Carlos Crespo 17 de enero de 2021
Para el experto en políticas públicas locales, Miguel
González Marregot, la oposición debe organizarse a través de las instancias
regionales, locales y vecinales. “Hay que crear espacios de participación donde
baje la polarización, donde los vecinos y los ciudadanos puedan reencontrarse”.
Caracas. El experto en políticas públicas locales,
Miguel González Marregot, señala que el Gobierno piensa que llegó el momento de
impulsar un régimen político que apunta a un “estado unitario” en el que se
centraliza y concentra la gestión territorial y se le va quitando peso y
recursos a las gobernaciones y alcaldías. “La propuesta de Maduro de crear, en
este momento, un parlamento comunal obedece a tratar de cerrar y consolidar su
hegemonía legislativa”, advierte.
El profesor de la Universidad Católica Andrés Bello
(UCAB) considera que esta amenaza, junto con el anuncio de unir a algunos municipios de Miranda al gobierno del
Distrito Capital, deben “llamar a la reflexión” a la oposición e impulsarla
a organizarse a través de instancias regionales y locales. “En los gobiernos
locales y regionales hay que dar la batalla en forma unitaria”.
A su juicio, hay que defender el derecho a la
participación “sin ningún tipo de complejo” a través de las organizaciones
políticas, los movimientos sociales y los movimientos vecinales. “Hay que crear
espacios de participación donde baje la polarización, donde los vecinos y los
ciudadanos puedan reencontrarse”.
¿Cómo ve el anuncio de la elección de un Parlamento
Comunal? ¿Habría algún cambio en los municipios?
—Cuando hubo la propuesta de reforma constitucional en
el 2007 el parlamento comunal no aparecía en la reforma para nada. Aparecía la
incorporación de una serie de consejos, el consejo de trabajadores, repotenciar
el tema de las asambleas de ciudadanos y los consejos comunales, las ciudades
comunales, las comunas, pero el parlamento comunal no aparecía por ningún lado.
Si se revisa la propuesta de reforma de 2007, que fue
derrotada política y electoralmente por el sector democrático del país, uno se
da cuenta que la Asamblea Nacional (AN) quedaba más o menos igual. ¿Cuándo
surge el tema del parlamento comunal con relativa firmeza? Aparece a partir de
la Ley de las Comunas en 2010, pero aparece como una figura local. Era una
especie de gobierno colegiado de las comunas, y probablemente de las ciudades
comunales, que subyacía en esa propuesta de ordenamiento territorial, pero
tenía una orientación estrictamente local.
En el 2015, luego de la pela que recibe el Gobierno en
las elecciones parlamentarias, Diosdado Cabello propone la creación de un
parlamento comunal y lo propone como una medida desesperada para tratar de
mantener la hegemonía que se tenía o que venía teniendo el gobierno en materia
legislativa y que perdía en esas elecciones de 2015.
El señor Cabello juramenta un parlamento comunal que
va a fracasar porque no se consiguió, y no tenía, ningún asidero jurídico y
constitucional. Esa es una de las graves desventajas que tiene toda esta
entelequia del estado comunal y del parlamento comunal. No tiene
basamento legal establecido y mucho menos una competencia y unas atribuciones.
Cuando ese parlamento comunal fracasa, surge la propuesta de la Asamblea
Nacional Constituyente (ANC), esta última que finalizó, que era supuestamente
para hacer una Constitución que no hizo, pero se comenzó a hablar de nuevo del
parlamento comunal nacional.
Estoy convencido de que la propuesta de Maduro de
crear, en este momento, un parlamento comunal obedece a tratar de cerrar y
consolidar su hegemonía legislativa. Ahora que tiene una AN, elegida de manera
írrita, para tratar de atornillar más su proyecto hegemónico y autoritario.
¿Eso sería través de leyes en la AN del 6D que
impliquen cambios a la Constitución?
—Pudiera ser, pero ahí hay un detalle importante. Si
se crea el parlamento comunal, ahí habría que definir como se elegiría ese
parlamento comunal. En realidad, no hay prueba de la eficiencia política de las
comunas en el país. Las comunas pueden ser una entelequia. De hecho, funcionan
más los Clap, en el tema del control político, que las comunas y los propios
consejos comunales, por el estado de pobreza que atraviesa la mayoría de la
población venezolana. Es todo un proceso que habría que definir, toda una
arquitectura.
