Por Marino J. González R.
La vacunación
anticovid-19 se ha convertido en la acción pública más importante en todos los
países. Hasta que no se logre la inmunidad requerida no se podrá reestablecer
la marcha cotidiana de las actividades sociales y económicas. Es por ello que
la agenda se concentra, fundamentalmente, en las alternativas de vacunas, así
como en la disponibilidad, pero también en los procesos que se deben cumplir
para se apliquen a la población definida.
Conviene precisar el
tiempo requerido para lograr la cobertura. En la medida que se logre la meta
con mayor rapidez esto repercutirá en menor cantidad de casos y muertes, pero
también menos posibilidades de que se produzcan mutaciones en el virus causante
de covid-19.
Asumiendo que se cuenta
con la disponibilidad de vacunas para cubrir la población requerida se puede
establecer el plazo ideal para la administración.
Si cada día se vacuna
al 1% de la población que requiere vacunas, entonces se requerirían 100 días
para lograr la cobertura. Esto significaría poco más de tres meses. Por
supuesto, esto sería en condiciones muy estrictas, es decir, que se lograra
desde el primer día el 1% de vacunaciones. Como todo nuevo proceso, lleva un
tiempo de aprendizaje en los servicios de salud, de manera que se puede asumir
que en los primeros días no se alcanzará este porcentaje. Dado que varias de
las vacunas disponibles requieren la aplicación de dos dosis, en un período se
deberá alcanzar, al menos, 2% diario para lograr la inmunización completa en cerca
de cuatro meses.
Hasta la fecha, el país
que ha logrado mayor cobertura en la vacunación anticovid-19 es Israel. Para el
28 de febrero, en Israel se había administrado al menos una dosis de vacuna a
93,5% de la población establecida. Las vacunaciones se iniciaron el 20 de
diciembre de 2020, esto significa que en poco más de dos meses se ha alcanzado
casi el 100% de la población.
Al examinar el porcentaje de dosis diarias administradas, se aprecia
que en la primera semana se vacunó diariamente menos del 1% de la población.
Sin embargo, desde el 29 de diciembre pasado se ha vacunado más del 1% (con la
excepción entre el 11 y 16 de enero). A finales de enero, se alcanzó más de 2%
de vacunación. Es por ello que en Israel se puede lograr la meta en menos de
tres meses.
En América Latina, el
país que tiene en la actualidad el mayor porcentaje de cobertura es Chile
(17,58). Sin embargo, Chile no ha alcanzado el 1% en ningún día desde el 25 de diciembre de 2020,
cuando se iniciaron las vacunaciones.
Entre el 11 y 15 de
febrero se registró el porcentaje más alto (entre 0,92 y 0,99). El 28 de
febrero Chile registró 0,34% de vacunaciones diarias. Esto significa que, de
mantener este porcentaje, Chile alcanzaría la cobertura requerida en ocho meses
(a finales de octubre de 2021).
Panamá es el segundo país de la región en porcentaje
diario de vacunación anticovid-19 (0,23% en el 27 de febrero). Si mantiene ese
porcentaje, alcanzar la vacunación requeriría diez meses más. Obviamente, en estos
dos países se puede disminuir el tiempo para lograr la cobertura, pero eso
significaría aumentar las vacunaciones lo más cercano a 1% diario como mínimo.
En el resto de los países de América Latina que reportan
datos de vacunaciones, al ritmo actual, el tiempo para alcanzar la cobertura
será mucho mayor. Solo cuatro países de este grupo se acercan a 0,1% de
porcentaje diario de vacunación (Costa Rica, Brasil, Argentina, y México). Eso
significa que requerirían tres años para vacunar a la población requerida. En
los otros países el período es todavía mayor.
Es muy probable que en
las próximas semanas muchos de los países aprueben nuevas vacunas y realicen
nuevas adquisiciones. Esto significaría que aumentarían la disponibilidad.
Pero también resulta
evidente que deberán realizar cambios operacionales sustantivos para alcanzar
el 1% de vacunaciones diarias, que como se ha señalado, pareciera ser una meta
bastante exigente, incluso en países con mayores fortalezas en los sistemas de
salud.
Al menos 0,5% de
vacunaciones diarias debería ser una meta a alcanzar.
Dadas estas
restricciones en disponibilidad y capacidad de gestión, es bastante probable
que los sistemas de salud de la región deberán dedicar, probablemente, la mayor
parte del año 2021 a la atención de los efectos de covid-19 y a las
vacunaciones requeridas. Todo lo cual repercutirá en que muchas áreas de
servicios (tanto de enfermedades infecciosas como crónicas) no contarán con los
recursos básicos, ni mucho menos para acometer nuevas actividades.
Las dimensiones de la
afectación de la salud de los latinoamericanos por la pandemia parecen ser cada
día más significativas.
Marino J. González es PhD en
Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la
Academia Nacional de Medicina.
03-03-21
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