Por Beltrán Vallejo
Margarita López Maya
dijo en una entrevista publicada el pasado 6 de diciembre que se acercaban
tiempos oscuros para una parte fundamental de la sociedad civil: tiene que ver
con la imposición de una política de acoso y represión del régimen madurista
que se siente triunfador en su aspiración, casi concluida, de aplastar a los
partidos políticos de verdad y ahora aspiraría a desarticular definitivamente a
las ONG y demás voluntariado organizado en el país.
Pues fíjense, mis
amigos lectores, que esa advertencia tuvo poco eco porque Venezuela no solo
está quedando como un país mudo e inane sino que tampoco escucha advertencias.
Sin embargo, como
haciéndole caso a Margarita, quien sí la escuchó fue Diosdado Cabello. En su
bendito programa “Con El Mazo Dando”, del miércoles 9 de diciembre, dio el
banderazo de salida para que una jauría de amenazas y descalificativos caiga
sobre las organizaciones no gubernamentales que trabajan en Venezuela.
Es así que de su boca
salió una estrategia represiva como él la sabe construir. Eso es lo único que
él sabe hacer. En ese programa nefasto de la cloaca televisiva, él acusó al
activismo social, que realiza labores de ayuda humanitaria y de defensa de los
derechos humanos, de que se la pasa robando fondos que las agencias
internacionales asignan para programas de alimentación, salud, educación y
defensa de los derechos de la gente.
El 12 de enero se pasó
de las amenazas a los hechos y se registra el primer caso de detención de
activistas cuando son apresados seis integrantes de la ONG Azul Positivo por
parte de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), con las
imputaciones de manejo fraudulento de tarjetas inteligentes y legitimación de capitales.
Esto ha tenido
repercusiones que van a ser dolorosas para el pueblo venezolano que amerita de
la labor humanitaria que realiza la sociedad civil que recibe los aportes de
organismos internacionales. La oficina de la ONU en el país ha paralizado, hasta
nuevo aviso, las transacciones monetarias que se encuentran articuladas en el
sistema humanitario instalado en Venezuela.
El impacto negativo de
este tipo de represión ya cae sobre miles de enfermos de VIH, sobre miles de
niños que sufren de desnutrición, sobre los miles de jóvenes en los barrios que
sufren los embates de chacales como las FAES y sobre un largo etcétera de gente
necesitada.
Ante esto, como humilde
opinador, propongo que todas esas ONG humanitarias, de derechos humanos,
culturales, educativas, de salud, asistenciales, indígenas, periodísticas, de
seguimiento de la violencia, de carácter religioso, etc., se convoquen en un
gran encuentro nacional para diseñar un plan de resistencia, se articulen en
una estrategia como bloque y configuren las acciones nacionales e
internacionales como un solo esfuerzo para frenar a los gorilas.
Así mismo, la ONU debe
pronunciarse y actuar, la Unión Europea debe pronunciarse y actuar, el Vaticano
debe pronunciarse y actuar. El mundo de allá afuera debe dejar las poses, los
eufemismos, la dejadez, la hipocresía, el postín con respecto a Venezuela y
actuar.
¿Qué está esperando la
ONU sobre Venezuela?; ¿está esperando una nueva Yugoslavia como en 1991 o una
nueva Ruanda de 1994?
El régimen va por algo
más profundo con esta política represiva y se trata de frenar la resiliencia
que aportan estas ONG para una población sufrida. Ahora, como aspirantes al
totalitarismo, van por el alma de la gente. Quieren terminar de suprimir el
derecho a la esperanza.
No tengamos miedo y
démosle la batalla.
25-01-21
https://talcualdigital.com/las-ong-en-la-mira-totalitaria-por-beltran-vallejo/
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