No dudo que el régimen tenga imaginación. La vemos en
las atrocidades que salen usualmente, pero tiene que fajarse a construir esa
arquitectura del parlamento comunal. Ahí viene una pregunta importante: ¿esos
diputados del parlamento comunal tendrían la misma legitimidad, las mismas
competencias, atribuciones, el mismo valor político de los otros diputados?
¿Ese parlamento comunal estaría por encima de la AN que fue electa
recientemente o estaría subordinada? Ahí hay una contradicción en el
chavismo de cómo hacer funcionar ese parlamento comunal que ellos están
prometiendo.
Pueden llevar algún conjunto de leyes o reformar otras
porque sienten que están en una coyuntura que les permite impulsar un régimen
político donde el voto de primer grado se difumine y les permita la extensión
de mandato, la eliminación de alcaldías, incluso de gobernaciones.
Me preocupa mucho el tema de las Regiones de Defensa
Integral (REDI) porque ellas reúnen a varias gobernaciones y tienen la
pretensión de recibir recursos del fondo de compensación interterritorial del
Consejo Federal de Gobierno. Esos recursos, a los que ellos aspiran, se lo
estarían extrayendo a las gobernaciones, los municipios e incluso a los
consejos comunales. Ahí hay un enredo que solo parece explicarse por el
objetivo de lograr un régimen hegemónico en el país.
Lo que se intenta, entonces, es cerrar los espacios de
descentralización que quedan, o por lo menos dejarlos sin recursos y
financiamiento.
—Sí. Si mal no recuerdo, en las sesiones que hubo del
mapa de los objetivos estratégicos ahí se discutía que la descentralización era
mala porque perdía peso el poder central. Era negativa, así lo veía el
Gobierno, y la idea era reforzar justamente el centralismo y el control sobre
las entidades federales y sobre los gobiernos municipales, lograr un estado
unitario en vez de uno descentralizado, con la gravedad de que la
administración de ese estado unitario está en manos de una posición política
totalitaria.
¿Por qué considera que las comunas han sido una
entelequia?
—Leí que Maduro decía que había 42.000 consejos
comunales en el país en este momento. Esa es una cifra que se quedó fija desde
hace algunos años. No se han creado más consejos comunales desde mediados de
2015, de 2016. Eso quiere decir que ha habido un frenazo en eso. Las comunas
surgen de la unión de los consejos comunales. Son una especie de mancomunidad,
aunque al sector chavista no le gusta ese término ¿Cuántas comunas hay? No se
sabe, ni se tiene una cifra acertada sobre el número y sobre su rendimiento.
Reciben más recursos del fondo de compensación
interterritorial los consejos comunales que las comunas. ¿Por qué digo que son
una entelequia? Porque no se han podido establecer en el país de manera
consistente, de manera sólida, como una entidad político territorial. Primero
la comuna no está en la Constitución, segundo son para construir supuestamente
una sociedad socialista. Cualquier persona que no esté de acuerdo con construir
una sociedad socialista está fuera de la comuna. Se fundamentan en un tema de
participación política tutelada y donde sus órganos son electos en segundo y
tercer grado, se rompe la unidad ciudadano-voto y se implementa otra cosa, lo
cual también dificulta su legitimidad.
Hay algo que preocupa mucho que es que la comuna solo
reconoce la propiedad colectiva y la propiedad social. ¿Aquellos bancos que
quedan en el territorio de una comuna se verán afectados por la gestión de
esta? Si no los afecta no tiene sentido ese reconocimiento de la propiedad
colectiva. Esa función, esa característica de la comuna, es más una dificultad
para su existencia y, por último, no generan recursos propios, sino que
dependen del ejecutivo nacional. Por eso estimo que las comunas son una
entelequia y crear un estado comunal sobre eso es mucho más difícil. Hasta este
momento han sido muy escasas las demostraciones del poder comunal o del estado
comunal.
