Alberto Veloz 09 de mayo de 2021
@avgveloz
Gustavo
García, graduado de la Academia Venezolana de Sommelier, es el nuevo responsable
de los vinos del restaurante de lujo Deessa, en el emblemático hotel Ritz de
Madrid
a
escogencia de una profesión para hacer de ella la manera de vivir, el sustento
económico y que a la vez se convierta en pasión, no es tan común como muchos
desearían.
Hay
personas que tienen esa suerte y al toparse inesperadamente con un mundo que
para ellos era desconocido, se enamoran de esa actividad y a partir de ese
momento la convierten en su modus vivendi.
Gustavo
García, mejor sommelier de Venezuela en el año 2015, tuvo esa fortuna y ejerce
esa profesión desde el año 2007, antes no conocía nada del mundo del vino y sus
secretos.
El
icónico hotel Ritz de Madrid
Para
Gustavo García, con quien conversamos en esta oportunidad, mucha agua ha
corrido, o mejor dicho mucho vino ha probado y catado. Para fortuna de este
caraqueño de pura cepa, recientemente fue seleccionado para asumir la
responsabilidad de ser el sommelier del restaurante Deessa, el comedor de lujo
del emblemático hotel Ritz de Madrid, que ahora es operado por la prestigiosa
cadena hotelera internacional Mandarín Oriental.
Precisamente
esta es la noticia: llegar a ocupar el cargo de sommelier de un restaurante de
tanto prestigio como Deessa, con una carta de vinos que exhibe más de 250
referencias europeas, en pleno corazón de Madrid, capital de un país donde
alrededor de la gastronomía se mueve una de las mayores industrias del mundo.
Por
tal motivo la pregunta obligada a este sommelier de 38 años es ¿por qué cree
que fue seleccionado entre los muchos aspirantes a ese cargo, sabiendo que la
competencia era del más alto nivel internacional así como las exigencias
profesionales?
“Pienso
que fueron varios factores. Primero, por la experiencia de haber trabajado
siempre en restaurantes del más alto nivel como en Le Gourmet del hotel
Tamanaco de Caracas; en plazas de tres estrellas Michelin, entre ellas Le Cinq
y L´Atelier de Jöel Robuchon en Francia y Quique Dacosta, en España”.
Y
comenta de la manera más natural “por mi forma de ser y personalidad, tomando
en cuenta que fueron más de tres meses de entrevistas de todo tipo y
profundidad. Me considero una persona muy serena, sencilla en mi trato,
bastante amigable y lo que es importante en estos ambientes laborales, puedo
trabajar bajo presión sin perder el control”.
“Por
otra parte, y es algo vital para un sommelier, es hablar varios idiomas. En mi
caso domino el francés y el inglés, obviamente aparte de mi idioma materno, el
español”.
Vino
por cocina
La
cocina, la gastronomía, el arte culinario, o como se quiera definir, fue la
puerta de entrada a un universo casi infinito de cepas, añadas, etiquetas,
vinos, que Gustavo desconocía pero que de inmediato lo atrapó y quedó
entrelazado a los sarmientos de las cientos de vides que ha tenido la ocasión
de probar del mundo entero.
“Todo
comenzó en Caracas hace aproximadamente 15 años, estudiando en la escuela de
cocina High Training
Educational Institute (HTEI) una materia que llamaban Enología que,
por cierto, es un término mal aplicado. En este caso debería llamarse algo
similar a Introducción al mundo del vino”, comentó.
Nunca
imaginó Gustavo García que a través del estudio del vino, a partir de ese momento
sería su pasión -compartida con el béisbol- que conocería personalidades,
países, cultura, historia, lo que decimos “tener mucho mundo” en el amplio
sentido de la palabra.
Entre
los primeros vinos que probó recuerda a Don Melchor de Bodegas Concha y Toro,
que define como estructurado, especiado y con una carga tánica importante -han
pasado muchas copas por su nariz y boca- hasta llegar a un formidable Petrus
1961 o un Krug Clos D’Ambonnay 1996, vinos con potencia, complejos, con
identidad de territorio y que sorprenden por mantener su acidez en el tiempo,
según su criterio.
