Editorial El Nacional 10 de mayo de 2021
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¿Con
la designación del nuevo Consejo Nacional Electoral es factible la realización
de unas elecciones libres, justas y transparentes? La pregunta no es retórica.
Si bien no se puede ser ligero en la respuesta, tampoco hay que pecar de
ingenuos. Desde el propio nombramiento de los rectores la discusión está
abierta, un poco más acicateada por lo dicho en el concierto internacional.
En lo
local hay de todo. Desde aquellos que consideran la designación de los rectores
como la panacea, el cambio mágico que se esperaba para ahora sí participar con
todos los hierros en unos comicios, hasta los que creen que esto no es ninguna
concesión sino supervivencia, y señalan que no hay razones para no creer que
Nicolás Maduro y su corte no vayan a aprovechar el ventajismo, como ya lo
hicieron en el pasado, o poner trabas y entorpecer los procesos sacando del
juego al ganador, como sucedió con Juan Pablo Guanipa en Zulia, o designando
protectores donde no ganen, como en Táchira, con Freddy Bernal, o Anzoátegui,
con Aristóbulo Istúriz, por nombrar solo dos casos.
El
chavismo mantiene control férreo del CNE. Es mentira que la incorporación de
Enrique Márquez y Roberto Picón obre de repente el milagro y de un plumazo
desaparezcan las desviaciones y anomalías que tiene el ente electoral. Es un
paso, sí, pero paso al fin. No se ha logrado nada aún. Queda mucho camino por
andar. El que tiene más culpa de la situación que se vive en Venezuela debe
además dar más muestras de que realmente está dispuesto a que se opere un
cambio en el país.
Muy
mal haríamos conformándonos solo con este paso y no exigir lo que nos toca:
nuestro derecho a elegir, a vivir en libertad, a que no se nos violenten los
más elementales derechos humanos.
¿Qué
pasará con el Plan República, una especie de alcabala bajo el control militar,
en la que se dejó de lado la tradicional no militancia del sector castrense,
que ahora pregona sin remilgos que es chavista y antiimperialista?
Y los
venezolanos en el exterior, ¿podrán ejercer su derecho al voto o seguirán
siendo marginados, imposibilitados tan siquiera a renovar su pasaporte debido a
un sinfín de trabas y procesos en los que el chavismo impuso su ley?
La
salida electoral, deseada, pasa por más negociaciones, por más exigencias, por
mayor presión, por más calle. También por el más amplio apoyo internacional.
La
estrategia de Maduro y su gente, además de dividir, es la de hacer concesiones
parciales. El peligro es que algunos de la oposición compren ese discurso para
legitimarse, lo que además terminará legitimando al chavismo en el poder.
Es
bueno, muy bueno, que Enrique Márquez y Roberto Picón estén en el CNE, pero es
insuficiente. Poquitico. Hace falta mucho más. ¿Agarrando aunque sea fallo?
Tomado
de: https://www.elnacional.com/opinion/agarrando-aunque-sea-fallo/
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