Estas propuestas del parlamento comunal deben
llamar a la reflexión al sector democrático que debe comenzar a activarse, no
solo a escala nacional, sino también regional y sobre todo local y microlocal.
Es allí donde, de nuevo, se plantea un debate y donde la organización
democrática debe saber expresarse con figuras alternativas y denunciando las
arbitrariedades que se están cometiendo en los municipios.
Algunos voceros del chavismo están planteando unir los
municipios Baruta, Chacao, El Hatillo y Sucre al Distrito Capital. ¿Cómo ve esa
propuesta?
—Es una propuesta pintoresca, sin restarle gravedad.
Aquí había un organismo de coordinación que era la alcaldía metropolitana cuyas
autoridades, el acaldes metropolitano y los concejales o el cabildo
metropolitano, eran electos de manera universal, secreta y directa y tenían
unas competencias muy precisas que era la coordinación de los servicios
públicos ¿Qué ocurrió? Que el PSUV, como no contralaba la alcaldía
metropolitana, decidió eliminarla sustrayéndole el presupuesto, tomando su
sede, persiguiendo a los concejales metropolitanos y, finalmente, suprimiendo de manera arbitraria la existencia de ese organismo.
¿Eso se va a suplantar con el gobierno del Distrito
Capital? Creo que no, por un pecado original, y no precisamente venial, de
origen que es la legitimidad que tendría esa autoridad. En segundo lugar, la
gestión del actual Distrito Capital ha sido ineficaz e irresponsable en lo que
ha hecho en el municipio Libertador.
Ahí también hay un tema territorial de por medio. La
propuesta del estado comunal trata de centralizar la gestión territorial, y
justamente esta propuesta, qué casualidad, busca centralizar sobre una autoridad
impuesta, el gobierno del Distrito Capital, a cuatro municipios que tienen
autoridades electas mediante el voto universal, directo y secreto. Eso es
realmente otra aberración que responde a una concepción centralista de la
gestión del territorio.
Sí pienso que hay que revisar con seriedad el tema de
la gestión metropolitana de los servicios públicos. Aquí ha habido trabajos muy
serios al respecto, dirigidos por el arquitecto Marco Negrón y la arquitecta
Zulma Bolívar, en el Plan Caracas 2020. Ahí hubo un trabajo técnico que se
planteó el desarrollo metropolitano en cuanto aspecto territoriales y los
servicios públicos. Si se aborda esa discusión con los gobiernos legítimamente
electos y con los vecinos uno pudiera tener unas conclusiones interesantes,
pero si se aborda el tema de cooptar, de centralizar unos municipios a la
autoridad impuesta de un gobierno central, eso no va a terminar bien. Lo que va
a traer es mayor dificultan en la gestión y en la gobernabilidad de un ámbito
metropolitano como el caraqueño.
Como ve el anuncio de pasar las elecciones de alcaldes
para 2022 ¿puede haber alguna activación del sector democrático, desde lo
local, ante este tipo de medidas?
—Maduro dispone cuando son las elecciones y cuando no,
independientemente de lo que diga la Constitución y el marco legal. Como
ciudadano pienso que en los gobiernos locales y regionales hay que dar la
batalla en forma unitaria y hacer valer la minoría que tiene el sector
democrático en este país. Los alcaldes y los gobernadores que se obtengan van a
ser un vínculo muy importante con la lucha que está impulsando, a escala
nacional e internacional, el presidente Juan Guaidó. Hay que participar ahí sin
ningún tipo de complejo sino de manera unitaria con las organizaciones
políticas, con los movimientos sociales y con los movimientos vecinales que
pueden dar un salto cualitativo. Defender el derecho a la participación es una
estrategia vital que se tiene que asumir en el país.
Los mecanismos de representación política necesitan
una renovación y hay que crear espacios de participación donde baje la
polarización, donde los vecinos y ciudadanos puedan reencontrarse, pero eso
supone el reconocimiento de la diversidad, de la pluralidad, que propuestas
como el parlamento comunal, como el estado comunal, o la estrategia del PUSV
niegan absolutamente de raíz.
Tomado de: https://cronica.uno/con-el-parlamento-comunal-maduro-trata-de-cerrar-su-hegemonia-legislativa/
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