Por María Fernanda Sojo
El jueves a las 2:00 de la
madrugada, mientras muchos de sus vecinos dormían, Carmen Rojas esperaba un
carrito que la llevaría de su casa, en el barrio La Bombilla en Petare, al
Abasto Bicentenario de Palo Verde. Quería ser de las primeras en comprar para regresar
temprano a su hogar, pero una falla del sistema dañó sus planes: aunque llegó
rápido, a las 12:00 del mediodía seguía sin poder entrar.
“¿Qué por qué no me voy?
Porque están vendiendo pollo y el que tenía se me acabó. Los que venden en la
calle están muy caros y uno tiene que estirar el dinero. Si no fuera por eso ya
estaría en mi casa, no aquí peleando con los guardias y llevando sol”, dijo
mientras se tapaba la cara con un cartón.
Sus vecinos en la cola
coincidieron con ella en la molestia que les genera permanecer largo tiempo en
los establecimientos y no siempre conseguir los productos que buscan. Ninguno
de los consultados sabía de las 325 bodegas patriotas que el jefe del gobierno
del Distrito Capital, Juan Carlos Dugarte, dijo que instalarían ese día en las
zonas populares.
Los consumidores que estaban
el jueves en los Bicentenario de Macaracuay y Terrazas del Ávila tampoco sabían
de las bodegas. “Por mi casa no han puesto nada, por eso a uno le toca seguir
yendo a los mercados. Ya estamos cansados de hacer colas y lo más seguro es que
esas bodegas patriotas no van a resolver nada”, afirmó Rosa Dachile, otra de
las clientes que esperaba en Palo Verde.
La reactivación de las
bodegas que serán surtidas por la cadena privada Makro es una de las últimas
estrategias ideadas por el gobierno para acabar con la reventa de los productos
básicos que, asegura, forma parte de la llamada guerra económica que atenta
contra su gestión.
Además de la instalación de
estos puntos de expendio, desde mediados de septiembre el Ministerio de
Alimentación aumentó las jornadas de mercados comunales en varias zonas del
país. En los operativos comercializan alimentos, víveres y artículos de higiene
personal y de limpieza del hogar, muchos de ellos importados.
Analistas y consumidores
indican que el interés del gobierno por acelerar la importación de productos
terminados y distribuirlos directamente a los comercios solo tiene una
interpretación política. “Es evidente que los problemas más importantes para
los venezolanos son la escasez y la inflación, y son las variables de mayor
preocupación que han impactado negativamente la popularidad del gobierno. Ahora
tratan de vender la idea de que están ejerciendo acciones contra los
bachaqueros, quieren generar un ambiente de mejoría antes de diciembre”, afirmó
Luis Vicente León, economista y presidente de Datanálisis.
Tomás Socías, asesor
agroalimentario y ex presidente de la Cámara Venezolana de la Industria de
Alimentos, concordó con León: “El Ejecutivo está angustiado por la molestia que
provoca la escasez, sobre todo en las zonas populares, más ahora que las
elecciones parlamentarias están cerca. Por eso están buscando alternativas por
todas partes”, dijo.
Los analistas sostienen que
todas estas acciones son válidas cuando de ganar votos se trata y aseguran que
la eficacia de las medidas se podrá medir a futuro. “Lo que hay que preguntarse
es si hay productos suficientes para atender la demanda y si estas ventas
directas y bodegas patriotas van a perdurar en el tiempo o les va a pasar como
a muchos mercales”, agregó Socías.
Rescatar la base. La semana
pasada la directiva del Consejo Nacional de Comercio y los Servicios criticó
que el gobierno esté distribuyendo los productos que importa solo a los
comercios del Estado, dijo que para que los bienes lleguen a la mayoría de los
hogares debían ser distribuidos también en los comercios privados.
“Hay que evitar que ningún
consumidor se quede sin poder adquirir tales productos, indistintamente de que
los bienes importados sean pocos y que solo alcancen para pocos días”, indicó
Consecomercio.
León añadió que está claro
porque el gobierno busca abastecer primero los comercios oficiales en las áreas
populares, porque es allí donde hay más electores, muchos de los cuales los han
respaldado en anteriores procesos electorales. “Es la base de la pirámide, si
quieres más electores los vas a buscar allí”.
Aseguró que buena parte de
la población que suele acudir a otros supermercados sufre los mismos problemas
de desabastecimiento, pero tiene más poder adquisitivo y puede comprar en el
mercado negro que “está abastecido, pagando más”.
“Hay que preguntarse si hay
productos suficientes para atender la demanda y si estas ventas directas y
bodegas patriotas van a perdurar en el tiempo”
Tomás Socías
Asesor agroalimentario
mfsojo@el-nacional.com
12-10-15
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