La
formación
Este
sommelier ha tenido la ocasión de conocer grandes etiquetas y viñedos. Gracias
a su estudio y dedicación, ha adquirido el dominio para hablar en tres idiomas
de cualquier botella, previa cata y análisis sensorial con su afinada nariz y
memoria gustativa privilegiada.
De la
escuela de cocina pasó a estudiar en la Academia Venezolana de
Sommelier con sus primeros profesores Leo D´Adazzio y Dayana Medina.
De allí salió con honores y formó parte de la segunda promoción.
Comenzó
en el mundo del vino por cultura general y curiosidad, pero a medida que
estudiaba y conocía más, este universo lo atrapó e hizo que le imprimiera
pasión. A partir de ese momento nunca dudó que podría vivir de esta profesión,
que ejerce desde hace 13 años.
Viñedos
y expertos
Gracias
a su constancia en el estudio, afinada nariz, sensibilidad y buena memoria para
captar sabores y aromas, Gustavo García ha podido estar como participante u
observador, en otras ocasiones, en competencias internacionales, visitas a
importantes bodegas y viñedos europeos.
Esas
oportunidades son propicias para conocer a prestigiosos enólogos y los mejores
sommeliers del mundo como Veronique Rivest, Andreas Larson, Marc Almert y ha
entablado amistad con Paolo Basso y Raimonds Tomsons.
“He
aprendido mucho de otros sommeliers también importantes y reconocidos como Éric
Beaumard, subcampeón del mundo; así como de Frank Thomas, seleccionado como
mejor sommelier de Europa” y añade con entusiasmo lo mucho que le ha enseñado
María Isabel Mijares, de quien sigue aprendiendo ya que ahora se ven a menudo
en Madrid.
Las
visitas a viñedos y bodegas son pivote fundamental en la formación de todo
profesional del vino y ello lo ha llevado a conocer en Champagne las bodegas
Krug, Louis Roederer, Dom Perignon y Pommery, entre otras.
En la
zona de la Bourgogne: Jean Marc Roulot, Meo Camuzet, Domaine de la Romanee
Conti, Domaine Leflaive.
De
Bordeaux: Petrus, Château Angelus, Château Cheval Blanc, Château Margaux,
Château Smith Haut Lafite, Château Mouton Rothschild, Château D’Yquem.
También
ha descubierto algunos secretos de Vega Sicilia, Teso La Monja, Viñedos de
Páganos, Allegrini, Clos Apalta, Concha y Toro, Clos de los Siete, Zuccardi,
Catena Zapata, Oremus, Szepsy, Disznoko, Sauska.
Se le
presentó la ocasión de conocer diferentes DAC (Districtus Austriae
Controllatus) de Austria como Kamptal, Kremstal, Wiener Gemischter Satz,
Burgenland, Steiermark, para finalizar en un crucero a través del río Danubio,
catando los vinos de la DAC Wachau.
Competencias
y catas a ciegas
Ejercitar
la memoria gustativa para poder recordar vinos, añadas, diferenciar cepas y
conocer mezclas es un entrenamiento constante, dice el sommelier Gustavo
García. Igualmente comenta que él es muy visual y cuando prueba uvas que no
conoce, lee, se documenta mucho sobre ellas y luego escribe lo que va catando.
“También
me gusta catar a ciegas, De esta manera el cerebro trabaja más buscando
descriptores aromáticos que están en la mente”, agrega.
Le
gusta participar en competencias de vinos y prueba de ello es que fue escogido
en el año 2007 como el Mejor Joven Sommelier de Venezuela.
Posteriormente
en 2015 se alzó con la banda de Mejor Sommelier de Venezuela.
En
2017 asistió en calidad de observador, por Venezuela, a la competencia Mejor
Sommelier de Europa que tuvo lugar en Viena, Austria, dado que venía del
Mundial en Mendoza, Argentina, que se había celebrado el año anterior, en 2016.
