades electas dictada en el 2010 vacío de
legitimidad y debilitó sustancialmente al Concejo Municipal que hoy
conocemos. Todo esto hay que analizarlo integralmente con la realidad
financiera de los municipios.
2.- Comparto con el autor que es
necesario repensar al Municipio, más cuando hay tantos espacios políticos que
se han anulado en la práctica y que representan figuras creadas
constitucionalmente, que además permiten una clara y real participación
ciudadana en la gestión pública.
El repensar al Municipio no puede ser bajo una sola forma de ver la
dinámica local, menos aún, se puede repensar en el Municipio bajo el esquema
del Poder Popular, cuando ya previamente el 2 de diciembre del 2007 esa
propuesta de organización local fue rechazada de forma expresa y con el debido
respaldo constitucional. El único aporte que se puede decir deja el
debate del Poder Popular en la sociedad, es la necesidad de debatir de manera
plural sobre el Municipio que el país requiere, por lo tanto si lo miramos de
esta forma, es una oportunidad adecuada para abordar la descentralización desde
la organización política y territorial del diseño del Estado Venezolano.
3.- El “déficit institucional” es
comprensible, más no justificable, en gran medida porque tenemos un Municipio
que en 30 años ha tenido tres modelos: a partir de 1978 era un Municipio
gobernado por un equipo llamado Concejo Municipal, que actuaba como cuerpo colegiado;
a partir de 1988 un Municipio con un Alcalde electo popularmente, pero que no
sólo representa la función ejecutiva, sino que además sigue siendo el
Presidente formal del Concejo Municipal, es decir el Alcalde tenía entonces dos
funciones: como representante de la función ejecutiva y como representante de
la función legislativa; y a partir del 2005 se diseña un Municipio con 4
funciones: la ejecutiva, la deliberativa, la de planificación y la contralora,
en este caso se separan formalmente la función del Alcalde y del Concejo, y
aparece el Consejo Local de Planificación Pública, que nace en la Constitución
de 1999.
Tan pronto nace el Municipio del 2005, surgen los Consejos Comunales y por
ende inicia el camino de este recorrido de transformaciones que hoy no hay duda
se orientan a debilitar al Municipio.
La inacción de los ciudadanos en defensa de la Junta Parroquial, de los
Consejos Locales de Planificación, de la misma Justicia de Paz, así como la
ausencia de una clara demanda en respeto al voto como expresión de la soberanía
en la extensión del período de gestión de los Concejales, permite asumir que el
“déficit institucional” se fortalece y por lo tanto el desarrollo del Poder
Popular se sostiene en el “déficit de ciudadanía”.
Al Municipio lo han vaciado de ciudadanía, a tal punto que en la defensa de
la institucionalidad local el Municipio ha quedado sólo, pues ni siquiera la
gran mayoría de sus Alcaldes y menos aún sus Concejales, han asumido la tarea
de la defensa institucional. La anomia de los ciudadanos, de los partidos
y de la gran mayoría de los representantes electos para cargos locales, sin
duda alguna permite concluir que a nadie le duele el Municipio.
Un ejemplo de esa afirmación la encuentro en el Diario Vea del pasado 19 de
junio de 2012, donde una nota de prensa registra la existencia de una
Asociación de Concejales Socialistas, quienes luego de una marcha, llegaron a
la Vicepresidencia para entregar un documento en apoyo al Plan del Gobierno
Nacional para el año 2009-2013, que no es otra cosa que el fortalecimiento del
denominado Poder Popular.
¿Será acaso que a lo largo del país, en 335 municipio, todos los concejales
son socialistas?, pues el silencio y la inacción de estos representantes
locales ha sido a lo largo de estos años sorprendente. Pero más sorprende
y más contribuye al debilitamiento institucional, que hoy teniendo unos
candidatos a Alcaldes electos de manera legítima en unas primarias, aún el
ciudadano no tenga claro cómo se elegirán los Concejales.
La elección de los Concejales, garantizando la unidad y en un proceso
transparente, permitirá reforzar el rol del Alcalde e ir construyendo una
visión compartida del Municipio como actor de la Descentralización y como
expresión constitucional de la organización del territorio nacional.
Con ello se alimenta el camino para repensar en el nuevo municipio
y buscar que el ciudadano se reconecte con los asuntos locales y las
instituciones locales, para así combatir el déficit ciudadano y sembrar la
democracia desde la ciudadanía.
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