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lunes, 19 de octubre de 2015

¿Se están formando los jóvenes para el desarrollo de Venezuela? Por @vsalmeron


Por Víctor Salmerón 


Hasta 2045 la población venezolana tendrá una estructura irrepetible: quienes tienen edad de trabajar y producir superarán a los jóvenes menores de 15 años y a los mayores de 65. Esta distribución (que técnicamente se denomina “bono demográfico”) ocurre una sola vez en la historia de los países y permite contar con una mayor mano de obra para impulsar el crecimiento y el desarrollo.


La sociólogo Genny Zúñiga, en su libro La precariedad del empleo en Venezuela (Publicaciones UCAB, 2011), explica que durante este período “la coyuntura demográfica se puede convertir en un escenario en el cual se maximice el potencial productivo gracias al incremento de mano de obra, unido a una reducción del gasto en educación producto de una menor demanda poblacional de jóvenes y un incremento apenas muy leve del gasto que genera la población adulta, pues su peso aún no es importante”.

Pero la posibilidad de aprovechar el bono demográfico no es automática: depende de que el país forme adecuadamente a los venezolanos que requerirán habilidades y destrezas para producir y de una economía que sea capaz de generar suficientes empleos de calidad.

Por el lado de la formación no existen buenas noticias. Anitza Freites, directora general del Instituto de Estudios Demográficos y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello, explicó durante un foro organizado por la Universidad Metropolitana para evaluar la relación entre la academia y la empresa privada que, de acuerdo con la Encuesta de Juventud, en 2013 un tercio de los adolescentes estaba fuera del sistema educativo. Además: 4 de cada 10 jóvenes no completaban la educación media y en concreto 1,7 millones de venezolanos entre 15 y 29 años ni estudiaban ni trabajaban.

“El bono demográfico comenzó en 2005 y terminará en 2045. Nos restan treinta años. La clave es invertir en la juventud, prolongar la permanencia de los jóvenes en el sistema educativo, mejorar la calidad y el acceso de los sectores más desfavorecidos a la educación, porque completar la educación media reduce la posibilidad de estar en condiciones de pobreza”, dijo Anitza Freites.

Luis Ugalde, exrector de la Universidad Católica Andrés Bello, llamó la atención sobre la calidad de la educación y la cultura. “Las instituciones, la política y la cultura desarrollan de forma exacerbada el modo distributivo. En los últimos 15 años este modo ha tenido predicadores que han hecho un trabajo sistemático para bloquear tres cosas, hoy existen tres malas palabras: evaluación, empresa y productividad”, afirmó. “Hoy la ley ordena que el niño debe pasar, entonces la evaluación desaparece o se vuelve ridícula. Por eso no estamos en el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), no hay que medirse con otros. Ahora es un derecho constitucional ingresar a la Universidad Central de Venezuela o a la Universidad Simón Bolívar y no se puede evaluar a quien pretende ingresar, no importa que algunos estudiantes no hayan tenido profesor de matemáticas en cuarto o quinto año de bachillerato, se promedia con la calificación de gimnasia y listo”, dice Luis Ugalde.

Agrega que existe un ejemplo a tomar en cuenta: “En el beisbol, donde los venezolanos tienen excelentes resultados en las Grandes Ligas, se evalúa al niño desde pequeño y el joven coloca la meta en lo más alto”.

La desconexión

El tema de si la educación otorga a los estudiantes las herramientas necesarias para insertarse con éxito en el mercado laboral gana espacio en el debate mundial. Felipe Child, quien trabaja paraMckinsey Center for Government, explicó que según un estudio de esta consultora que incluyó una muestra de 25 países, al preguntar “¿Qué tan preparados están los nuevos graduados para la fuerza laboral?” “60% de los empleadores dicen que no tienen las capacidades que ellos esperan, los jóvenes afirman que no los están preparando adecuadamente y 80% de los educadores explican que están haciendo una labor lo suficientemente buena”.

