Por Shaylim Castro
Ya acercándose la hora pico y
con el calor desesperante de estos días, el señor David (nombre ficticio por
seguridad) va cerrando las puertas de su camioneta, a la altura de la avenida
Baralt, antes de que alguien se monte a robar a los pasajeros, pues su labor ya
terminó por el día.
Ya son 16 años que lleva en la
línea que cubre la ruta Los Frailes-El Silencio y con orgullo indicó que es el
socio número nueve. Pero, al contrario, con preocupación lamentó que desde el
año pasado para acá los atracos en las unidades han aumentado, pues pueden
ocurrir entre dos y tres diarios en una misma unidad.
Debido a estas situaciones
muchos transportistas han optado por tomar medidas, dentro lo que cabe, para
intentar evitar algún robo. El señor David a partir de las 5:00 pm
prefiere cerrar las puertas y más si pasa por la avenida Baralt.
Otros comentaron que esta
opción en ocasiones no funciona, ya que si la camioneta posee puerta atrás, no
se puede ver quien se está montando en ese momento.
Un chofer de la línea esquina
Las Salas-La Villa contó que hace dos semanas observó cómo apuñalaron a una
muchacha, en la parte de atrás de su camionetica, porque no quiso entregarle su
celular a unos delincuentes.
Los pasajeros también
tienen sus peticiones para sentirse más seguros a bordo, pues piden a los
conductores que cierren las puertas en caso de ver a alguien sospechoso.
Luis Ramírez sostuvo que desde
su quiosco, en la avenida Baralt, ve las puertas cerradas de muchas camionetas
en horas de la noche, normalmente en las que van vía Capitolio.
Otra de las medidas que han
optado por aplicar los transportistas es evitar que suban los vendedores o
quienes piden colaboración, podrían ser cómplices de los hampones.
Los choferes consultados
también dijeron que muchas veces prefieren no arriesgarse a tomar esta medida y
los dejan subir, ya que “evitar que se monten puede significar ganarte un
enemigo”.
Por eso, denunciaron que no
cuentan con presencia permanente de cuerpos policiales y las pocas veces que
los ven consideran que no realizan su trabajo.
Así lo contó, bajo anonimato,
un transportista quien hace más de 15 días en una parada en la plaza Miranda
observó cómo robaron a una pasajera mientras bajaba de la unidad. Y cuadras más
abajo vio a unos policías, a quienes les comentó lo que sucedió, pero no obtuvo
ninguna respuesta de su parte.
Pidieron que a lo largo de la
avenida Baralt, especialmente en la esquina Muñoz, haya más presencia policial,
pues han observado que de esa manera los atracos disminuyen un poco.
Pasajeros toman medidas
Alexandra Julio quedó traumada
luego de que le robaran todo el efectivo que tenía encima de su jornada de
trabajo. como vendedora; en esa ocasión hasta el cierre del pantalón le
abrieron para llevarse todo el dinero. Luego de esa experiencia optó por irse
caminado desde la avenida Baralt, donde trabaja, hasta su casa en La
Candelaria.
18-11-15
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