También asistió al campeonato Mejor Sommelier de Las Américas realizado en
Colchagua, Chile, en 2015.
Atención
en sala
Gustavo
García se mueve como pez en el agua en ambientes refinados, restaurantes de
gran lujo y confort, conoce su oficio y lo ejerce con la autoridad del que sabe
su profesión pero con sencillez en el trato con los clientes, sin aspavientos.
Le
gusta atender los dos tipos de clientes: los que no saben nada de vinos y lo
que dicen ser muy conocedores.
“Ambos
perfiles de clientes me gustan mucho. Los que tienen pocos conocimientos en la
materia es una oportunidad para mí de mostrarles lo hermoso que es este mundo y
que siempre hay un vino para cada ocasión, para cada persona. Les comento que
es una bebida que pueden tomar desde los menos pudientes hasta los reyes.
Y a los clientes conocedores en la materia también me gustan mucho porque
aprendes de ellos y compartes opiniones”.
Metas
y preferencias
Como
profesional ambicioso siempre quiere más en el buen sentido de la palabra y
dice que le faltan muchas metas por cumplir. “En primer lugar quiero lograr las
tres estrellas Michelin para el restaurante Deessa donde trabajo actualmente”.
“Por
otra parte seguir participando en competencias internacionales, lograr llegar a
una final y ganarla para dejar el nombre de Venezuela en alto”. Afirmación que
hace con ilusión y sentido aspiracional.
Como
hombre del medio enogastronómico, un restaurante propio también está entre sus
planes. Podría ser en Francia o España.
Le
gustaría trabajar en Hong Kong porque desea conocer nuevas culturas, diferentes
tipos de comida y, especialmente, porque esa ciudad concentra muchos
restaurantes de alto nivel culinario.
Comenta
que Hong Kong es un mercado con gran poder adquisitivo y es donde actualmente
se concentran las colecciones más importantes de vinos de Bourgogne, una de sus
regiones vitivinícolas favoritas.
Le
gusta comer bien, conocer nuevos sabores y combinaciones, por eso acude a
restaurantes de alto nivel, tanto culinario como de servicio, lo que le sirve
para observar como lo hacen los demás, para seguir aprendiendo. Por lo general
está atento a las recomendaciones de los maître.
Por
poseer un paladar educado no tiene preferencia por alguna comida en particular,
lo que sí exige es que esté bien elaborada. Como tampoco tiene práctica en la
cocina, lo hace muy poco y el mismo comenta jocosamente que su comida nunca
estará a la altura de sus gustos, por eso no cocina.
Entre
sus tragos preferidos está el Negroni y el Negroni sbagliato, el cual se
elabora sustituyendo la ginebra por un prosecco o en su defecto un
franciacorta.
Diariamente
asiste al gimnasio donde se ejercita con disciplina, práctica que lo relaja
mentalmente. Juega al béisbol, que es su pasatiempo favorito. Este deporte es
su otro gran amor, que se debate en fuerte rivalidad con el vino.
Deessa
Es el
nombre del restaurante de lujo del prestigioso hotel Ritz de Madrid, ahora
Mandarín Oriental Ritz donde nuestro entrevistado ejerce plenamente su
profesión como sommelier.
Deessa
significa diosa en valenciano, lengua romance oficial hablada en la Comunidad
de Valencia, España.
El
restaurante está situado justo al frente de la fuente de Neptuno, dios del mar,
lo que hace un guiño al chef ejecutivo del hotel, el reconocido Quique Dacosta,
quien está vinculado con el mar porque tiene un restaurante de vanguardia con
tres estrellas Michelin en Denia, Valencia y su comida está enfocada a la despensa
marina.
El
reconocido chef Quique Dacosta es el director gastronómico del icónico Ritz, y
tiene a su cargo otros dos nuevos restaurantes del hotel: Palm Court, El Jardín
del Ritz y los bares Pictura y Champagne Bar.
In
vino veritas
Tomado
de: https://elestimulo.com/un-sommelier-venezolano-en-la-cuspide-madrilena-alberto-veloz/
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