Los jóvenes, los centros que imparten educación y las empresas viven en universos paralelos. El divorcio es tal que de acuerdo con las proyecciones de Mckinsey en 2020 habrá 85 millones de vacantes en el mercado global de trabajo y 75 millones de jóvenes desempleados en el mundo.

“Notamos que es necesaria una mejor labor en información, recolectar, sintetizar y brindar datos a los jóvenes sobre las carreras donde se están generando empleos y mejores salarios. Trabajar en eliminar el sesgo sobre algunas profesiones o carreras técnicas, que los empleadores se involucren con el diseño del currículum y llevar el lugar de trabajo al aula para lo cual existe una gran oportunidad a través de la tecnología”, dice Felipe Child.

Otro bachillerato

Martha Pacheco, investigadora del Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional de la Organización Internacional del Trabajo, explicó que Europa ofrece ejemplos exitosos que deberían ser tomados en cuenta al momento de diseñar estrategias para disminuir el desempleo juvenil y elevar la capacitación para el trabajo.

La incorporación de las empresas en la educación secundaria “ha demostrado la eficacia de un sistema que conecta al trabajo con el aprendizaje. Los países más avanzados del norte y centro de Europa le otorgan más énfasis en la formación vocacional que los de América Latina y Estados Unidos, lo que permite a los jóvenes hacer el tránsito de la adolescencia a la mayoría de edad de manera productiva”, dijo Martha Pacheco.

“En Alemania, Austria, Dinamarca, Holanda, Finlandia y Suiza entre 40% y 70% de los jóvenes opta por un programa educativo que combina las aulas con el lugar de trabajo. Al culminar obtienen un diploma certificado con un valor real en el mercado de trabajo”, explicó.

El sistema consiste en que los estudiantes permanecen tres o cuatro días de la semana en una empresa donde aprenden con la práctica y son remunerados. Esto se complementa con uno o dos días de la semana en los que deben acudir a las aulas de clase para recibir conocimientos académicos relacionados con la actividad que desempeñan.

“Alemania tiene el más antiguo y reconocido sistema de enseñanza dual, que permite adquirir las competencias necesarias en más de 350 ocupaciones. La formación en el lugar de trabajo asegura a los jóvenes oportunidades reales para incorporarse en el mercado laboral, mejora la competitividad y la empleabilidad de las personas. En países con tradición de formación en el lugar de trabajo el desempleo juvenil es bajo”, dijo Martha Pacheco.

Precisa que según datos de Eurostat 2015 el desempleo juvenil en Alemania es 7%, Austria 9% y Dinamarca 10%, mientras que en países como España, Italia y Grecia donde no existe este tipo de formación supera 40%.

A fin de analizar cómo marcha la formación para el trabajo Martha Pacheco formuló una serie de interrogantes que servirían de punto de partida para elaborar planes y proyectos: ¿Tiene la formación profesional una finalidad amplia? ¿Es un medio para alcanzar objetivos económicos y sociales individuales? ¿Están las empresas comprometidas con la formación profesional? ¿Participan decididamente en la definición de las competencias? ¿Las empresas facilitan lugares de aprendizaje y asignan roles para los aprendices? ¿Los cargos directivos en las empresas son ocupados primordialmente por personas con formación académica o tienen accesos a esas posiciones quienes han tenido una formación técnica? ¿Cómo está calificado el personal docente? ¿Qué tipo de incentivos existen para el personal docente?

Universidades disminuidas

En Venezuela el tema de la calidad de la educación no está en el centro del debate, de hecho, en medio del poco presupuesto y la fuga de cerebros la preocupación en las universidades es cómo sobrevivir. Enrique Planchart, rector de la Universidad Simón Bolívar, precisó que esta casa de estudios “ha perdido alrededor de 500 profesores en los últimos años, casi la tercera parte, porque se han ido del país. Una manera de que el profesor se quede es que tenga la posibilidad de hacer investigación remunerada para la empresa privada. Un investigador en este momento está ganando 80 dólares mensuales y en el país de al lado 4 o 5 mil dólares. Una asociación con las empresas venezolanas puede ser crucial”.

