Por Jose Á. Palacios
“Todos y cada uno de
nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio consciente de recibir el
premio en la satisfacción del deber cumplido, conscientes de avanzar con todos
hacia el Hombre Nuevo que se vislumbra en el horizonte”, expresó Ernesto “Che”
Guevara en 1960. 39 años después el fallecido presidente Hugo Chávez, adoptó el
mismo modelo a crear, al punto que lo repetía en actos
proselitistas del Gobierno, con la intención de, según el psicoanalista Adrián
Liberman, atraer al pueblo con promesas que jamás se cumplirían.
Ese “Hombre Nuevo” que
propuso en el 2000 el sociólogo marxista Carlos Lanz, para que fuera integrado
en el Proyecto Educativo Nacional (PEN), de acuerdo a lo
que explica Roberto Briceño León, presidente del Observatorio
Venezolano de Violencia (OVV), está descrito como un hombre violento,
desconfiado del otro, con más miedo, con menos libertad. “El hombre
que ha surgido en la última década, retrocedió en términos de vida y
convivencia”, agrega el especialista.
“¿Hombre
Nuevo? No hay”. Hay varios elementos, puntualiza el experto en criminalística: Más
homicidios, más víctimas; se he generalizado la violencia en el país, lo
que ha generado un irreversible aumentó de la saña con la cual se comenten
los asesinatos. Aumentó la impunidad, continúa enumerando el analista, hay más
funcionarios y autoridades que cometen delitos.
“Efectivamente, Venezuela se
convirtió en el segundo
país con más homicidios del mundo, con aproximadamente 82 asesinatos por
cada 100 mil habitantes; muertes que, en gran medida, son ejecutados sin piedad
y con barbarie”, subrayó.
A juicio de Briceño León, es
precisamente el alto índice de impunidad lo que ha permitido que cada 21
minutos asesinen a un venezolano, ya sea por venganza, para robarlos, víctimas
de enfrentamientos o simplemente porque a la delincuencia da la gana. Esta
conducta, agrega Liberman, viene incrementando en los últimos años y para
erradicarla se necesitaría “más de una generación”, y esto siempre y cuando
las condiciones estén dadas: Educación, seguridad, valores, protección
estatal y judicial, etc.
Lo que no se veía en la IV
República
Desde que en el 2013 se dio,
lo que opinadores de oficio llamaron, “El Dakazo”, afloró en el venezolano una
conducta lleno de odio, violencia, que lo hace cometer delitos sin temor a
castigos ante la mirada cómplice de las autoridades.
Expropiación de bienes que
no les pertenecen o destruyéndolos cuando no puede apoderarse de ellos, son
episodios que han incrementado desde el 2013, cuando Nicolás Maduro asumió las
riendas del país con 1,59 puntos de ventaja electoral ante su más cercano
contrincante.
Desde
entonces Venezuela se ha convirtió en un saqueo
constante, con más de 6 intentos semanales; con disturbios en colas que han
llegado a ocasionar incluso muerte de venezolanos; en descuartizamientos
politizados y libertades que cada vez son más censuradas.
Se trata de un pueblo que ha
llegado a desarmar reses vivas por hambre, que se ha golpeado por comprar una
harina pan, un café, un kilo leche; una medicina para el que esta moribundo.
Venezolanos huyendo de
venezolanos
El
éxodo de venezolanos excede a más de un millón en el último año, las causan son
comunes entre sí: La inseguridad y la falta de oportunidades. Y es que, comenta
Briceño León, desde el año 2005 se incrementó la criminalidad en el país,
generándose una “terrible” sensación de inseguridad en todos los venezolanos,
sin importar extractos sociales, creencias religiosas o militancia política.
Para el 2004 las cifras de
homicidios casi alcanzaban los 11 mil asesinatos, y el Gobierno en lugar de
tomar acciones que frenaran el alto índice, prohibió la publicación de
cifras rojas, número que “se triplicó desde Chávez entregó las cárceles a
los pranes”. Estos últimos, son también hombres nuevos que buscan generar odio
y sumisión en la sociedad.
El
especialista en psicoanálisis, Adrián Liberman, explica que es un “fenómeno”
que no está en toda la sociedad, pero si en una predominante que ha cambiado en
ritmo de la vida de los venezolanos; en lo social, económico y personal.
Privados de libertad, temerarios y bajo un discurso de Gobierno que infunde
odio.
03-10-15
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