Por Freddy Núñez
No hay exageración en
calificar el proceso electoral del próximo 6 de diciembre para elegir a los
nuevos diputados de la Asamblea nacional, como un hecho determinante en la vida
del país. El régimen llega a este proceso con el pesado fardo del fracaso
absoluto, después de haber desperdiciado 16 años, dilapidado billones de
dólares, quebrado el aparato productivo del país tanto público como privado,
haber desplegado una ineficiencia absoluta, y estimulado una red de corrupción,
sin precedentes en la historia del país.
Venezuela le debe en este momento,
como dice el dicho popular, “a cada santo una misa”, lograron pasar la deuda
global del país en 1998, de 30 mil millones de US$, a 330.000 millones, y eso
habiendo tenido, en ese periodo, más ingresos que los obtenidos por todos los
gobiernos habidos desde que se comenzó a explotar el petróleo en Venezuela a
principios del siglo XX.
En medio de un cuadro
dramático de escases sin precedentes de absolutamente todo, de una inflación
que hace impagable lo poco que se encuentra, de la manifiesta calamidad de los
servicios públicos y un ambiente de inseguridad personal, que multiplica con
creces los estándares definidos por las Naciones Unidas, el régimen solo se
ocupa de mentir y de provocar las más diversas crisis para tratar de aferrarse
al poder.
Llegado a este punto es
necesario decirle a la Fuerza Armada Nacional, que tienen la responsabilidad
histórica de asumir cabalmente las obligaciones que les establece la
Constitución Nacional. La FA, debe respetar y hacer respetar la Constitución
(art.328) rechazando cualquier intento de convertirla en un grupo armado al
servicio de una persona o partido político. La FA, no está integrada por
deficientes mentales, incapaces de discernir sobre lo que realmente está
ocurriendo, que no es otra cosa que la manifiesta voluntad mayoritaria de los
ciudadanos de dotarse de una asamblea nacional que se ocupe de los problemas de
la gente y de los asuntos del país. La FA, seguramente conoce la “Encuesta
sobre Condiciones de Vida, Venezuela 2014” elaborada en trabajo conjunto por
las universidades Central, Simón Bolívar, y UCAB, y por el Laboratorio de
Ciencias Sociales, donde se indica de manera incontrovertible, el divorcio que
existe entre la realidad de Venezuela hoy, y las mentiras propagadas por el
gobierno a través del uso abusivo de los medios, incluyendo por supuesto los
pocos independientes que quedan.
Entre 1998 y el 2014, la
pobreza en Venezuela ha pasado del 45% al 48%.
Del gran total añadido de
3.438.380 hogares, 1.700.000 mil están en pobreza extrema. Esto no se refiere
solo a la canasta básica, abarca también las condiciones de salud y vivienda.
El informe para este año será presentado probablemente el día 20 de este mes, y
lamento decirles que los resultados son dramáticamente peores. La FA, está
obligada a interpretar con objetividad la realidad del país, allí encontrara
que este modelo “socialismo del siglo XXI”, ha sido una farsa y un fracaso, que
solo ha servido para enriquecer a la casta gobernante. Son los hechos, la
realidad, frente a la gritería histérica que repite frases huecas, vacías y
altisonantes. ¿Puede parecerle normal, a la FA, que a días de una elección, y
durante el proceso, el gobierno, sin escrúpulo alguno, utilice los recursos del
estado para hacer campaña, con la complicidad del CNE? La democracia es
igualdad de derechos, es respeto al ciudadano, a las leyes, y ella, en
cumplimiento de su obligación constitucional, tiene que hacer respetar esos
derechos. Ese debe ser su papel durante la aplicación del plan república. Nada
más lógico que el hastío y la desesperación ciudadana, frente a un gobierno
fracasado que a cada rato es noticia internacional cuando sus propios
funcionarios huyen del país a denunciar la variedad de delitos que comete el
gobierno, incluyendo algunos que no prescriben ni aceptan hoy el argumento de
la obediencia debida. El país puede salir adelante, es lo que desea la inmensa
mayoría de los ciudadanos. Esto lo sabe cualquiera que recorra el país, aún sin
leer las encuestas en las cuales no hay ni una, que no dé a la alternativa
democrática una ventaja no menor del 20%, sobre el gobierno.
El último escándalo que
recorre el mundo, vinculando a familiares de la pareja presidencial en tráfico
de drogas, al parecer utilizando pasaportes diplomáticos, es francamente la
tapa del frasco. En un régimen que todo lo controla, es difícil imaginarlos
desconociendo esta realidad que involucra al gobierno de Venezuela (no a los
venezolanos) en un tema, que junto al terrorismo yijadista, goza del desprecio
de la civilización. La FA, debe garantizar a los ciudadanos, que el 6 de
diciembre hará respetar la Constitución Nacional, no se le exige otra cosa.
18-11-15
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