Lorenzo Mendoza, presidente de Empresas Polar, indicó un aspecto a tomar en cuenta en la relación entre empresas y academia. “Pareciera que da asco hablar en las universidades de libre empresa e iniciativa privada y lo digo con ánimo de debate. Es muy importante que así como se promueve el libre pensamiento también se señale que debe haber mucha diversidad de empresa, mucha oportunidad para que esa libertad de pensamiento pueda ser promovida y tener un efecto positivo hacia la sociedad”.

“En Noruega las universidades públicas deben incluir en sus consejos directivos a empresarios exitosos, sino el modelo no funciona; también en Dinamarca. Sería muy bueno que en las universidades públicas incluyan personas del sector privado en esos consejos. Y en las universidades privadas personas cuya vocación sea 100% lo público”, agregó Lorenzo Mendoza.

Benjamín Sharifker, rector de la Universidad Metropolitana admitió que “es vital trabajar para que Venezuela deje de ser una sociedad rentista y se convierta en una sociedad productiva. Ninguna de las universidades venezolanas está en la lista de las mil mejores del mundo. Tenemos que plantearnos que una de nuestras universidades esté en la lista de las 100 mejores del mundo. Determinar qué hay que hacer para que esto suceda”.

La LOCTI

En octubre 2006 entró en vigencia la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (Locti) que obligó a las empresas a aportar entre 0,5 y 2% de sus ingresos anuales al financiamiento de proyectos de investigación. Las compañías podían entregar el dinero a las universidades, centros de investigación o utilizar los recursos para programas propios.

 En 2011 el Gobierno señaló que la mayor parte del dinero se quedaba dentro de las empresas y modificó el reglamento obligando a que los fondos sean entregados al Ministerio de Ciencia que los asigna de acuerdo a sus criterios.

La consecuencia ha sido pérdida de transparencia y descenso del apoyo que sí llegaba a las universidades del país. Lorenzo Mendoza indicó que “deberíamos estar midiendo qué ocurrió tras esa reforma. Los venezolanos no le hacemos seguimiento a las cosas. Que se vea qué está pasando con la barbaridad de fondos que nadie sabe a dónde van, nadie exige transparencia”.

El nuevo profesional

Al evaluar las características que debe tener el profesional que requiere en estos momentos el sector privado Jorge Roig, expresidente de Fedecámaras, aseveró que “el mundo está pagando por el conocimiento, no por el sudor. Se necesita un profesional creativo, crítico, con capacidad para comunicarse.

Tenemos que ver cuáles son nuestras áreas de oportunidades, en qué podemos ser realmente buenos. Esa es una discusión que está muy pendiente entre las universidades y las empresas porque estamos graduando muchos abogados que son taxistas y profesionales que sufren una gran decepción cuando van al mercado laboral”.

Miguel Eseverri, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos, alertó de que “el sector empleador está trabajando a 20% de su capacidad y nos va a tomar un tiempo volver a ofrecer empleo, tenemos un período de transición y debemos darle a los jóvenes herramientas para que vean la crisis como una oportunidad, herramientas para el emprendimiento”.

A pesar de las dificultades la Universidad Simón Bolívar trabaja para impulsar el emprendimiento. Enrique Planchart explicó que “estamos orientando el Parque Tecnológico Sartenejas al emprendimiento, tenemos cantidad de empresas incubadas formadas por estudiantes. Generalmente desarrollan proyectos en las áreas de computación y videojuegos. Para apoyarlos firmamos un convenio con el Parque Tecnológico de la Universidad de Stanford donde pueden promocionar sus iniciativas y obtener ingresos en moneda dura. Además estamos considerando la posibilidad de eliminar la tesis de grado o la pasantía y sustituirla por la formación de una empresa”.

14-10-15

http://prodavinci.com/blogs/se-estan-formando-los-jovenes-para-el-desarrollo-de-venezuela-por-victor-salmeron/


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